La llegada del verano suele traer aparejada la aparición de las tan conocidas olas de calor: periodos puntuales en los que se alcanzan temperaturas tan altas que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
La falta de sueño motivada por el calor causa irritabilidad y afecta al comportamiento.
La falta de descanso a causa del cambio de hábitos y la irritabilidad que genera acentúan la sobrecarga psicológica en la época estival.
No sólo el trabajo y la excesiva ocupación son causa de estrés. Algunos expertos aseguran que el verano también nos altera psicológicamente.
Pero no son sólo las circunstancias climáticas las que nos llevan al estrés veraniego, sino la forma en que encaramos nuestros problemas y el modo rápido de vivir propio de nuestro tiempo. Las personas se escapan de las ciudades, donde se encuentran presas. Y salen de vacaciones a los distintos puntos turísticos de nuestro país o fuera del mismo, pero las vacaciones son caras. Hay quienes puede permitírselo, pero otros no. Muchos recurren a préstamos bancarios, que luego cuesta pagar. Estas circunstancias generan estrés.
La luz ayuda, más que el calor, a superar nuestros estados de cansancio y síntomas depresivos y ello es debido al aumento de la melatonina, que nos estimula y nos da alegría. No ocurre lo mismo con el calor y la humedad, que nos agobian.
El calor produce situaciones de estrés que se pueden ver aumentadas, aunque de forma indirecta, por la dificultad de dormir cuando esas temperaturas persisten durante la noche.
Una temperatura tan elevada como la que se vive en una ola de calor generalmente por encima de los 35 grados hace que el organismo pierda líquidos y sales minerales rápidamente, lo que puede provocar un golpe de calor, cuyos síntomas son: desmayos, dolores intensos de cabeza, mareos acompañados de náuseas, sueño e incluso convulsiones.
La gravedad de estos trastornos va desde los leves, como los calambres por calor, el edema y el síncope, hasta la forma más grave, que es el golpe de calor.
Es recomendable que te pongas en contacto con tu médico de cabecera si sufres alguna enfermedad de riesgo y consideras que una ola de calor puede afectarte con especial virulencia. Él te informará sobre las medidas de precaución que debas tomar en caso de que éstas sean necesarias.
"Ama la vida, afróntala, porque buena o mala no tenemos otra." (Nietzsche)
La falta de sueño motivada por el calor causa irritabilidad y afecta al comportamiento.
La falta de descanso a causa del cambio de hábitos y la irritabilidad que genera acentúan la sobrecarga psicológica en la época estival.
No sólo el trabajo y la excesiva ocupación son causa de estrés. Algunos expertos aseguran que el verano también nos altera psicológicamente.
Pero no son sólo las circunstancias climáticas las que nos llevan al estrés veraniego, sino la forma en que encaramos nuestros problemas y el modo rápido de vivir propio de nuestro tiempo. Las personas se escapan de las ciudades, donde se encuentran presas. Y salen de vacaciones a los distintos puntos turísticos de nuestro país o fuera del mismo, pero las vacaciones son caras. Hay quienes puede permitírselo, pero otros no. Muchos recurren a préstamos bancarios, que luego cuesta pagar. Estas circunstancias generan estrés.
La luz ayuda, más que el calor, a superar nuestros estados de cansancio y síntomas depresivos y ello es debido al aumento de la melatonina, que nos estimula y nos da alegría. No ocurre lo mismo con el calor y la humedad, que nos agobian.
El calor produce situaciones de estrés que se pueden ver aumentadas, aunque de forma indirecta, por la dificultad de dormir cuando esas temperaturas persisten durante la noche.
Una temperatura tan elevada como la que se vive en una ola de calor generalmente por encima de los 35 grados hace que el organismo pierda líquidos y sales minerales rápidamente, lo que puede provocar un golpe de calor, cuyos síntomas son: desmayos, dolores intensos de cabeza, mareos acompañados de náuseas, sueño e incluso convulsiones.
La gravedad de estos trastornos va desde los leves, como los calambres por calor, el edema y el síncope, hasta la forma más grave, que es el golpe de calor.
Es recomendable que te pongas en contacto con tu médico de cabecera si sufres alguna enfermedad de riesgo y consideras que una ola de calor puede afectarte con especial virulencia. Él te informará sobre las medidas de precaución que debas tomar en caso de que éstas sean necesarias.
"Ama la vida, afróntala, porque buena o mala no tenemos otra." (Nietzsche)
7 comentarios:
Es verdad lo de la alteracion psicologica me consta ,sobre todo si el verano no lo llegas a disfrutar .
ESTE CALOR BRAVO,MODIFICA EL SUEÑO,EL CARACTER SIEMPRE IGUAL,PERO DESGANO,SI
Cecilia es verdad, aparte con el tema de los alertas que emiten, la gente piensa y en algunos casos se interpreta mal, se vuelve una presion extra.
Gallega vamonos de vacaciones al mar!!!
Un beso grande para las dos!!!
Porque me tocaron en noviembre las vacaciones??porquè????ja¡ja¡, igual me voy en marzo otra vez pero ya nos asamos aquì¡,Chicas¡, llèvenme con ustedes¡
Lidia vamonos!! no se aguanta mas, yo como vos me tome unos dias en diciembre...
Besos!!!
QUE LINDO QUE PUEDEN IR DE VACACIONES!!!!!
puxa!!esa calor ya no la soporto :S
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