La fobia es un miedo irrazonable y
desproporcionado que el sujeto experimenta ante ciertos objetos o situaciones.
El miedo se desencadena siempre ante el mismo estímulo específico que lo
provoca, pese a los esfuerzos del enfermo para vencerlo, comprende que el miedo
es absurdo y patológico. Se denomina neurosis
fóbica a aquella en que el síntoma dominante es la aparición de este miedo
irrazonable ante un estímulo.
Los
contenidos de las fobias son
variados, y en los antiguos tratados de psiquiatría se incluían listas
interminables de las posibles fobias y sus nombres científicos derivados del griego y del latín (agorafobias, claustrofobias,
pirofobias, nictofobias, etc.) El paciente no tiene ningún interés aprender
tales nombres. Hoy en la descripción del cuadro clínico se indica: “Fobia a las
flores, a los mosquitos, a los espacios cerrados, etc”. Según sea el objeto
manifiesto de la fobia.
La
reacción fóbica, como los demás mecanismos neuróticos,
aparece en cierta medida en los individuos normales. Durante la infancia son
frecuentes las reacciones de pánico ante la oscuridad, la soledad, los perros,
etc., que llegan a fijarse si el ambiente familiar es patógeno, formando estos
miedos infantiles la base de una
neurosis fóbica en la vida adulta.
La
relación entre neurosis de angustia y neurosis fóbica es evidente. La diferencia esta en que en la
neurosis de angustia la reacción de temor aparece espontáneamente, y en cambio
en la fóbica la angustia brota ante un determinado estímulo, siempre el mismo.
El
estímulo ante el cual surge la angustia es sólo su causa aparente; en realidad
no es más que un sustituto, al que el sujeto ha desplazado inconscientemente la
angustia derivada del estímulo latente,
reprimido en el subconsciente y por tanto olvidado.
Así, en
la fobia hay una causa aparente (el estímulo que provoca la aparición de
angustia) y una causa real (el acontecimiento traumático olvidado que se
simboliza en la causa aparente). Por ejemplo, una fobia a color rojo (causa
aparente) puede encubrir un acontecimiento dramático de la infancia de la
víctima, el asesinato de sus padres y quedó salpicado de su sangre. Una
vivencia de este tipo es tan traumática que el psiquismo se defiende en
ocasiones relegándola al subconsciente; en estos casos el sujeto la olvida pero
permanece en el fondo de su mente. Cuando un estímulo por asociación de ideas
puede resucitar este recuerdo (en el ejemplo, el color rojo) el psiquismo se
defiende poniendo en marcha la reacción fóbica, que lo obliga a apartar el pensamiento
del estímulo y rompe así la cadena que podría revivir el recuerdo traumático
insoportable.
Las
fobias tienen un carácter defensivo. El
neurótico obtiene un beneficio de su fobia (en el ejemplo anterior le libra
de revivir la escena), pero paga un precio excesivo (la claustrofobia puede impedir viajar en avión, una agorafobia fobia a los espacios
abiertos puede coaccionar al neurótico fóbico a no salir de su casa, con las
graves limitaciones que se derivan, etc).
Los
síntomas de la neurosis fóbica
aparecen en cuanto el sujeto se pone en contacto con el objeto de la fobia. Las
sensaciones subjetivas son idénticas a las de la neurosis de angustia;
desazón, inquietud, temor.
Si el
individuo intenta sobreponerse a la fobia, aparece una desazón creciente y la
angustia adquiere tales proporciones que puede llegar a provocar una reacción
tempestuosa de temblores, gritos y movimientos desordenados, o de pérdida de la
conciencia.
El tratamiento de las fobias es
psicoterápico.
La psicoterapia (tratamiento que no recurre a psicofármacos) de las neurosis fóbicas
consiste en seguir a la inversa el camino que va desde el trauma de origen
hasta el síndrome fóbico actual, pasando por las etapas intermedias de
desplazamiento, represión, substitución, sensibilización y proyección. Hoy se
emplea mucho por su sencillez y eficacia la técnica de descondicionamiento de
la angustia, según el esquema de la teoría del aprendizaje.
3 comentarios:
hola!!!! como va mi querida amiga Tomson?? hace un montón que no te dejo un comentario, pero hoy leyendo este post me he visto tan patéticamente reflejada, que es imposible no comentarte que...tengo fobia al encierro!!!! me muero dentro de un ascensor, y de subir a un avión, bue, no lo resisto. Me han dicho que con terapia puedo superarlo, es algo que tengo pendiente hacer, y es horrible no poder dominar ese terror, lo intento, pero me da tanta angustia que es espantoso, es tal cual lo dices en el post, horrible y condicionante tener fobia a algo, a mi,me limita un montón.
beso grande!!!
Hola Betty!!! Que alegría leerte!!! Querida amiga se de lo que hablas, mi esposo es agorafóbico, te comento con terapia lo superas, y sentiras alivio, la terapia te da elementos o herramientas para superar y para saber convivir con tus miedos.
Tenes que encontrar la corriente adecuada a tu personalidad, no siempre lo que le da resultados a unos sirve para otros.
Te mando un abrazote!!!! Buena suerte!!!
HOLA AMIGA QUERIDA PASABA !
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