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miércoles, 28 de julio de 2010

Síndrome de Diógenes


Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene son las principales pautas de conducta. Las personas que lo sufren pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema.

El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su higiene personal y en la limpieza del hogar. Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, piensan que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad.

Es frecuente que almacenen cantidades grandísimas de basura y desperdicios sin ninguna utilidad. Incluso se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, ropa de cama, pinturas para el hogar totalmente vencidas.

En primera instancia, el tratamiento para estas personas va dirigido a tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico. Sin embargo, acto seguido es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no vuelva a repetirse. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria, asistencia terapéutica.
El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda.

Suele darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la soledad. La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes.

Los familiares deberían vigilar a sus mayores que viven solos especialmente si han observado algún factor de riesgo, como un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario. No obstante, con frecuencia resulta difícil ayudarlos ya que son ellos los que evitan todo tipo de atención. Esto hace que a veces llegue incluso a debatirse si se trata realmente de una enfermedad o sólo un estilo de vida.

La observación de casos repetidos de mayores con comportamientos extremadamente solitarios que vivían recluidos en sus propios hogares y evitaban cualquier contacto con otras personas motivó la aparición en la década de los 60 de un trabajo científico que detallaba este extraño patrón de conducta. En 1975 fue bautizado como Síndrome de Diógenes, en referencia a Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Psicoterapias con mascotas


El impacto psicológico que las mascotas pueden tener sobre sus dueños, es algo investigado en profundidad. Hace muy poco que se considera como disciplina científica, si de hecho se comenzó a difundir apenas a mediados de los noventas. Hay tantas variables por medir, observar e investigar en esta área de la relación humana, mascota como complicado es el ser humano en toda su dimensión.

Las mascotas favorecen el mejoramiento de la salud y prolongan la vida, ya que contribuyen a un cambio en el estado de ánimo del paciente. La existencia de una mascota dentro del hogar, hace que sus propietarios se ejerciten, olviden sus problemas aunque sea por unos momentos, y eviten caer en la depresión al sentirse útiles y queridos incondicionalmente por alguien.

Ayudan a problemas del corazón, trayendo beneficios a los enfermos del corazón, el tener que cuidar de éstas, favorece la disminución de la presión sanguínea, aminora la ansiedad, por lo que no sería extraño que las mascotas sean recomendadas para contrarrestar ciertos trastornos emocionales derivados del stress. Asimismo, los guardianes proporcionan sentimientos de seguridad a sus dueños.

Otro aspecto es el de las visitas que se hacen con animales a pacientes, ayuda a que las personas se sientan menos solas y menos deprimidas, proporciona un cambio positivo en sus rutinas, comienzan a ser más activas y sensibles, antes, durante y después de las visitas. Además les llevan entretenimiento o una distracción de su dolor o enfermedad. Es muy frecuente que las personas hablen con sus mascotas y compartan con ellos sus pensamientos y sentimientos. Estas visitas con animales, también contribuyen a que aumente la socialización entre las personas que se encuentran internas en el sitio, mostrándose más alegres y con mejor estado de ánimo.

Las mascotas no emiten juicios de valor; no son capaces de interpretar dobles sentidos, ni actitudes cínicas ni hipócritas. Ellas representan la inocencia de la Naturaleza y la maravilla de la creación en seres latientes con necesidades, tipos de conducta, formas de comunicación no verbal, que le pueden ayudar al ser humano a tomar de nuevo contacto consigo mismo, con sus valores, su empatía, su compasión, su escucha atenta y el conocimiento de sí mismo y de los demás, a través de una orientación profesional sobre cómo optimizar sus relaciones con ellas, y, en caso de crisis, se obtienen resultados espectaculares en psicoterapia.

Podrían beneficiarse de la Terapia asistida por animales, individuos autistas, enfermos del corazón, personas con parálisis cerebral, pacientes con enfermedades terminales, enfermedades mentales, trastornos de comportamiento, población anciana, penal, víctimas de violaciones, y otros.

La psicoterapia con mascotas forma parte fundamental de una aproximación hacia la salud integral del Ser Humano, aprovechando una coyuntura específica del mismo, como es su relación con otros seres con los cuales comparte hogar y con los cuales tiene o tendrá una relación estrecha, comunicativa, cotidiana, simbiótica e íntima que le podrá proporcionar un contacto con el darse cuenta, el conocimiento de sí mismo y los demás para poder establecer mejores relaciones, más armonía y paz en su vida cotidiana íntima y familiar, siempre y cuando haya consciencia, observación, curiosidad, capacidad de asombro y estudio de la conducta humana y animal, con el conocimiento de que ambos proceden de un tronco común directamente relacionados con la naturaleza tanto compartida como específica de cada especie.

Aunque la terapia más conocida es la desarrollada con perros, existe la Delfinoterapia que es la desarrollada con delfines, y la Hipoterapia, con caballos, cuya aplicación es para casos concretos y requiere de una especialización, pero con resultados excepcionales para los casos en los cuales son aplicadas.

Así, que nuestras mascotas merecen una vida lo más agradable posible, pues ellas contribuyen a que nuestra vida sea mucho mejor. Un trato afectuoso, una alimentación balanceada y los cuidos necesarios, deben ser la manifestación de nuestro agradecimiento.