domingo, 28 de febrero de 2010

Sensibles


Las personas sensibles o susceptibles tienden a sufrir más del estrés y de la angustia. Esto se debe a que son generalmente quisquillosas, es decir, demasiado delicadas para el trato común, y fáciles de agraviarse o de ofenderse con otros, por pequeños pretextos. Ser susceptible se asocia con mostrarse irritable e irascible. También, con escrupuloso y receloso. El o la susceptible teme, sospecha y desconfía de los demás porque por la mínima situación se siente agredido.

Por otra parte, y a pesar de su aprensión, son personas fácilmente manipulables dado que son altamente impresionables, lo que le permite a terceros persuadirlos de una manera apasionante, o sembrarles ideas o sentimientos con gran fuerza. En el caso de enamoramientos, la persona sensible, durante el período de aproximación, lo hará con cautela pero una vez que tome confianza en la pareja, le será muy fácil a esta emocionarla y conmoverla.

El o la susceptible se deja llevar por los sentimientos y las emociones, lo cual no le permite analizar en frío las circunstancias para actuar adecuadamente. Así, una broma social se convierte en una ofensa, o un comentario crítico positivo en el trabajo con el objeto de estimular un mejor rendimiento, por parte de su supervisor, le genera al susceptible una crisis de autoestima o un cuadro de angustia innecesario.La susceptibilidad impide las normales relaciones humanas por temores infundados de ser insultados o por falsas percepciones de rechazo. Al mismo tiempo, provoca un enorme desgaste emocional por estar a la defensiva y esperando una agresión.

Una cosa es lo que suponemos y otra lo que realmente ocurre. Debemos aprender a diferenciar y dar a las situaciones su justo valor. No exageremos, y sobre todo tratemos de mantener el control emocional. Ante cada circunstancia usemos la razón y pensemos cuál es la mejor respuesta para alcanzar nuestros objetivos. No reaccionemos con la sola emoción, sea de rabia, miedo, alegría o amor. Si es necesario comentemos el evento con los seres queridos o amigos y que nos den sus impresiones. De esta forma obtendremos juicios de valor menos cargados emocionalmente.

Los sentimientos son positivos y nos hacen vivir con afecto y satisfacción, pero existen emociones que suscitan desasosiego, ansiedad, zozobra, angustia e intranquilidad. Así como una persona puede llegar a manejar y lidiar con una fobia, las personas susceptibles pueden aprender a controlar sus emociones y dejar de ser tan sensibles e impresionables, sin perder para nada, su forma de ser.

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones.
No permitas jamás que la conducta de otras personas condicione la tuya.

Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.


Recuerda: que si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios, te he agarrado demasiado fuerte para que no caigas.

viernes, 26 de febrero de 2010

Conflicto y vida cotidiana


El conflicto es parte consustancial a la vida cotidiana, inevitable a la vez que importante para encontrarle solución productiva a los problemas que enfrentamos a diario. Su impacto en la salud y el bienestar de las personas resulta decisivo, pero más trascendente aún, es la forma en que se manejen. El aprendizaje de habilidades sociales para conducirlos deviene entonces, en tema mucho más importante que la presencia e intensidad del conflicto en sí mismo.

El conflicto es algo insoslayable en la vida cotidiana de las personas y matiza todos los aspectos de la vida social, altamente compleja y competitiva: El conflicto laboral derivado de la incompetencia, la envidia o la desidia está presente en cualquier centro de trabajo; el conflicto con el o la cónyuge por celos o por inadecuada distribución de tareas en el hogar está presente en el aparentemente más estable matrimonio; el conflicto generacional agudizado o atenuado por la contradicción dependencia, independencia entre padres e hijos está presente en la más ajustada de las familia; incluso a lo interior de las personas, en el plano intrapsíquico el conflicto deviene cotidiano tanto por simplezas como por importantes escollos existenciales.

Los efectos de los conflictos pueden resultar sumamente nocivos para la salud y el bienestar de las personas tanto en el plano psicológico como en el de la salud y las relaciones interpersonales. Los conflictos mantenidos y no resueltos generan ansiedad, depresión, incertidumbre, crisis existenciales en el plano de la subjetividad; pero también generan dificultades en las relaciones interpersonales con daño en los vínculos afectivos con personas significativas; y también el organismo se cobra su propia cuenta con insomnio, problemas gástricos, cardiovasculares, etc.

Mientras que algunos conflictos son simplemente molestias menores que aceptamos como un componente natural de nuestra existencia, otros evitan que nuestras relaciones se realicen en todo su potencial y algunos llegan a ser tan severos que causan irreparables daños a individuos, familias, medios laborales y comunidades enteras.

Lo dicho hasta aquí hace pensar en el conflicto como en algo dañino, conducente al caos, que rompe la lógica de la vida cotidiana y que por ende debe ser eliminado o llevado a su mínima expresión para que prevalezca el orden. Pensar así, sin embargo, puede ser contraproducente por cuanto obvia que lo que distingue a cada ser humano es su individualidad e irrepetibilidad, lo que inevitablemente conduce a diferencias con los demás, y en las diferencias está el origen del conflicto, sobre todo cuando estas son exacerbadas hasta niveles no tolerables, pero no menos cuando son ignoradas o minimizadas ya sea para evadir la situación o evitar que alguien salga lastimado.

Las diferencias son, sin embargo, deseables para el desarrollo y crecimiento humano, aún cuando en algún momento conduzcan a antagonismos inevitables. Es por ello que el conflicto deviene tan sustancial para el funcionamiento de las personas. Es decir, el conflicto no tiene necesariamente por qué ser destructivo, puede ser constructivo y potenciar el crecimiento humano, la salud y el bienestar.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Personalidad obsesiva compulsiva


Tanto obsesiones como compulsiones resultan muy estresantes para los individuos, ya que interfieren significativamente con su funcionamiento social.

¿Qué tienen en común las personas que sufren estos problemas?
Una organización de personalidad obsesiva compulsiva.
Son personas, que en general, les cuesta expresar emociones de ternura y afecto, son perfeccionistas, someten su propia manera de pensar o de hacer las cosas al juicio de otros, tienen una excesiva devoción al trabajo y a la productividad con exclusión del placer, son indecisos, rara vez elogian a los demás, y sus relaciones con las personas son serias, formales y convencionales.

Es frecuente encontrar en ellos una preocupación por las reglas, la eficiencia, los detalles triviales, sin tomar las situaciones desde una perspectiva más amplia. Por ejemplo, pueden confeccionar una lista exhaustiva de las cosas que deben hacer, pueden emplear mucho tiempo chequeando la lista, en vez de realizar cada una de las tareas allí consignadas.

Con sus parientes, establecen relaciones que incluyen dominancia y sumisión. Aunque se resisten a la autoridad de otros, invariablemente insisten en que los demás deben actuar como ellos consideran adecuado. Y no tienen conciencia de que su conducta provoca resentimiento en los demás.

En un propósito irreal de aumentar el rendimiento en el trabajo y la productividad, excluyen el placer. Lo planifican, pero lo posponen, como las vacaciones.
Evalúan constantemente las prioridades, y evitan tomar decisiones, por miedo a equivocarse.

Excesivamente conscientes, responsables, moralistas, escrupulosos y enjuiciadores de los demás y de sí mismos, critican todo. Y cuando no pueden controlar la conducta ajena, no expresan su molestia, sino que la mastican por dentro.
Por ejemplo, si uno de ellos recibe una mala atención por parte del mozo de un restaurante, en lugar de quejarse con el gerente del negocio, en silencio le dejará menos propina o no le dejara nada.

Aparentemente, muchas de estas características generan problemas laborales y matrimoniales, ya que estas personalidades obsesivas compulsivas exigen que los otros se les sometan sin condiciones.

martes, 23 de febrero de 2010

Ataque de pánico


Un ataque de pánico dura varios minutos, y se considera una de las situaciones más penosas que una persona pueda experimentar. Es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que es acompañada de al menos 4 de un total de 13 síntomas.

Síntomas de un ataque pánico
Fisiológicos
Palpitaciones
Sudoración
Temblores o sacudidas
Sensación de ahogo
Sensación de atragantarse
Opresión o malestar torácico
Náuseas o molestias abdominales
Inestabilidad, mareo o desmayo
Parestesias (entumecimiento u hormigueo)
Escalofríos o sofocaciones.

Cognitivos
Despersonalización
Miedo a descontrolarse o volverse loco
Miedo a morir.

Todos los que sufren un ataque sufrirán otros más. Cuando una persona sufre continuos ataques o una fuerte ansiedad por miedo a tener otro ataque, padece trastorno de pánico. Este trastorno puede desencadenar otros problemas psicológicos. Por ejemplo, si una persona sufre un ataque de pánico mientras maneja un auto, hace compras en un shopping o se encuentra dentro de un ascensor; puede generar miedos irracionales llamados fobias y comenzar a tratar de evitar estas situaciones. En un tiempo, la necesidad de evitar estas situaciones y el grado de ansiedad por miedo a otro ataque, logran que la persona no quiera moverse de su casa. En este momento, la persona sufre trastorno de pánico con agorafobia.

El trastorno de pánico es una enfermedad crónica muy incapacitante y su grado de severidad es proporcional al descenso de la calidad de vida.
Generalmente las personas tardan años en saber su diagnóstico, debido a que es una enfermedad con síntomas que simulan una afección cardiaca o una enfermedad que amenaza la vida. Por regla general, la persona con pánico acude a salas de emergencia cuando sufre un ataque y se le hacen pruebas exhaustivas que denotan para sorpresa del paciente y sus familiares, una salud casi envidiable.

Como si fuera poco, algún doctor puede expresar: No es nada serio, son nervios, no hay de que preocuparse. La persona sigue padeciendo los síntomas, cada vez reduce más su vida, y lógicamente se deprime.
El trastorno de pánico afecta a una de cada treinta personas. Afecta a tres mujeres de cada hombre, su edad de inicio es entre los 25 y 30 años, aunque puede observarse en niños, como ansiedad de separación de los padres o manifestándose como fobia escolar; también se puede dar en personas mayores de 30 años.

Si el trastorno de pánico no es tratado, se cronifica, con períodos con cierta mejoría ocasional. El ataque de pánico no es peligroso para la salud y nunca puede desencadenar la muerte, pero su gravedad radica en la invalidez psicológica que produce en la persona que lo padece. Es una enfermedad altamente tratable, y las últimas investigaciones científicas concluyen que el tratamiento más eficaz es la combinación de terapia farmacológica y terapia cognitivo-conductual.

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de crisis de síntomas neurovegetativos, palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, de atragantarse, etc. cognitivos miedo a volverse loco, temor a morir, etc. y conductuales evitación de situaciones ansiosas.

Si el trastorno de pánico es leve o moderado, y el grado de incapacidad de la persona no es tan marcado, es aconsejable sólo un tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. En los casos más graves, es indispensable comenzar con medicación.

El tratamiento farmacológico debe estar a cargo de un médico psiquiatra, preferentemente especialista en trastornos de ansiedad; y debe ser por un tiempo determinado. La dosificación de la medicación debe ir en descenso, en la medida en que el paciente mejore y este recibiendo tratamiento psicológico. Por este motivo, la importancia de la combinación de los tratamientos.

lunes, 22 de febrero de 2010

Acoso psicologico en el trabajo


¿Qué es el acoso psicológico en el trabajo?Es una sofisticada forma de persecución, hostigamiento psicológico que un empleado sufre en su lugar de trabajo.
Sofisticación que viene dada por las siguientes notas
Sutileza: no se trata de muestras de agresividad manifiestas.
Continuidad en el tiempo: es un proceso lento de desgaste psicológico.

Persigue en última instancia la autoexclusión o el abandono del puesto de trabajo por parte de la víctima, tras haber sido arrinconada e inutilizada.

Se inicia con una serie de conductas que persiguen calumniar, ofender, ridiculizar y conducir a la víctima al aislamiento del grupo. Con el mantenimiento en el tiempo de esta situación, se busca desestabilizar y destruir psicológicamente a la persona, y que ésta abandone de forma voluntaria la empresa, fabrica, escuela, etc. Ésta es su vertiente más dañina.

El acoso psicológico en el trabajo se caracteriza por ser una práctica que se apoya en el silencio o la complicidad de los compañeros de la víctima. No cuesta imaginar cuáles pueden ser los motivos que les inducen a estas conductas pasivas: no ser ellos también objeto de agresión, no poner en peligro su puesto de trabajo, envidia o resentimiento hacia su compañero, esta última es la más común.Respecto a la personalidad de la víctima y del acosador, no existe un patrón único de conducta que determine sus comportamientos.

A partir de la bibliografía revisada hasta el momento, se puede decir que existen una serie de características de personalidad que están presentes en la mayoría de los casos.
Respecto a las víctimas, la mayor parte de las personas que han sido objeto de acoso psicológico en su trabajo suelen tener un elevado nivel de ética, son honradas, rectas, autónomas, con iniciativa, de alta capacitación profesional y popular entre sus compañeros, en algunos casos con un alto grado de sensibilidad.

En cuanto al acosador algunas de las cualidades de personalidad que presenta son: alteración del sentido de la norma moral, no tiene sentido de culpabilidad, es agresivo, cobarde, mentiroso, compulsivo y tiene gran capacidad de improvisación; es bastante mediocre profesionalmente y suele tener complejo de inferioridad.

Podemos decir que el acoso psicológico es siempre un abuso de autoridad.La persona que lo lleva a cabo busca mantener su poder y, por algún motivo, la víctima le resulta una amenaza. Un liderazgo mal ejercido puede convertir cualquier situación laboral en fuente de riesgo, por lo que todos en algún momento podemos estar afectados, directa o indirectamente, por el acoso psicológico en el trabajo.

Lo más difícil del acoso psicológico en el trabajo es detectar cuándo comienza y por qué. En general, la víctima empieza a percibir agresiones solapadas o abiertas, pero no se da cuenta de la situación total que vive y muchas veces se siente culpable. Esto dificulta la capacidad de reaccionar de la persona, por lo que la percepción del problema coincide ya con un grave deterioro de su salud.

Las consecuencias psicológicas y físicas del acoso psicológico en el trabajo sobre las personas afectadas son devastadoras. Desde lo psicológico son comunes el estrés, la ansiedad y la depresión. En cuanto a las dolencias físicas, al bajar las defensas, aparecen males a los que la víctima ya estaba predispuesta como problemas dermatológicos, cardíacos, gastrointestinales o alérgicos.

Practicar estas opciones
No se calle. Diga lo que piensa, siempre desde una crítica constructiva.
Razone su punto de vista y ofrezca alternativas.
Asuma el riesgo de parecer demasiado directo.
Exteriorice sus emociones y aprenda a canalizarlas.
Dar las gracias y reconocer en los demás el trabajo bien hecho.
Practique ejercicio físico.
Si trabaja en un lugar cerrado, salir a respirar aire fresco.
Déjese llevar por su intuición práctica.
No lo deje todo en manos de los analistas.
Tenga sentido del oportunismo.
Es fundamental creer en nosotros mismos para salir del problema, los terapeutas están para marcar el camino, para guiar, pero no para solucionar el conflicto.

domingo, 21 de febrero de 2010

Los miedos


El miedo es definido como una aversión irracional hacia un peligro esperado. Cuando sentimos miedo estamos anticipando algo que va a suceder y debemos prepararnos a enfrentarlo.

El miedo es un proceso mental que predice algo amenazante en el futuro. Si siente miedo de ser abandonado por ejemplo, esto no ha sucedido y puede ser una ilusión o un hecho.

¿De dónde provienen nuestros miedos? Los miedos se originan en la infancia, también podemos tener miedo que trasmitieron nuestros padres o miedos basados en malas experiencias de nuestro pasado.

El primer paso es el de identificar el miedo.

¿A que se le tiene miedo?

Luego, aceptar y reconocer que sentimos miedo.

Debemos buscar el origen del miedo.

¿El miedo que sentimos proviene de una experiencia del pasado?

por ejemplo: si tenemos miedo al agua de mar tal vez en el pasado tuvimos una mala experiencia con el mar.

La otra pregunta importante es identificar si este miedo lo ha tenido alguno de nuestros padres. Debemos bucear profundamente, para no hacernos cargos de miedos ajenos.

Si siente un miedo muy fuerte sería conveniente que consulte con un profesional. Establezca un plan para superar el miedo. Debe estar determinado a superar el miedo y tener los pasos claros para realizarlo. Sea creativo con las posibilidades.
Utilice alguna técnica para liberar la emoción del miedo, por ejemplo La técnica de liberación emocional y comience a practicar.

Los miedos nos paralizan y afectan todas las áreas de nuestras vidas. Hay personas que inclusive no toman decisiones por los miedos que sienten. Otros no pueden expresarse a si mismos, ni viajar, ni disfrutar de la vida a pleno.

Muchos otros tapan los miedos con adicciones, exceso de alcohol e inclusive drogas para simular la emoción.

Recordemos que el miedo es una emoción saludable porque nos alerta de situaciones peligrosas. Lo importante es comenzar a reconocer si los miedos que sentimos son realmente justificados o son imaginarios. No dejemos que el miedo nos paralice y empecemos a enfrentarlo para poder vivir la vida que merecemos.

viernes, 19 de febrero de 2010

Psicología positiva


La psicología positiva es una rama de la psicología de reciente aparición que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la psicología.

El objeto de este interés es aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen a los individuos, sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar, todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología científica propia de toda ciencia de la salud.

Optimismo: Este término hace referencia a la capacidad de las personas para priorizar los aspectos positivos de una situación. Es una disposición a esperar encontrarse con cosas positivas y buenas. La relación entre optimismo y bienestar han hecho que ésta sea una de las emociones más importantes de la psicología positiva.

Sentido del humor: La psicología positiva busca la demostración empírica de sus enunciados. Las investigaciones que se han realizado acerca de la risa proporcionan un gran sustento teórico. Hay suficiente evidencia para poder afirmar que la risa reduce el estrés y la ansiedad y, en consecuencia, mejora la salud física de las personas.

Adaptabilidad:
También llamada resiliencia. Es la capacidad que tienen algunas personas para adaptarse a las situaciones adversas de la vida. Los terribles atentados terroristas de Nueva York y Madrid han proporcionado numerosos casos de estudio de personas enfrentadas a estrés postraumático.

Creatividad: Es la capacidad de crear cosas nuevas, de buscar nuevas posibilidades, de encontrar soluciones diferentes. Los resultados de las últimas investigaciones parecen no coincidir con la idea que hasta ahora se tenía sobre la creatividad: no parece ser un rasgo estable de la personalidad, sino más bien un conjunto de habilidades cognitivas y conocimientos técnicos. Por tanto, la creatividad se puede entrenar y desarrollar.

Se considera que por cada emoción positiva hay al menos cuatro emociones negativas. Además las emociones negativas nos han servido como aliadas a lo largo de nuestra historia por su capacidad adaptativa.

Sólo en los últimos años se ha comenzado a valorar la posibilidad de estudiar las variables que favorecen el desarrollo personal del individuo. Se ha comenzado a admitir el bienestar como objeto de estudio con suficiente entidad.

La sociedad jamás podrá alcanzar unos niveles mínimos de bienestar si no se consigue esto mismo para los individuos que la forman.

En definitiva, este modelo canaliza las emociones positivas hacia la prevención de situaciones negativas y ofrece soluciones saludables para enfrentarse a los problemas ineludibles que el mero hecho de vivir trae aparejados.

jueves, 18 de febrero de 2010

La paz interior


Actualmente, y desde hace años, vivimos en una sociedad estresada y ansiosa, en donde se debe hacer todo corriendo y en la que apenas se tiene tiempo para poder, precisamente, disfrutar de la vida, de la relajación, del sosiego y de la tranquilidad.

No obstante, practicar la relajación y la visualización ayudan a mantener la calma y recuperar la paz interior, sobretodo después de un día estresante o de una buena temporada de estrés en la que no hemos podido descansar o, simplemente, tomarnos unas merecidas vacaciones.

La relajación actúa sobre la propia fisiología del ser humano, escasa actuación tanto somática como autónoma, la conducta, estado de inactividad motora y subjetiva calma y sosiego.

Y es que aunque la relajación viene a ser una práctica conocida desde tiempos inmemoriales en Oriente, en Occidente éstas se encuentran dentro de las terapias naturales y alternativas que tratan problemas de salud relacionados directamente con el estrés.

Entre otros aspectos, se podría decir que la relajación permite activar el sistema nervioso parasimpático, inhibiendo de manera parcial la actividad excesiva del sistema nervioso simpático, provocado principalmente por el estrés y por la ansiedad.

Dado que la relajación desencadena una respuesta no automática, es un medio especialmente útil para modificar las diferentes respuestas fisiológicas frente a diferentes agresiones del entorno.

Además, permite entre otras cuestiones observar una situación de inmovilidad física, ofreciéndonos la posibilidad no sólo de observarnos quietos, sino de reconocer nuestras propias emociones y sentimientos, pudiendo pensar con claridad, con objetividad, e incluso nos ayuda a resolver problemas internos que no podíamos ver anteriormente.

Al igual que la meditación, la relajación permite serenar la mente y volver a encontrar la paz interior que, por el estrés o por diversos motivos personales y externos, hemos perdido con el paso de los días.

martes, 16 de febrero de 2010

La Talasoterapia


El mar es un aliado para curar la ciática, el stress, reducir dolencias, corregir problemas de la columna vertebral o combatir la psoriasis. A su vez también provoca mejoras estéticas alargando la apariencia juvenil de la dermis y eliminando la celulitis y la flacidez.

La talasoterapia es la técnica encargada del aprovechamiento de las propiedades del mar y algunos de sus componentes como la flora marina. Las algas son vegetales del mar que aportan grandes beneficios a la piel y ayudan en los regímenes de reducción de peso.

Hay varios centros en los que tratan la talasoterapia, éstos deben estar situados en un ambiente cercano al mar y tener personal competente en esta materia.

Lo interesante es que el agua de mar tiene una composición muy similar a la del plasma sanguíneo y por medio de la absorción llamada osmótica al organismo le es posible recuperar el equilibrio que ha perdido.

La osmótica es un proceso por el cual el flujo de agua llega desde las zonas donde se encuentra con una baja concentración de sales hasta otras que tienen una concentración alta.

Para que la osmótica sea posible el agua debe estar a 37 grados centígrados, igual a la temperatura del cuerpo humano, de esta forma a través de la piel el organismo absorbe minerales que son fundamentales como el sodio y el yodo. El uso de algas marinas también es muy beneficioso cuando se aplican sobre la piel ya que le aportan vitaminas, hierro, proteínas y calcio. Lo que le confiere propiedades antibióticas, calmantes del sistema nervioso y estimulantes sobre las defensas del organismo. El agua de mar es rica en oligoelementos, perfectos para revitalizar y embellecer la piel.

Las diferentes técnicas de talasoterapia tienen cada una un objetivo específico; los baños con chorros de agua están más destinados para aliviar los músculos, calmar el stress y mejorar el riego de la sangre y los masajes se usan más que nada para terapias de eliminación de kilos de más y para contrarrestar procesos ciáticos.
De cualquier manera, cualquier tratamiento produce mejoras externas en el organismo ya que el agua marina está dotada de una singular composición que proporciona al cuerpo minerales con muchas cualidades curativas y relajantes.

En nuestra querida costa atlántica hay lugares muy buenos para esta práctica.

lunes, 15 de febrero de 2010

Trastornos psicológicos


Estado de ánimo
Sentirse triste o deprimido no es un síntoma suficiente para diagnosticar depresión, puesto que la depresión como síntoma está presente en gran parte de cuadros psicopatológicos y en otras condiciones médicas, sin que por ello constituya un síndrome depresivo.Los sentimientos de abatimiento tienen funciones filogenéticas adaptativas para obtener atención y cuidado de los demás, elaborar situaciones de pérdida o separación, etc. Sin embargo, según su duración, frecuencia o intensidad estos sentimientos pueden interferir con la capacidad adaptativa de la persona que los sufre.

La denominación de síndrome "Primario" hace referencia a cuadros en los que el trastorno del estado de ánimo, depresivo o bipolar existe aisladamente, sin la presencia actual o pasada de otro cuadro distinto al afectivo, alcoholismo, fobias, TOC, esquizofrenia, trastornos orgánicos cerebrales, etc. Por el contrario los trastornos anímicos secundarios hacen referencia a pacientes con un trastorno médico o psiquiátrico preexistente y diferente a la depresión o a la manía. Por lo que esta distinción alude a un orden de presentación.En general, cualquier persona deprimida presenta un conjunto de síntomas y signos que se puede reducir a 5 grandes núcleos:

Síntomas Anímicos
La tristeza es el síntoma anímico por excelencia de la depresión junto a abatimiento, pesadumbre o infelicidad aunque a veces el estado de ánimo predominante es la irritabilidad, sensación de vacío o nerviosismo.Síntomas motivacionales y conductuales.La anhedonia o pérdida de la capacidad de disfrute es junto con el estado de ánimo deprimido el síntoma principal de un estado depresivo.

Síntomas Cognitivos
El rendimiento cognitivo, memoria, la atención y la capacidad de concentración, de una persona deprimida esta afectado. Además de estos déficit formales, el contenido de las cogniciones esta alterado, la valoración que hace una persona deprimida de sí misma, de su entorno y de su futuro suelen ser negativas. La depreciación, inculpación y pérdida de autoestima suelen ser contenidos claves de las cogniciones de estas personas.

Síntomas Físicos
Un 80% padecen problemas de sueño. Normalmente se trata de insomnio problemas para quedarse dormido, despertares frecuentes a lo largo de la noche, o despertar precoz, si bien en un pequeño porcentaje puede darse hipersomnia. Otros síntomas físicos son: fatiga, pérdida de apetito, disminución del deseo y la actividad sexual que, en los hombres incluso puede acompañarse de problemas en la erección. También los deprimidos se quejan con frecuencia de molestias corporales difusas: dolores de cabeza, de espalda, náuseas, vómitos, estreñimiento, micción dolorosa, visión borrosa, etc.

Síntomas interpersonales
Una importante característica de las personas deprimidas es el deterioro en las relaciones con los demás. Estos pacientes normalmente sufren el rechazo de las personas que los rodean, lo que a su vez los aísla aún más. Un funcionamiento interpersonal inadecuado en estos pacientes ha mostrado ser un buen predictor de un pronóstico negativo de la depresión.

viernes, 12 de febrero de 2010

La Comida y los Estados de Animo


Consumir alimentos que nos gustan puede animarnos y hacernos sentir satisfechos y relajados.

Al contrario, comer nuestros alimentos favoritos puede provocarnos sentimientos negativos de culpa y remordimiento. ¿Cómo podemos reducir los efectos negativos y aumentar el impacto positivo de la comida en nuestro estado de ánimo?

Comer es uno de los placeres de la vida, y siempre que sea posible comer alimentos que nos gustan y evitamos aquellos que no nos gustan.
Los estudios muestran que el hecho de comer los alimentos que uno prefiere puede estimular la liberación de endorfinas, que son las que mejoran nuestro humor. Lo que nos hace sentir bien es consumir el tipo de alimento apropiado, en el momento apropiado.

Los antojos, o los impulsos por comer alimentos concretos, son bastante comunes. Entre el 60% y el 90% de las personas, reconocen haber tenido antojos.
Es curioso comprobar que los hombres y las mujeres relacionan los antojos con actitudes y emociones diferentes. Los hombres suelen pensar que los antojos surgen cuando tienen hambre, mientras que las mujeres tienden a relacionarlos con estados de ánimo negativos como el aburrimiento o el estrés.

Las mujeres tienden a experimentar más sentimientos negativos como culpa y remordimiento tras haber ingerido la comida deseada.
Generalmente, el alimento objeto del antojo es una comida prohibida, como el chocolate.

Si se evita conscientemente este alimento, el deseo de consumirlo aumenta hasta que la persona al final no puede resistir a la tentación. Después, aparecen los sentimientos de culpa y remordimiento y la persona decide no volver a comer ese alimento.

Es cierto que existe una interacción entre los alimentos y los procesos químicos de nuestro organismo. Sin embargo, no hay que subestimar el impacto de nuestras expectativas en relación con la alimentación.

Lo más importante es que nos olvidemos de los sentimientos de culpa relacionados con la alimentación. Para esto, debemos desarrollar una relación sana con la comida y unos hábitos alimentarios realistas y saludables. Esto puede incluir formas de administrar el consumo de nuestras comidas favoritas para aumentar el placer sin incurrir en excesos.

jueves, 11 de febrero de 2010

Síndrome post traumatico


Una reacción pos traumática es un síndrome que puede ocurrir a continuación de la exposición a un evento traumático. En resumen, la reacción consiste en un quiebre de los mecanismos naturales de adaptación y defensa, lo que trae dificultades y trastornos en el funcionamiento personal, familiar, social y ocupacional del individuo. Los problemas pueden aparecer en uno, o alguno o todas las áreas mencionadas y se acompañan por síntomas.

Cuando estas reacciones continúan constantemente durante por lo menos un mes, su descripción cambia de una reacción pos traumática a un trastorno pos traumático.

Trauma es una experiencia emocional dolorosa o shock que crea a menudo consecuencias dañinas para el desarrollo psicológico y el bienestar psicofísico del individuo.
Los eventos traumáticos son situaciones excepcionales de desesperanza y distrés que la persona experimenta de primera mano o bien es testigo o escucha o se entera, por los medios, etc. y que pone en peligro su integridad física o psíquica la de personas cercanas a él.

Eventos traumáticos típicos son las calamidades naturales, violencia, accidentes serios, la violencia urbana y la inseguridad, la violencia en el deporte, la muerte, heridas o lesiones serias de amistades, parientes, y el estrés relacionado con la guerra.

El trauma puede aparecer después de un evento único, una serie de eventos, o bien un período de vida de naturaleza traumática particularmente perturbador, como el maltrato físico, psíquico, sexual, repetido en la infancia.

Los síntomas principales constituyentes de la Reacción Pos Traumática son:
Recuerdos angustiantes, dolorosos, recurrentes o intrusos del evento, a través de imágenes, pensamientos, o percepciones en estado de vigilia, y sueños recurrentes estresantes. Intenso distrés frente a la exposición que simbolice o recuerde, aún en aspectos parciales, de algún aspecto del evento traumático, con sentimientos o sensaciones y aún conductas como si el evento se repitiera nuevamente.

Conducta evitativa persistente y una toma de distancia de cualquier situación asociada con el trauma, como así también, dificultades en recordar aspectos importantes del evento traumático.

Desconexión emocional manifestada en una marcada disminución del interés o la participación en actividades significantes, sentimientos de alejamiento o extrañeza respecto a otras personas, y dificultades en poseer o expresar sentimientos cálidos.

Incremento del estado de vigilia manifestado en dificultades para conciliar el sueño o para mantenerlo, irritabilidad o explosiones de ira, dificultades en la concentración, hipervigilancia e incremento de la ansiedad.

Los eventos traumáticos son poderosos estímulos psico fisiológicos. Enfrentando esto, el sistema físico emocional; es decir sus defensas y mecanismos para hacer frente a estas situaciones; encuentran dificultad en absorber la afluencia de estímulos súbitos y poderosos, encaminándose a un estado de insuficiencia. Esto causa ansiedad, desasosiego interno e hipersensibilidad hacia cualquier estímulo externo adicional que puede erosionar más adelante el sistema para hacer frente a este tipo de situaciones y aún producir el total colapso del mismo.

En el intento de lidiar con esta nueva realidad, los sistemas de procesamiento emocional, utilizan toda su fuerza remanente para prevalecer sobre el estímulo y reducir el miedo al mundo externo, el que ahora es percibido como amenazante, hostil y hasta a veces incomprensible.

Bajo estas circunstancias, el individuo tiende hacia la disminución o contracción del contacto con su entorno. El individuo se repliega hacia un estado de impotencia y desamparo, pasividad y sobre dependencia; manifestando apatía, alejamiento, pérdida de iniciativa y dificultades en la concentración. Estos síntomas son dolorosos, pero preferibles a la sobre estimulación.

Conjuntamente con este repliegue, frecuentemente el trauma irrumpe en el psiquismo, a través de pensamientos, sensaciones, recuerdos y sueños. Estas intrusiones, se convierten en poderosos estímulos adicionales que refuerzan la necesidad y tendencia a la contracción, retirada e introversión. Se crea así un círculo vicioso de evitación, intrusión, nuevamente evitación y así sucesivamente. Este círculo vicioso se encuentra en el corazón del fenómeno pos traumático.

miércoles, 10 de febrero de 2010

La adicción a Internet


La adicción a Internet como una nueva categoría diagnóstica dadas las graves repercusiones que esta conducta puede tener en la vida de la persona.

En lo que respecta a la literatura científica, algunos estudios señalan que el uso excesivo de Internet puede conllevar riesgos significativos para la salud al igual que la adicción a sustancias, o las adicciones a otro tipo de conductas, como el juego patológico, donde se pueden ver afectados notablemente el funcionamiento diario de la persona, sus relaciones sociales, su trabajo e incluso su salud física.

La adicción a Internet se trata, además, de un problema cuyo tratamiento es más complicado, ya que es de reciente aparición, y presenta un riesgo de recaída muy elevado. Además, algunos estudios apuntan que cerca del 80% de las personas que han desarrollado una adicción al uso de Internet, presentan también otros trastornos mentales, lo que complicaría enormemente el tratamiento de este cuadro diagnóstico.

Hay tres tipos de adicción a Internet:
Juego excesivo.
Preocupaciones sexuales (cibersexo).
Envío excesivo de mensajes (por correo electrónico, chats, SMS)

Estas tres categorías compartirían las siguientes características:
Uso excesivo: asociado con la pérdida de la noción del tiempo o con el abandono de necesidades básicas, como comer o dormir.

Abstinencia: incluiría, al igual que en otras adicciones, sentimientos de rabia, ira, tensión o depresión ante la imposibilidad de acceder a la computadora conectarse a la red.

Tolerancia: hace referencia a que los usuarios se van haciendo cada vez más tolerantes o resistentes a las gratificaciones que obtienen por el uso de Internet y, a medida que avanza el tiempo, necesitarían maquinas mejor equipados, un software más avanzado o más horas de uso del computador para sentirse satisfechos.

Repercusiones negativas en la vida de la persona, tales como, discusiones frecuentes, mentiras, baja realización personal, aislamiento social y fatiga.

En conclusión, la repercusión del uso desadaptativo de Internet es un tema de especial preocupación en nuestros días, ya que se trata de un problema de aparición relativamente reciente y cuya demanda de ayuda va en aumento.

No obstante, a pesar de la creciente alarma social sobre el fenómeno, el reconocimiento de la adicción a Internet como un trastorno clínico requiere la definición de criterios precisos y consistentes que ayuden a la caracterización de este problema para su inclusión en los futuros manuales diagnósticos. a través de propuestas y de estudios sistemáticos sobre las repercusiones reales del uso excesivo de Internet sobre la salud.

martes, 9 de febrero de 2010

Aprender a ver


"Con el fin de quedarme fiel con mi temperamento, que esta profundamente positivo y que se confía a la crítica y a la contestación sólo indirectamente y de mala gana, me apresura a exponer las tres tareas por las cuales los educadores son indispensables."

"Hay que aprender a ver, hay que aprender a pensar, hay que aprender a hablar y a escribir. La meta de estas tres disciplinas es una cultura refinada. Aprender a ver: acostumbrar el ojo a la calma, a la paciencia, a dejar las cosas venir a él, a suspender el juicio, aprender a dar la vuelta a lo partular y a captarlo en su totalidad.
Es eso la escuela preparatoria elemental a la vida del espíritu: no reaccionar inmediatamente a cualquiera solicitación, pero saber obrar con instintos que contienen y aíslan. Aprender a ver; a mi entender, es casi tener lo que el lenguaje no filosófico llama la fuerza de voluntad: lo que es esencial, aquí es de no querer hacer ninguna cosa, de saber suspender su propia decisión.

Toda actitud anti-espiritual, toda vulgaridad viene de la incapacidad de resistir a una solicitación: somos forzado de reaccionar, obedecemos a cada impulso. En muchos casos, una tal obligación ya esta una muestra de enfermedad, de decadencia, un síntoma de extenuación. Casi todo lo que la grosería no filosófica define con la palabra "vicio" no esta más que esta impotencia fisiológica a no reaccionar. Consecuencia práctica de esta educación de la vista: más tarde, cuando tendremos que aprender algo, nos volveremos lentos, desconfiados, reacios.

Primero dejaremos acercar con una calma hostil todo lo que es desconocido y nuevo, retiraremos prudentemente la mano. Ser abierto a todos los vientos, prosternarse obsequiosamente ante cada pequeño facto, y prisa a meterse con los otros y todo lo que esta diferente, en pocas palabras la famosa "objetividad" moderna es muestra del peor gusto, es por excelencia lo contrario de la distinción."

Friedrich Nietzsche

domingo, 7 de febrero de 2010

Eros y Thanatos.


Freud teorizó que la dualidad de la naturaleza humana surgió de dos instintos: Eros y Thanatos. Vio en Eros el instinto de la vida, el amor y la sexualidad en su más amplio sentido y en Thanatos, el instinto de la muerte, la agresión.

Eros es el impulso hacia la atracción y reproducción; Thanatos hacia la repulsión y la muerte. Uno lleva a la reproducción de la especie, el otro hacia su propia destrucción.

En la sociedad que hemos construido, a la Muerte se le tiene miedo, necesitamos verla de lejos, y de hecho alejamos lo que nos recuerda a ella. La enfermedad y la vejez tienen sitios donde estar sin mezclarse con nuestra cotidianeidad, porque nos recuerdan la muerte y lo inevitable de la misma.

Pero nos da miedo, no se habla de ella, los funerales son actos solemnes y tristes donde se entienden la seriedad y el color negro como signos de respeto, no sabemos manejarnos con lo que es una parte más de la vida. Aunque sea la última...

Los seres humanos vivimos en un constante devenir entre sentir amor, reflejando la vida o tener odio, manifestándose como la muerte y los sentimientos negativos. Lo bueno y lo malo dirán algunos pensadores; blanco y negro; verdad y mentira; tristeza y alegría; contraste de sentimientos sublimes contra malas intenciones.

Desde el punto de vista mitológico, ambos sentimientos: odio o amor, son influencias externas que nos llevan a manifestarnos; a veces con bien desear y otras en mal querer.

La psicología nos enseña que es resultado de la propia composición humana. Ser buenos o malos tiene que ver con la constitución psicológica; la personalidad, suma del carácter y del temperamento, con influencia de la herencia genética recibida de nuestros padres.

Para ser bueno o malo incluyamos otros ingredientes, entre ellos: la influencia familiar, social y hasta el entorno cultural en que nos desenvolvemos; así, podremos enamorarnos de la mujer o el hombre de nuestra vida, al que los románticos llegan a denominar media naranja, e igualmente desenamorarnos de ella o él, hasta el rompimiento y sentimientos encontrados: te odio y te quiero o quisiera olvidarte en vez de odiarte, frases hechas, sin imaginación.


La destructividad y la violencia no formarían parte de la naturaleza del hombre, sino que serían el resultado de la educación y aprendizaje, los síntomas de una mala adaptación a la realidad. Según dicha teoría, esta falta de adaptación tiene sus raíces en la infancia y se va agravando con el desarrollo de la persona, debido a la ausencia de compensaciones, o satisfacción a sus requerimientos y por intolerancia ante las frustraciones.

Eros y Thanatos.

Algunas personas tienen un instinto de vida debilitado, las causas pueden ser muchas, y el instinto de muerte, su Thanatos particular, está fortalecido, crecido, dominante y claro vencedor. Hay sufrimiento mientras hay lucha, y la lucha puede durar meses, porque Eros también resiste, también aguanta, porque hay una parte del ser humano que no se resigna a desaparecer. Y la calma sólo llega cuando la victoria cae de uno de los lados.

viernes, 5 de febrero de 2010

Trascendencia Humana


La palabra trascendencia es en sí misma compleja, trascender es ir más allá del tiempo y el espacio dejar huella de diversas formas en las personas que son nuestros compañeros de caminos, de vidas de coincidir.
Todos absolutamente todos los seres vivos trascienden en el otro desde diversas visiones o situaciones.

Una simple o compleja decisión puede cambiar el ritmo de vida de los que nos rodean, así que como el libro de los 4 acuerdos toltecas decía:
Seamos implacables con nuestras palabras. Lo que sale de tu boca es lo que sos.
No tomemos nada en forma personal. Nada de lo que los demás dicen es por vos, lo hacen por ellos mismos.
No hagamos suposiciones sobre lo que los demás piensan o hacen, no culpemos ni hagamos conjeturas. La manera de evitar suponer es preguntar.
Hagamos siempre lo máximo que podamos, viviendo intensamente el aquí y ahora, siendo productivos y amorosos con nosotros mismos y los demás, sin juzgarnos, culparnos ni castigarnos.
Esto lo debemos aplicar a la vida diaria, adoptar nuevas filosofías, adaptarlas etc.

Trascendemos en la vida por el simple hecho de pertenecer somos la suma de todos los que conocemos, somos el y yo que se hace un nosotros, mas el otro, mas aquel, mas aquella que nos hace nosotros, nos hace vos y yo; lo que nos hacemos uno solo a través del tiempo ya que cada uno deja huella de alguna manera en el otro.

Kant que nos dice:
“Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuando con más frecuencia se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral que habita en mi interior”

¿Cuál es tu manera de trascender en la vida?

jueves, 4 de febrero de 2010

Carga mental


Hablamos de carga mental en el sentido de la fatiga que describen las personas que tienen una carga de trabajo principalmente mental.
Que suele ir acompañadas de obligaciones físicas de sedentarismo postural además de las exigencias de manejo de información y de aplicación de funciones cognitivas en intensidad variable, actividades mentales de comprensión, razonamiento, solución de problemas, atención, concentración, memoria.

Puede dar la sensación que estos trabajos parecen cómodos y descansados, lo cual contrasta bruscamente con lo que declaran las personas que los desempeñan alegando molestias y cansancio. La fatiga puede presentarse en diferentes intensidades, desde muy ligera hasta llegar a un agotamiento total, en realidad se puede decir que la fatiga provocada por el trabajo es una manifestación clara de la tensión que éste produce, la parte positiva es que suele desaparecer con un adecuado descanso. Existen una serie de características en la fatiga, generalmente se traduce como una disminución de la capacidad de respuesta o de acción de la persona, un segundo punto sería que se trata de un fenómeno multicasual, es decir que son múltiples las causas que lo pueden originar aunque hay factores de gran peso.

En tercer lugar se confirma que la fatiga afecta al organismo como un todo, tanto física como psicológicamente y esta afectación depende de las características de cada persona, por ello aparecen diferencias interpersonales. Por último decir que la fatiga es un mecanismo regulador del organismo con un gran valor adaptativo ya que es un indicador de la necesidad de descanso del organismo.

Prevención:
La prevención de la fatiga debe empezar desde el diseño de las condiciones de trabajo y la definición de los puestos de trabajo. Desde un enfoque organizativo, se deben centrar en las condiciones de trabajo y en la reformulación del contenido del puesto de trabajo.Se puede intervenir en puntos como en la eliminación de ruidos, la adquisición del mobiliario adecuado y su correcta ubicación, la mejora de los útiles de trabajo como ayudas en el tratamiento de la información, la eliminación de jornadas de trabajo muy largas, la flexibilización de los horarios de trabajo, la posibilidad de poder realizar pausas, y disponer de un lugar adecuado para ello, etc. El fin último debería ser la adaptación de las condiciones de trabajo a las características de las personas que lo desarrollan.

Se pueden utilizar trucos para afrontar o prevenir la fatiga, si no podemos descansar se puede disminuir el ritmo de trabajo, comprobamos el trabajo realizado con más detalle, podemos usar notas recordatorias para así ayudar a la memoria. Otros puntos que debemos cuidar son la alimentación, el descanso nocturno, realizar algún ejercicio físico moderado.

martes, 2 de febrero de 2010

Mindfulness


La aceptación y conciencia plena del momento presente.


El término mindfulness no tiene una traducción exacta al español. Puede definirse como una atención y conciencia plena del momento presente. Es decir, se trata de centrarse de un modo activo y reflexivo en el aquí y el ahora, en contraposición a la fantasía o el soñar despierto.

Es preciso tener en cuenta que no se trata de una reflexión valorativa, sino tan solo contemplativa. Se trata de observar sin juzgar, sin crítica ni rechazo, sin valoración alguna, sino aceptando la experiencia tal y como está aconteciendo.

El mindfulness es una filosofía de vida procedente del budismo Zen. Es el ideal Zen de vivir en el momento presente. Este concepto ha sido adoptado por las psicoterapias de última generación, como la terapia de aceptación y compromiso, la terapia de conducta dialéctica, o la psicoterapia analítica funcional.

Sentir las cosas tal y como están sucediendo, sin pretender ejercer ningún control sobre ellas. Es decir, la persona que usa esta técnica no se centra en un pensamiento para modificarlo, sino que se centra en un pensamiento, actividad, imagen mental, etc. en sí mismo, sin pretender cambiarlo ni hacerlo desaparecer. Eso ayuda a aceptar las experiencias tal y como son, sintiendo lo que sucede, sin huir, incluso aunque se trate de una emoción desagradable. Eso permite que lo que vaya suceder, suceda de un modo completo, dejando que cada experiencia sea vivida en su momento, en el presente.

La persona se centra en lo que siente y percibe, sin usar el lenguaje para interpretarlo o traducirlo, pues el lenguaje puede sustituir a lo real, lo hace uniforme y lo enmarca en cuadros predefinidos y estereotipados. Por tanto, la persona se limita a observar y sentir aquello que observa le sugiere, dejando que unas sensaciones lleven a otras de un modo natural, sin ejercer control alguno.

La aceptación implica enunciar al control. En vez de tratar de controlar las reacciones, como llanto, etc. o emociones, debe experimentarlas tal y como se producen. Es decir, el objetivo no es reducir (controlar) el malestar, ira, tristeza, culpa, miedo... sino experimentarlos tal como aparecen.

Las técnicas de mindfulness pretenden lograr que la persona se deje llevar por sus sensaciones y emociones, dejando que actúen de forma natural. Esto permite que determinadas emociones, cambios fisiológicos, etc. que operan de forma autónoma se regulen de acuerdo con sus propios sistemas naturales de autorregulación. Cuando se intenta bloquear o controlar las emociones, se alteran los mecanismos de autorregulación porque no se experimentan por completo, de forma que no se dispone de toda la información necesaria, porque cuando una persona intenta controlar o bloquear una emoción, deja de sentirla de un modo real y completo. Esto no significa que ciertas técnicas psicológicas destinadas al manejo de emociones y comportamientos no sean eficaces. De hecho, las técnicas cognitivas pueden resultar mucho más eficaces después de usar el mindfulness, cuando una persona se ha permitido experimentar la situación por completo, y ha dejado que acuda a su mente toda emoción, idea, imagen mental, etc., las cuales le proporcionarán una valiosa información que podrá utilizar después para trabajar en la superación de un problema emocional.

Entre las aplicaciones de esta técnica, se desarrolla la terapia de conducta dialéctica, basada en mindfulness para el tratamiento del trastorno de la personalidad. También se ha utilizado como parte de la terapia cognitiva de la depresión.