domingo, 7 de noviembre de 2010

Resentimiento

El resentimiento es:
Sentir hostilidad contra una persona que nos ha tratado mal.

Ira no resuelta sobre un acontecimiento negativo que nos sucedido.

Enfurecimiento, agitación emocional que sentimos siempre que se habla de una determinada persona o acontecimiento.

Incapacidad para perdonar, incapacidad de dejar pasar y olvidar.

Dolor emocional no resuelto que sentimos cuando no logramos aceptar una pérdida.

El malestar sentido después de gastar mucho esfuerzo y energía para alcanzar algo que finalmente perdemos.

El resultado de pensar que fuimos víctima de un trato injusto sin la resolución del problema.

El sufrimiento prolongado y en silencio cuando una expresión abierta de dolor es indeseada.

El rencor hacia una persona o grupo que consideramos que nos impidió lograr ciertas cosas.

Sentirnos ofendidos pero guardar silencio cuando creemos que una persona ha ignorado o negado nuestros derechos.
En ocasiones da lugar a depresión.

Tenemos resentimiento cuando experimentamos dolor, en el presente, por una experiencia pasada.

Literalmente, el resentimiento nos impide vivir el presente de tal manera que no estamos siendo conscientes de lo que nos está sucediendo aquí y ahora.

El resentimiento nos impide disfrutar de las situaciones o actividades que estemos realizando; una película, una comida, un paseo, la compañía de alguien no tienen, sobre nosotros, los efectos normales sino que los vivimos como en segundo plano.

La falta de atención, nos hace difícil recordar lo que hemos hecho o lo que nos han dicho; tenemos una percepción irreal del tiempo y no sabemos lo que hemos hecho realmente.

Al hacer presente, la situación dolorosa vivida, es como una especie de autocastigo, dado que estamos reviviéndola, una y otra vez. A través del resentimiento vivimos una situación irreal, ya que la realidad es otra bien diferente.
 Emocionalmente, el resentimiento, nos lleva a un inmovilismo emocional. Las emociones no distinguen fantasías de realidades, de tal manera que recordar una y otra vez, es tanto postergar la cicatrización de la herida y hacerla cada vez más profunda. Al dejarnos arrastrar por las emociones, y no digerir la frustración, nos impide ver las salidas para nuestra situación.

Cuando experimentamos hechos frustrantes, dolorosos, angustiantes, es importante que poco a poco, y con el tiempo, vayamos asumiendo lo que nos ha ocurrido; que no podemos volver al pasado y cambiarlo.

Superar nuestro resentimiento, también pasa por descartar pensamientos estériles como reproches al pasado, ya que no nos conduce a nada bueno. Decidir salir del estancamiento emocional, nos permite vivir nuevas experiencias que ayudarán a cicatrizar las heridas.

1 comentario:

gallega dijo...

TAL CUAL,PERO LA EVOLUCION DEL ESPIRITU ES DISTINA UNA A OTRA POR ESO ESTA ASI EL MUNDO