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miércoles, 23 de junio de 2010

Alegria


Los componentes de la alegría son: la significación, la ausencia de emociones negativas, y el placer físico.

La alegría es una de esas emociones que todo hemos sentido alguna vez, pero que de alguna u otra manera, siempre nos cuesta mantenerla en el tiempo, fundamentalmente porque para muchas personas, ésta depende directa o indirectamente de aquello que les pueda ocurrir cada día.

Desde un punto de vista teórico de la psicología positiva, creo ahí está el error, ya que podemos disfrutar de la alegría en cualquier momento del día y de nuestra propia vida en sí, a pesar de que nuestra realidad no sea todo lo buena que queremos.

“La alegría es una emoción agradable del alma, en la que consiste el goce que esta siente del bien que las impresiones del cerebro le representan como suyo. Digo que en esta emoción consiste el goce del bien; pues, en efecto, el alma no recibe ningún otro fruto de todos los bienes que posee; y mientras no siente ninguna alegra de poseerlos, puede decirse que no goza de ellos más que si no los poseyera.

Añado que de este bien que las impresiones del cerebro le representan como suyo, a fin de no confundir este gozo, que es una pasión, con el gozo puramente intelectual, que se produce en el alma por la única emoción agradable producida en ella misma, en la cual consiste el goce que el alma siente del bien que su entendimiento le presenta como suyo.

Verdad es que, mientras el alma está unida al cuerpo, este gozo intelectual no puede casi nunca dejar de ir acompañado del que es una pasión; pues tan pronto como nuestro entendimiento advierte que poseemos algún bien, aunque este bien pueda ser tan diferente de todo lo que pertenece al cuerpo que no sea en absoluto imaginable, no deja la imaginación de producir inmediatamente alguna impresión en el cerebro, de la cual resulta el movimiento de los espíritus que suscita la pasión de la alegría”.
RENÉ DESCARTES.

Dicen que la alegría es aquello que nos inunda cuando nos sentimos felices, independientemente de cuál sea el motivo o las circunstancias que acompañan a tal emoción.

La Real Academia Española define la alegría como el sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores, siendo una definición prácticamente ideal para poder conocer qué se esconde tras esa bella palabra.

Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla. (Mark Twain).

Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. si alguna alegría hay en el mundo la tiene seguramente el hombre de corazón puro. (Tomás de Kempis)

La alegría más grande es la inesperada. (Sófocles)

jueves, 3 de junio de 2010

Pasión


Ser apasionados es estar poseídos de algún afecto o aficionarse con exceso a alguien o algo. La palabra pasión viene del latín passio asociado con la acción de padecer o sufrir. Cuando hablamos de pasión podemos hablar del amor muy intenso de una persona por otra o del sufrimiento extremo de alguien como es el caso de la Pasión de Cristo.

En el campo de la psicología, la pasión es una expresión de la conducta, vehemente, entusiasta y frecuentemente incontrolada que ocupa la atención de la persona y lo predispone hacia un comportamiento en pro del objetivo de su excitación.

Ser apasionados no es una perturbación o un trastorno. Se encuentra estrechamente vinculado a comportarnos de manera más emocional que racional. No en vano un refrán popular dice: "Lleno de pasión, vacío de razón". Esto implica que cuando una persona se siente apasionada tenderá a reaccionar más con sus emociones que razonando objetivamente, pensando o planificando acciones para alcanzar sus metas.
En la vida común las personas absolutamente apasionadas sufren en demasía, porque actúan sin recapacitar y generalmente fracasan. Cuando el equilibrio entre la razón y la emoción se pierde surgen los desengaños, las frustraciones, la amargura, el desconsuelo, la consternación, el abatimiento, la tristeza y el sufrimiento. Por último, la depresión.

La mayoría de las personas cuando hablan de ser apasionados se refieren al amor, al sexo, a la relación de pareja. Ser apasionados está emparentado al corazón, al alma. No obstante, se puede ser apasionado de alguna causa, de una forma de ser o de alguna tarea, oficio o profesión. Sin apasionamiento los padres de las naciones no hubiesen hecho sus contribuciones. El arte no existiría, los poetas, escritores y literarios no nos hubieran legado sus maravillas. Historiadores y científicos no hicieran sus aportes a la humanidad. "Ser apasionados" es vital siempre que se establezca el contrapeso con el "ser racionales", a la vez.

Si eliminamos la pasión perdemos el disfrute de estar enamorados, la sensualidad y la voluptuosidad del sexo, el goce de la belleza, la satisfacción de hacer el bien, el agrado y el disfrute de crear, la dicha de luchar por la paz. La diversión, la aventura, la felicidad. Pero, si excluimos la racionalidad, la pasión nos puede llevar al sufrimiento, al dolor, o peor aún, a veces nos arrastra al lado oscuro de esa pasión, a la lujuria, al crimen pasional, a la desgracia y al descontrol.

La fórmula es combinar la pasión y la razón, en la proporción que se sienta o juzgue que nos brinda el mayor bienestar.