miércoles, 13 de enero de 2010

El Impulso Dionisiaco


Existe en el fondo de la persona un impulso primordial, de naturaleza biológica. Este gran impulso es el que mueve toda la estructura psicológica, y por eso le concede carácter. Nietzsche simbolizó este impulso en el viejo mito dionisiaco.

Dionysos es la fuerza creadora e impulsora de la cultura humana. Dionisio simboliza el instinto de la persona humana elevada a mito. Una muestra de la gran zona de contacto entre Nietzsche y Freud. Ambos, frente a la vieja concepción psicológica del hombre, gris y anodina, rasgan el velo y le muestran en toda su primaria elementalidad.

Antes de Nietzsche el arquetipo de la persona humana era armónico. Los griegos suponían que el ideal del hombre se hallaba en lograr una mezcla adecuada en el temperamento. Ni demasiada humedad, ni demasiado calor, etc. Este ideal armónico de la persona persistió en el cristianismo en otra forma. El cristiano sabe que el hombre es una especie de corriente presta a desbordarse; tiene que contenerla, y en eso le ayuda el cultivo de sus virtudes. Dejando aparte la ayuda de Dios, en el plano puramente humano, el ser cristiano se halla formado por las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Un punto importante en la psicología de Nietzsche es su eco darwinista. En el fondo, tanto en Darwin como en él, alienta la idea del progreso indefinido, en cuya entraña late un sentimiento optimista. El optimismo le llevó a la concepción del superhombre. Frente al pesimismo de Schopenhauer, con su necesidad de salvación, y frente al mismo ideal artístico que Nietzsche ve plasmado en la personalidad de Wagner, se levanta la voluntad de vivir. En la lucha por la existencia mueren los débiles.

Su análisis del modo como enmascaramos nuestro modo de ser ante nosotros mismos ha quedado como adquisición definitiva en la psicología. De los demás estamos demasiado distantes y de nosotros mismos demasiado próximos para tener la necesaria perspectiva. En el juicio que hacemos sobre nosotros mismos intervienen directamente las sugerencias que nos hacen los demás, lo cual es una especie de cobardía. El juicio lleva implícita una decisión: hay quien está siempre descontento de sí mismo y, por tanto, dispuesto siempre a encolerizarse contra los demás.

Para la vida en común es imprescindible una especie de autosatisfacción personal; de este modo se evitan los impulsos de la cólera. Véase aquí la tremenda paradoja nietzscheana: el hombre bueno, amable con sus semejantes, es el que carece de humildad. La falta de una virtud íntima se convierte en una virtud social. El tú antes que el yo, la gran verdad nietzscheana, se encuentra aquí trasvasado al plano ético de las relaciones del hombre con la comunidad.

Psicológicamente, es cierto que el yo se descubre por contraste con el tú: apenas puede hablarse de una anterioridad en el tiempo. Esta misma mezcla genética es la que a su vez engendra en el hombre el sentimiento de comunidad. Pero la participación en la comunidad no se hace sólo a través del cendal negativo del aparecer. Existe una comunicación activa y cordial. El ser necesita del otro ser, y ambos participan en la gran comunión de los sentimientos.

3 comentarios:

gallega dijo...

TOMSON,NIETZSCHE.ERA UN AUTOR TEATRAL?PODIAS CONTAR QUIEN ERA EL?PERDONA POR MI IGNORANCIA

Unknown dijo...

Hola Gallega algo de este gran filosofo, se lo ama o se lo odia.
Nietzsche fue un apasionado defensor de la individualidad. Filósofo alemán, Estudió piano y comenzó a componer pequeñas obras musicales. A partir de los catorce años, prosiguió sus estudios como interno en la prestigiosa escuela de Pforta, donde recibió una sólida formación científica, literaria y religiosa, aprendiendo griego y latín y leyendo a los clásicos en su lengua original.
A los diecisiete años comenzó a sentir dudas de fe. Por severos problemas de salud vivió dedicado solo a la escritura. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años después, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo universitario.
Nietzsche sostenía que las creencias en Dios, la Moral y la Metafísica se han revelado inconsistentes; que su origen no se encuentra sino en el hombre, en el hombre débil y sufriente que no puede superar por sí mismo su dolor y busca consuelo en el más allá. Nietzsche fue, una persona de espíritu aristocrático. Crítico de la cultura occidental.
Nietzsche su sentido ha sido siempre reprimir la vida en nombre del racionalismo y de la moral, la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en los que el hombre alivia su angustia.

gallega dijo...

gracias tomson!!!!!