lunes, 30 de agosto de 2010

Nacimiento múltiple


Esperando la cesarea:

La presión es mucho más fuerte los primeros días de una catástrofe lo que viene ahora es el la relajación y lo realmente complejo se presentará una vez que los mineros sean rescatados.

El ser humano tiene requerimientos mucho más importantes que el alimentarse: la necesidad de cariño, de ser necesitado por otro. Al establecer contacto esa necesidad queda satisfecha. Con respecto a lo que sentirán mientras dure el rescate, lo más probable es que tengan rabia frente a la situación injusta que les tocó vivir, pero no habrá desesperanza.

Pese a este panorama alentador, los terapeutas que están trabajando dicen; el problema se presentará cuando los mineros salgan, cuando tomen conciencia de que perdieron dos, tres, cuatro meses de sus vidas. Es en ese momento cuando empezará la ansiedad porque ahora están en crisis por la misma situación que están viviendo, se viene el miedo, estar en permanente alerta.
Los especialistas son categóricos al plantear que la pesadilla comenzará cuando salgan y que pasarán años con flashes de recuerdos de esta experiencia tan fuerte.

Estos hombres atrapados cuenta con un importante factor de protección: que son muchos y pueden darse apoyo unos a otros cuando experimenten bajadas emocionales. Otro punto a su favor es que han conseguido contactar con el exterior. De hecho, fueron capaces de organizarse y salir adelante durante 18 días sin saber si les habían dado por muertos o existía un plan para rescatarlos.

Caer en la desesperanza no es tan fácil. En todo caso, dependerá del carácter de cada uno de los individuos. Lo cierto es que ya están acostumbrados a permanecer a solas y en la oscuridad.

Entre los 33 mineros podrán apreciarse, a medida que pasen las semanas, distintas formas de soportar el encierro. Quienes tengan tendencia a afrontar de forma positiva las situaciones difíciles tendrán sus momentos bajos, pero los sobrellevarán. Es más probable que se produzcan consecuencias negativas. Una actitud fatalista puede llevarles a perder las ganas de luchar y negarse a comer y beber.

Los expertos coinciden en señalar que, al tratarse de un grupo grande, es más sencillo mantener el ánimo general. En estos casos, los que tienen una categoría laboral más alta o son mayores que el resto suelen resultar líderes por naturaleza y se encargan de mantener alta la moral del grupo.

Una de las circunstancias que más puede afectar al bienestar de los mineros es la falta de luz solar, hace que se alteren los ritmos circadianos, ciclo de vigilia y sueño marcado por el día y la noche. La inexistencia de luz natural produce un desajuste del reloj biológico y da lugar a problemas físicos, como un aumento de la frecuencia cardiaca y del ritmo respiratorio, y psicológicos, ansiedad, ataques de pánico o estrés.

Por esta razón, se aconseja respetar los periodos de descanso nocturno y actividad diaria aunque se haya perdido la referencia del sol. Esto mismo es aplicable al resto de los quehaceres del grupo: deben establecer una serie de rutinas que ocupen su tiempo y liberen su mente, entre las que no puede faltar la práctica de ejercicio físico.

El objetivo es que mantengan una vida lo más parecida posible a la del exterior, incluso en las circunstancias más dramáticas. Un caso extremo sería el fallecimiento de uno de ellos que, según los terapeutas, sería difícil de manejar porque les pondría la muerte muy cerca. Lo primero que deberían hacer, señalan, es un ritual de despedida.

Pero, por muchos mecanismos de defensa que se pongan en marcha, la espera se les va a hacer eterna tanto a ellos como a sus familiares. De ahí que los psicólogos chilenos controlen de forma minuciosa los mensajes que les transmiten sus allegados. Cualquier pequeño desliz podría tener consecuencias devastadoras.

Hay que comunicarles poco a poco el tiempo que van a tardar en rescatarlos con el fin de atenuar el impacto, tal y como están haciendo las autoridades chilenas.
Hay otro tipo de mensajes a los que sí se puede dar rienda suelta: los que les permiten mantenerse conectados con la realidad. Cosas tan simples como las noticias sobre bodas o nacimientos entre sus familiares y amigos pueden ser de gran ayuda para que, en palabras de los psicólogos; se sientan partícipes de lo que está pasando en el mundo.

El trabajo de los psicólogos que trabajan sobre el terreno no acabará cuando se produzca la liberación de los 33 hombres. No todos requerirán atención psicológica tras el rescate, pero se les informará de los síntomas que pueden sufrir y de la atención especializada que se pondrá a su disposición. Según las estadísticas, lo más probable es que entre tres o cuatro de ellos precisen ayuda psicológica a corto plazo, y entre uno y dos durante un largo periodo de tiempo.

La tragedia griega, que lejos de ser un espectáculo elitista era una celebración popular, tenía como objetivo poner ante el público un espejo terrible en el que el hombre pudiera contemplar todas sus contradicciones y límites, pero no para hundirlo en el sinsentido, sino para liberarlo del peso que pudiera albergar su conciencia.
Este espejo debieran poner a los responsables de estas minas, para que esto no vuelva a pasar nunca más, pero este deseo mió y de tantos, es solo una quimera, los poderosos jamás pensarían en nadie que no sea su entorno y su maldito poder.

Estamos a la espera de un nacimiento múltiple, sabemos que son 33 y por ahora están todos bien. El cordón umbilical nos informa de su estado, pero también los alimenta, los asiste, los prepara para su nacimiento.
Todos estamos esperanzados en una cesárea exitosa, pero… ¿Cómo es la vida a partir de este renacer?

viernes, 27 de agosto de 2010

El Deseo


El deseo es una fuente inagotable, renovable, indomable, que oculta y clandestina se revela entre decires y no decires, en sensaciones orgánicas como cosquilleos en el estomago, las mariposas en la panza de los enamorados, un sentimiento de hinchazón en los pulmones y en el corazón como el que siente el padre que abraza con amor a su hijo; cada vez que sentimos es porque hizo su aparición el deseo, es el que a su manera nos informa que estamos vivos, que el amor existe, que todavía podemos emocionarnos, conmovernos, quedarnos sin palabras, o como Dice el dicho popular: “La pucha que vale la pena estar vivo”.

No hay palabras para nombrar el deseo, no hay objeto que lo pueda colmar. El mercado con sus objetos de consumo juega a colmar el deseo, ofrece objetos sustitutos con la imposible promesa de la satisfacción total y garantizada, pero no alcanza, siempre hay otra cosa, algo más.

Deseo que se mezcla en nuestro hablar, que se desliza a través de las palabras, que no se deja atrapar, como si apreciara sentirse un pájaro libre, que sube desde el pecho.
A veces se piensa para no desear, cuando nos enfrascamos en ese rumiar monótono, pesado y conformista, que en soledad nos atormenta con pensamientos que apelan a la racionalidad, a sacarnos el problema de lo que sentimos, a justificar nuestro miedo a sentir, a querer, a desear, a amar. En oportunidades se comparte con otros, es la soledad en compañía, donde se habla para no decir nada, no decir nada del deseo.

El pensamiento obsesivo se opone al deseo, No aguanto mas, lo/a llamo y le digo lo que siento, Impulsa el deseo, y un pensamiento conservador y monótono que se opone: Mejor ahora no, a ver si...

El deseo se desliza en nuestros dichos pero se realiza en la acción. El deseo es verbo en presente, es un Te amo ahora y sin reproches. El pensamiento obsesivo, el rumiar se expresa en tiempo pasado o futuro, así el deseo que es verbo es rememorado nostálgicamente en un pasado que ya fue: pensar lo/a quise tanto o postergarlo a un futuro incierto: Sé que algún día la/o voy a encontrar y entonces la/o abrazare y.... Al deseo debe escuchárselo en presente, en el momento que se presenta y dice presente.

Alguien que halla transitando un tratamiento psicoanalítico, habrá notado como a partir de cierto momento el pensamiento obsesivo emprende la retirada, comenzando a ganar terreno el deseo. El sujeto se siente más libre, sin las ataduras que aprisionaban sus sentimientos, se permite sentir, llorar, reírse de sí mismo. No comprende como pudo haber llevado la vida que llevo, esa forma de vivir la vida que ahora siente como ajena, sintomática, vida no vivida, porque no pedí ayuda antes, pensé en consultar un montón de veces, pensé que podía solo, no se, ahora siento, todos esos años.

La persona comienza a hacer la experiencia del deseo, se asombra, se siente parte de la vida, protagonista, responsable de su sentir, siente el ímpetu vivificador del deseo. Ya no vivirá la vida como una pena, sino que podrá decir: “Vale la pena vivir”.

“Es muy difícil conciliar amor y cabeza.
En mi caso ni siquiera somos amigos”. Woody Allen.

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama. Miguel de Cervantes

miércoles, 25 de agosto de 2010

La llave que abre todas las puertas


La fuerza de voluntad:

Si quiero, puedo
Encendemos la tele y vemos prototipos de Adonis de nuestro tiempo: actores, deportistas, cantantes… Cualquiera queremos parecernos a ellos. Todos envidiamos algo de alguien, no obstante, ¿podemos conseguirlo? Obviemos de este análisis el conseguir imposibles, pero todo aquello que es fruto de nuestro esfuerzo prosperar en nuestro trabajo, mejorar nuestros resultados deportivos, mejorar nuestra forma física, etc. ¿Es posible alcanzarlo? La respuesta es un rotundo: “SÍ”.

Si queremos conseguir algo, pongamos todos los medios para lograrlo. Tan fácil de decir y tan complicado de llevar a cabo. Es por esto lo extraordinario que resulta conocer a alguien que ha alcanzado sus metas a base de esfuerzo y sin recibir ningún regalo. ¿La clave?
Autoconfianza
Sacrificio
Tesón
Ganas de mejorar

La autoconfianza
es fruto de nuestras experiencias pasadas y de nuestro contexto. Un ambiente que crea en nosotros, es vital, muy importante, pero lo verdaderamente determinante es la autopercepción de éxito atribuida a nuestras acciones. Creer en uno mismo, en nuestros conocimientos, en nuestros valores, en no guardarse nada en darlo todo para lograr nuestros objetivos.

El sacrificio es la capacidad para anteponer obligaciones o tareas que nos ayudarán a lograr nuestras metas, antes de aquellas otras cosas que nos gustan, nos divierten pero no nos van a ayudar en nuestro camino. Nuevamente, aquí el contexto es fundamental.

El tesón es el transcurrir del tiempo durante el cual no vemos resultados pero aun así trabajamos como si ya los hubiéramos logrado. Hay quien lo llama fe o quien lo llama tesón. Sea cual sea la etiqueta, es imprescindible para conseguir lo que queremos y, en segundo término, para valorarlo en su justa medida.

Las ganas de mejorar son para nuestro crecimiento personal como el combustible para un coche que tiene que iniciar un largo viaje. Si no deseamos algo realmente, al segundo día cesaremos en nuestro intento. Por eso, porque hacen falta ganas reales de mejorar, sólo son efectivos los propósitos que nos planteamos cuando hemos tocado fondo y, por tanto, cuando estamos necesitados de ese cambio. La tentación siempre está a la vuelta de la esquina y es nuestra mayor enemiga.

No concentrarse en el esfuerzo del momento, sino en la recompensa futura.

Ponerse metas sucesivas y alcanzables, en vez de apuntar a grandes logros de una sola vez.

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” – Albert Einstein -

martes, 24 de agosto de 2010

Decir "No"


Claro que es más fácil decir que sí, pero ¿A qué precio? Decir que no puede ser una opción más saludable para el aliviar el estrés.

Ser honesto/a con uno mismo/a. La vida está llena de obligaciones de las que queremos escaparnos o eximirnos. Si tratamos de realizar demasiadas actividades en muy poco tiempo. Si es así, el alivio puede ser tan sencillo como decir que no.

Hay un sin número de peticiones que tienen los demás que pueden gastarnos nuestro tiempo y aumentar el estrés. Es fácil crear situaciones estresantes en la vida por no rechazar las solicitudes a tiempo.

Decir “no” puede ser bueno. Decir “no” no es un acto egoísta. De hecho, puede ser más beneficiosa para la salud mental de nuestra familia y otros compromisos. Cuando decimos no, facilitamos el tiempo para hacer cosas que nos den placer.

Decir “no” puede permitirnos probar cosas nuevas. El hecho de que siempre se haya cargado con alguna responsabilidad en especial no quiere decir que tengamos que seguir haciéndolas para siempre. Decir “no” va darnos tiempo para dedicarse a otras aficiones o intereses.

Es importante reconocer las diferencias. Si otros no pueden hacer las cosas exactamente de la misma manera que nosotros, no significa que la tengamos que hacer. Permitirse delegar responsabilidades, y disfrutar de cosas que si nos gusten en ese tiempo.

Pensemos en el estrés a largo plazo. Antes de aceptar algo por compromiso veamos en cómo nos afectará a pequeño mediano y largo plazo.

Digamos las cosas de manera práctica. No fabricar razones para salir de una obligación. La verdad es siempre la mejor manera de rechazar un amigo, familiar o compañero de trabajo.

Tomemos un tiempo para practicarlo. Decir no, no será fácil si estamos acostumbrado a decir sí todo el tiempo. Pero aprender a decir no es una parte importante de la simplificación de un camino a una vida mejor y menos estresante.

Al comienzo puede que no sea sencillo, es importante que arriesguemos a decir que no de vez en cuando y ver realmente cuál es la reacción de los demás, generalmente es mucho menos terrible de lo que pensamos.

No complacer al otro para evitar un enfrentamiento.

Mantener la calma. La ira solo logra entorpecer el juicio.

Ser firme pero no agresivo.

Actuar rápidamente. Cuanto más tiempo tarde en salir el "no" más difícil se hará.

No pedir disculpas por exigir lo que se merece en forma limpia y honrada.

Actuar con educación, pero con seguridad.

Todos tenemos el derecho a decir que no, y no existe ninguna regla que confiera más valor al deseo ajeno.

Las pequeñas frustraciones cotidianas son las que, sumadas unas a otras, terminan por hacer nuestra vida desdichada.

Dejarse robar algunos centavos del vuelto en las compras cotidianas, ver como se nos cuelan en la fila del banco... son problemas menores que deben ser resueltos para elevar la autoestima y colocar la piedra fundamental de una nueva forma de resolver la vida.

Aún cuando se trate de un hecho insignificante, nunca hay que dejarlo pasar.

El sentimiento de alivio y la descarga de adrenalina que se experimentan al resolver una situación abusiva son la mejor recompensa.

sábado, 21 de agosto de 2010

Tai Chi


El Tai Chi es una disciplina milenaria que combina las artes marciales y la meditación. Esta disciplina nació en la antigua China como una técnica para la autodefensa. Hoy en día, la gente la utiliza como un ejercicio para mejorar la salud y poder relajarse, mas que como un arte marcial.

El Tai Chi consiste en diferentes rutinas que se realizan a un ritmo suave y armónico, combinando la respiración y el equilibrio en cada movimiento. Cada postura lleva a otra, y de esta forma el cuerpo está en constante movimiento. Es importante tener en cuenta que hay diferentes estilos de Tai Chi y que cada estilo varía de los demás, con cambios que a menudo se encuentran en el principio y en la parte final de los movimientos.

Beneficios
Esta disciplina puede ser un complemento ideal para otros deportes o puede ser una disciplina de entrenamiento completa en sí misma. En cualquiera de los casos, podremos disfrutar de los beneficios que nos brinda en diferentes áreas:

Psicológica: El Tai Chi se basa en la meditación. La meditación ayuda a calmar la mente y hace que los sentidos se centren en el presente. De esta forma, una persona consigue olvidarse de las preocupaciones diarias. Reduce el estrés, mejora la autoestima y la confianza en uno mismo.

Física: Algunos estilos de Tai Chi, te harán trabajar hasta sudar. Con la práctica habitual, el cuerpo gana en fuerza y en flexibilidad. Los movimientos logran que la sangre fluya hacia las extremidades, aspecto que mejora notablemente la circulación. El hecho de activar la circulación previene la aparición de las varices y de la celulitis, alivia la fibromialgia.

La práctica de Tai Chi puede incrementar la resistencia natural del cuerpo a las enfermedades, proporcionar energía y mejorar la función de los órganos internos al fortalecer el sistema inmunológico. Los movimientos suaves son ideales para las personas con problemas en las articulaciones y las posturas mejoran la fuerza en la columna vertebral.

Emocional:
Reduce el nivel de algunas hormonas de estrés, y gracias a esto, el cuerpo y mente empezarán a descansar gracias al estado de tranquilidad que logra a través de la práctica del Tai Chi.

Esta practica también mejora nuestra autoestima y auto-confianza. Es una disciplina ideal para ser practicada por chicos hiperactivos, porque ayuda a calmar su mente. También es muy apropiada para los niños tímidos, ya que aumenta su confianza. El Tai Chi da más importancia a la técnica que a la fuerza. De hecho, como es una rutina de bajo impacto, es especialmente adecuada para adultos mayores y para gente con problemas de obesidad.

jueves, 19 de agosto de 2010

Adicciones


Abordaje psicoterapéutico de las adicciones. Basados en el trabajo, en la experiencia clínica, en el tratamiento psicoterapéutico de las adicciones con abordaje cognitivo- conductual. Estas pueden ser a: alimentos, juego, trabajo, sexo, vínculos afectivos, drogas, entre otras. Factores de riesgo individuales como: curiosidad, baja tolerancia a la frustración, dificultad en la interrelación personal, dificultad para expresar sentimientos, inseguridad, inestabilidad emocional, impulsividad, entre otros.

Factores de riesgo familiares como: dificultad en la relación con los padres o con uno de ellos, dificultad en la aceptación de la puesta de límites, agresividad verbal y a veces física, dificultad en la comunicación, entre otros. Factores de riesgo como momentos socio-culturales que predisponen al consumo de drogas, presión de pares, la búsqueda de liderazgo dentro del grupo consumidor. La dependencia, psíquica o física de ellas puede llegar a ser muy fuerte, desplazando necesidades básicas, como comer o dormir. Al aliviar el dolor emocional a través de una actitud adictiva, ésta se vuelve obsesión, hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la misma no haría, como mentir, robar, prostituirse, autoagredirse etc.

La droga se convierte en el centro del actuar de la persona, vive para y por la droga, llegando a afectar el trabajo, las relaciones interpersonales, los estudios, deteriorando día a día sus vínculos socio-familiares. La mayoría de los adictos presentan en su patrón de consumo un policonsumo, estos pacientes, su droga de elección es la cocaína y el uso del alcohol como estrategia para volver a un estado de normalidad: del estado eufórico a uno menos eufórico, para inducirse al sueño, considerando que el alcohol es un depresor y la cocaína un estimulante le permite ir modulando su estado de ánimo.

Les permite socializarse, evadirse de la realidad, de los compromisos, estar alegres, mantener largas horas de conversación en grupo, en boliches entre otros. Los consumidores de cocaína sienten desasosiego, irritabilidad y ansiedad cuando disminuyen la dosis y la frecuencia de consumo, se deprimen, aumentando su ansiedad por consumir más cocaína para aliviar la depresión. Sus relaciones afectivas se vuelven frágiles, se vuelven irresponsables, les resulta difícil asumir compromisos y se van volviendo incapaces de tomar decisiones.

Deciden comenzar un tratamiento psicoterapéutico cuando observan como su calidad de vida se ha ido deteriorando, sus vínculos familiares, sus relaciones interpersonal afectivo-amoroso, su vida estudiantil, su vida profesional va perdiendo su valor, su motivación, va abandonando sus hábitos, se va despreocupando de su aspecto personal, su vida comienza a girar entorno al consumo.

El tratamiento psicoterapéutico: Psicoterapia Farmacológica y Psicoterapia Cognitivo- Conductual individual y familiar, considerando fundamental la inclusión de la familia o de los referentes vinculares en la misma. Consta de tres etapas con una duración de un año a tres: Concientización y Análisis del problema-adicción. Reconstrucción de los vínculos, reestructuración cognitiva, afrontamiento de situaciones estresantes, prevención de recaídas. Aprendizaje y reforzamiento de habilidades sociales como sostén en el proceso de cambio y rehabilitación.

Tratamiento de la cocaína por medio de la hipnosis:
Cuando un adicto entra en estado hipnótico, está vulnerable su inconsciente, y es el momento que tiene que aprovechar el terapeuta para sugestionarlo, trabajando en el nivel emocional por medio de la hipnosis. En cambio, en las entrevistas regulares, se trata el nivel racional del individuo, por medio de la terapia individual o con terapias grupales. En éstas últimas, los pacientes tienen oportunidad de escucharse unos a otros, compartiendo sus vivencias, sus frustraciones y sus logros. La gran ventaja del tratamiento de la cocaína mediante hipnosis, es que el paciente no necesita estar confinado en centros de rehabilitación.

Psicoterapia cognitiva:
Esta estrategia terapéutica es útil para apoyar o reforzar el estado libre de la droga. Existen numerosos trabajos de investigación que indican un resultado variable de esta disciplina utilizada, no obstante tiene que considerarse como complemento del tratamiento farmacológico.

Tratamiento con vacunas:
En la actualidad se está investigando sobre el aspecto de la inmunogénesis. Debido a que existe una ausencia de un receptor específico para la cocaína, diversos grupos de investigación en el mundo están intentando descubrir, por un mecanismo que estimule al aparato inmunitario con antígenos específicos, anticuerpos con acción específica de bloquear a nivel periférico la acción de la cocaína. Esta estrategia ensayada en el tratamiento de la cocaína esta resultando prometedora, ya que las pruebas en cobayos bloqueando la acción de la cocaína en sangre periférica debido a la acción de anticuerpos del tipo Ab2beta, evitando que la misma ingrese al Sistema Nervioso Central.

Reconstrucción de vínculos, reconstrucción de sus vínculos familiares, crear nuevos ámbitos sociales que no estén relacionados con el consumo.
Reestructuración Cognitiva gradualmente ir trabajando el conocimiento y como ir controlando sus estados de ansiedad, sus estados depresivos, el manejo de la agresividad, usando la técnica de la relajación.
El poder disfrutar sin consumir, el poder vencer el aburrimiento con actividades recreativas y sostenerse sin consumir.
Habilidades Sociales. Es importante en el proceso terapéutico el trabajar la Resolución de Problemas, están acostumbrados a escapar de los mismos a través del consumo de cocaína a través de una sustancia mágica que les permite evadirse de la realidad.
Trabajar la Autoestima es fundamental como reforzar la confianza en si mismo, el sentimiento de autocontrol y el sentimiento de esforzarse por conseguir sus metas.

martes, 17 de agosto de 2010

Psicoterapias


Actualmente nos encontramos en un mundo de cambios vertiginosos e incluso dolorosos que han traído como consecuencia entre otras cosas, la pérdida de empleo, la falta de unión familiar, presiones económicas y la pérdida de valores, estos problemas aunados a los conflictos conductuales, depresivos y problemas en las relaciones de pareja, conflictos en el trabajo, adicciones, hábitos, problemas alimenticios, fobias, trastornos psicosomáticos, estrés, insomnio y un sin fin de trastornos de índole psicológico; demandan soluciones rápidas y adecuadas basadas en terapias breves y efectivas que eviten en la medida de lo posible los tratamientos tradicionales de larga duración.

La Terapia Breve es un nuevo modelo de terapia que busca solucionar los problemas de la manera más rápida, eficiente y poco dolorosa. Busca atacar el problema que determine el paciente como el causante de su conflicto Aquí y Ahora. En contraposición al Psicoanálisis tradicional que su enfoque se basa en el pasado, la Terapia Breve acude al pasado únicamente en dos casos: cuando el paciente lo considera importante para solucionar su problemática ACTUAL, o cuando el terapeuta estime obtener recursos adicionales y útiles para ampliar la gama de posibles soluciones al problema planteado.

Si bien la Terapia Breve como lo indica su nombre, implica tratamientos mucho más cortos respecto a otras técnicas tradicionales, esto no significa que la Terapia Breve sea fácil. Su principal enfoque involucra cambiar la forma de pensar lineal, causa-efecto a uno sistémico, sistemas, subsistemas y sus interacciones, es decir, no se trata al individuo y su problema en forma aislada, sino que lo considera dentro de su contexto actual y sus interrelaciones. Esta filosofía es la que permite a la Terapia Breve aplicarse adecuadamente tanto al tratamiento de familias, como de parejas, individuos, u otros sistemas de interacción humana.

En el mundo actual la psicología se orienta hacia la resolución de conflictos, relacionándose con la investigación y otras ciencias de la salud. Por eso los tratamientos son breves, no superficiales; las soluciones de fondo se alcanzan después de una minuciosa evaluación del paciente. De modo que el bienestar psicofísico no se produce por sesiones mágicas. Definidos los objetivos terapéuticos comienzan a utilizarse las técnicas adecuadas para cada caso.

Así, terapeuta y paciente conforman un equipo de trabajo de intensa actividad, teniendo como único horizonte el cambio. El cambio nunca es pequeño o aislado, una mínima modificación en nuestros pensamientos, emociones o conducta repercute en nuestros vínculos y calidad de vida.

¿Quién debe acudir a la terapia breve?
Cualquier persona que se sienta inmersa en alguna problemática, que haya intentado alternativas de solución y que no haya logrado el cambio deseado es una persona susceptible de acudir a una Terapia Breve. Para acudir a este tipo de terapia no necesariamente tiene que existir una patología específica catalogada, basta que sea una situación que el paciente identifique como problema. Todos en algún momento de nuestras vidas nos sentimos agobiados por algún problema o situación que deseamos cambiar y aparentemente no podemos.

La Terapia Breve se constituye en sí misma en una herramienta de CAMBIO que considera individuos, parejas, familias y hasta empresas, para acceder a caminos de solución rápidos y efectivos que permitan encarar el reto continuo de sobrepasar los obstáculos que la vida nos presenta día con día.

jueves, 12 de agosto de 2010

Eritrofobia o rubor facial


Las personas con fobia social son especialmente sensibles a las críticas de los demás y tienen una percepción inapropiada de lo que constituye una violación de los códigos sociales, de manera que se ven a sí mismas cometiendo transgresiones sociales con más frecuencia que el resto de las personas.

Estas personas son más conscientes de sí mismas en situaciones sociales, se vigilan y observan de cerca su comportamiento y cualquier pequeña trasgresión social a la que otras personas no darían importancia, es vista por ellos como un acto vergonzoso o humillante que puede desencadenar el rubor facial. Es decir, el problema está en su modo de pensar y el modo como se perciben a sí mismos y su comportamiento. Por ejemplo, la mayoría de las personas considera que sonarse la nariz en público es un acto sin importancia, una persona con fobia social, puede considerarlo vergonzoso, o una muestra de su imperfección. Es decir, suelen ser personas muy perfeccionistas y exigentes consigo mismas.

La función evolutiva del rubor consiste en mostrar a los demás que es consciente de que ha cometido una trasgresión y se siente mal por ello. De modo que el rubor facial tiene una función social que está indicando al grupo que conoces las normas y sos capaz de arrepentirte. No obstante, la persona con fobia social considera trasgresiones sociales una multitud de actos que, en realidad, no lo son.

La persona que se ruboriza reacciona negativamente ante este hecho, y se siente avergonzada por ello. Esto hace que su ansiedad aumente, y la ansiedad puede provocar un mayor rubor. De este modo, puede tener miedo de verse en situaciones en las que previamente se ha ruborizado.

Este miedo hace que se sienta ansiosa, de modo que el mismo miedo al rubor facial puede acabar provocándolo, estableciéndose así un círculo vicioso. Por lo general, el rubor facial ha comenzado en la infancia o la adolescencia, edad en la que es frecuente ser objeto de burlas cuando los demás observan el enrojecimiento de la cara. El miedo a ruborizarse recibe el nombre de eritrofobia.

El tratamiento depende del motivo por el que se produce. Si se debe a una enfermedad o trastorno físico, como una enfermedad de la piel o la menopausia, es necesario diagnosticar y tratar la causa subyacente correctamente.

Los adolescentes suelen superar este rubor facial con el tiempo, cuando se debe a ansiedad, nerviosismo o a la actividad hormonal.

Cuando el rubor facial está causado por una fobia social, el tratamiento más adecuado es la psicoterapia. El psicólogo enseñará a estas personas a cambiar el modo de pensar y comportarse en situaciones sociales, modificar sus emociones, aprender técnicas de relajación para contrarrestar la ansiedad, afrontar los miedos sociales, etc.

En casos severos puede realizarse una intervención quirúrgica que consiste en cortar algunos de los nervios que controlan el diámetro de los vasos sanguíneos. Este tipo de operación puede utilizarse también en casos de sudoración excesiva de la cabeza, manos y axilas.

martes, 10 de agosto de 2010

Trastorno bipolar


Los distintos tipos de trastornos afectivos bipolares
El Trastorno Afectivo Bipolar
afecta el estado de ánimo y el comportamiento de las personas con períodos depresivos, de profunda tristeza, episodios maníacos de alegría, euforia e hiperactividad y fases de irritabilidad, su causa es un desequilibrio químico en el cerebro por lo que su alternativa curativa tiene que ser farmacológica.

Algunos autores reconocen distintos tipos de trastornos afectivos bipolares, hasta el presente son cuatro los citados: Trastorno Bipolar tipo I, Trastorno Bipolar tipo II, Ciclotimia y Trastorno Bipolar no clasificado.

El de tipo I, las personas experimentan episodios maníacos con o sin fases depresivas. El de tipo II se caracteriza por episodios de euforia pero con por lo menos algún episodio de depresión. Es difícil de diagnosticar porque la euforia no llega a la fase maníaca. La Ciclotimia, alterna el comportamiento de la euforia con la tristeza. Los demás trastornos bipolares entran en la cuarta categoría.

En la fase depresiva las personas sienten pesimismo, sensación de vació, sentimientos de culpa, de desesperanza, problemas para trabajar, tomar decisiones, insomnio, perdida o por el contrario aumento de peso, tristeza, ansiedad y desesperación.

En los períodos maníacos la persona que sufre el trastorno tiende a presentar una autoestima exagerada, a hablar sin parar, aumenta su deseo sexual, se muestra eufórico en su manera de ser, lo cual lo lleva a sensaciones de grandeza, a amenazar a otros, a ser hostil y a conductas inesperadas. También, exterioriza una gran irritabilidad, ausencia de buen juicio y comportamientos exaltados e inapropiados en público.

Cómo es un trastorno fisiológico más que psicológico requiere tratamiento bioquímico a través de fármacos. Es una enfermedad crónica que acompañará a la persona toda su vida por lo que la medicación igualmente será permanente.

La dosificación es complicada por lo que requiere asistencia psiquiátrica constante dependiendo la fase en la cual se encuentre el paciente dado que un antidepresivo en exceso lo puede sacar de la depresión y provocar la fase maníaca y viceversa.

Se necesita de un seguimiento tanto por el ajuste de medicación, como por la necesidad psicoterapéutica que requiere la persona para enfrentarse a ciertos contratiempos.

jueves, 5 de agosto de 2010

Trastorno esquizoide de la personalidad


Es una condición psiquiátrica caracterizada por un patrón vitalicio de indiferencia hacia los demás y de aislamiento social.

Una personalidad esquizoide se caracteriza porque su posición conduce directa o indirectamente a la ansiedad en sí misma, no por propia soledad o por separación, sino por compromisos, en especial aquel que tiene que ver con el matrimonio o empleos permanentes.

La causa del trastorno esquizoide de la personalidad se desconoce y se estima que su incidencia varía.
Existe una característica básica que diferencia a la personalidad esquizoide de cualquier otra, y es que posee un esquema de defensa por introversión y desapego que busca enfatizar la separación de cosas materiales y cotidianas para buscar poderes misteriosos, ocultos o escondidos.

Una persona con trastorno esquizoide de la personalidad:

No desea ni disfruta de relaciones cercanas, incluso con miembros de la familia.

Evita las actividades sociales que involucren contacto interpersonal significativo.

Se manifiesta distante y desconectada.

Es necesario conocer, cuando una persona sufre el trastorno esquizoide de la personalidad comparte varios aspectos con el Síndrome de Asperger (trastorno neuromental que forma parte del espectro de trastornos autísticos), depresión y el trastorno de la personalidad por evitación.
Por este motivo, puede ser difícil distinguir entre uno u otro. Debe ser el especialista quien sea la persona adecuada en aportar un diagnóstico claro y certero.

La terapia con el uso del habla no sea efectiva dado que las personas con este tipo de trastorno tienen dificultades para relacionarse con los demás.
Este trastorno es una enfermedad crónica con un pronóstico desalentador.

El principal objetivo de la terapia no es transportar al paciente a un imposible estado de felicidad, sino ayudarlo a adquirir paciencia delante del sufrimiento. C. Jung

martes, 3 de agosto de 2010

Una mente indomable


La psicopatía no implica necesariamente cometer hechos delictivos pero sí indica un alto grado de peligrosidad. La personalidad del psicópata es muy compleja, como lo son sus causas y, por consiguiente, su tratamiento. Sabemos cómo actúan, cómo se comportan pero es difícil saber por qué lo hacen.

La psicopatía es un trastorno de la personalidad caracterizado por una incapacidad de mantener una relación plena con otras personas. El psicópata considera a los demás como un medio para satisfacer sus necesidades, sólo siente aprecio por sí mismo, es egocéntrico, se cree el centro del mundo y manipula a los demás.

Tiene emociones muy particulares: incapacidad de empatía, no se emociona no sufre en sus relaciones familiares o de amistad, finge emociones que no siente, se excita con el riesgo y lo prohibido, hay algo que les impide aceptar las normas e ir en contra de lo establecido, falta de sentimientos de culpa, algunos suelen ser muy inteligentes y tener encanto personal ficticio, pueden ser encantadores con los demás hasta que consigan satisfacer sus necesidades y conseguir lo que desean. En situaciones angustiantes que desestabilizan a los demás, tienden a reaccionar con mucha frialdad y tranquilidad, suelen ser mentirosos, no se sienten culpables ni sienten vergüenza ante sus acciones, por muy incalificables que estas sean.

La psicopatía hay que entenderla como una combinación entre predisposición biológica y factores sociales. Se trata de un trastorno con una base genética y que el ambiente tiene un papel desencadenante del tipo de vida antisocial que tienen las personas con este trastorno. Se están llevando a cabo muchas investigaciones y cada vez hay más avances que van a ayudar a descubrir cuáles son los factores biológicos que intervienen, que hoy se desconocen. Su mente está afectada por experiencias vividas en su infancia o adolescencia. Infancia traumática, abandono, malos tratos, abusos, violaciones, rechazo, etc. Todo esto causa un efecto en la mente del psicópata y es lo que le motiva a vengarse con la sociedad de todo lo que le ocurrió.

Los psicópatas no tienen freno, ni siquiera con sus familiares más cercanos; abusan y mienten porque no sienten respeto ni interés por las reglas y la vida. No planean ni enjuician bien, y esto los lleva a que no puedan visualizar el futuro ni medir las consecuencias. Viven el día a día, buscando qué obtener de los demás.

La psicopatía es un trastorno de la personalidad, de base, por lo cual es crónico (incurable). Para tratarlo, se requiere un enfoque interdisciplinario: un psiquiatra, un neurólogo, un psicólogo. Algunos clínicos utilizan fármacos antipsicóticos para controlar la impulsividad, entre otras drogas. Si bien aún no se han descubierto programas eficaces para su resocialización, resultando las psicoterapias muy poco exitosas con estos pacientes, esto no significa que sus actitudes y comportamientos sean inalterables.

El terapeuta debe trabajar, en primer lugar, su falta de conciencia de enfermedad, su falta de empatía, su impulsividad y su insensibilidad. Esto puede resultar una ardua tarea, pero debe continuarse la búsqueda de técnicas clínicas efectivas para estos sujetos.