Las
enfermedades mentales más complejas del ser humano, son la Psicosis y la Neurosis.
Definimos
la primera de ellas, la Psicosis:
Ésta es una enfermedad mental en la que el individuo pierde el contacto con la
realidad sin poder distinguir en su mente que es real y que no lo es. La
personalidad de estos individuos suele ser desorganizada, incapaz de
relacionarse socialmente e incluso en algunas ocasiones es necesaria su
internación en un hospital. Esta enfermedad está caracterizada por la
incapacidad de controlar voluntariamente los pensamientos, impulsos y emociones.
Hace
siglos era muy frecuente la utilización del término locura, cualquier persona podía ser tildada de loca por cualquier
actuación indebida que se saliera de lo estrictamente normal. En esta época a los psicóticos solían vincularlos con
individuos que sufrían la posesión
demoníaca.
Con el
paso del tiempo y el cambio de pensamiento hacia uno más liberal y científico
está enfermedad pasó a ser analizada por la medicina y por tanto considerada
como una enfermedad más. Pero los individuos afectados por dicha enfermedad,
por miedo al contagio, eran rechazados y por consiguiente aislados de la
sociedad. Con el tiempo, la psiquiatría
intentó transformar los síntomas de dicha enfermedad en signos objetivos, dando
lugar a la investigación, tanto por parte de la neurofisiología como de la
psicofarmacología. Es a partir del siglo XX con el psicoanálisis cuando se produce el acercamiento con el paciente
y se le empieza a escuchar y a tratar.
Existen
dos tipos de reacciones psicóticas:
las funcionales y las orgánicas.
Trastornos funcionales mentales: no existe ningún daño en el
cerebro que explique los síntomas psicóticos.
Trastornos orgánicos mentales: existen lesiones en el cerebro que explican los síntomas psicóticos.
Trastornos orgánicos mentales: existen lesiones en el cerebro que explican los síntomas psicóticos.
Los
síntomas más frecuentes son alucinaciones, delirios y graves alteraciones
afectivas que le impiden relacionarse con las personas con normalidad. El
trastorno por excelencia será la
esquizofrenia. A continuación vamos a profundizar en los
trastornos más importantes:
Trastorno psicótico breve: se producen cuando están
presentes uno o más de los siguientes síntomas: ideas delirantes, lenguaje
alterado o desordenado, comportamiento catatónico (ausencia de voluntad y
movilidad) o alucinaciones.
Trastorno psicótico compartido: se produce cuando el trastorno psicótico breve se da entre dos personas con una estrecha relación.
Trastorno bipolar: se trata de episodios hipomaníacos o depresivos que provocan un gran malestar y deterioro en las relaciones sociales del individuo.
Trastorno delirante: se caracteriza por ideas delirantes en las que la actividad social y el comportamiento del individuo no se ven afectados.
Trastorno psicótico compartido: se produce cuando el trastorno psicótico breve se da entre dos personas con una estrecha relación.
Trastorno bipolar: se trata de episodios hipomaníacos o depresivos que provocan un gran malestar y deterioro en las relaciones sociales del individuo.
Trastorno delirante: se caracteriza por ideas delirantes en las que la actividad social y el comportamiento del individuo no se ven afectados.
En la
actualidad, el tratamiento de este trastorno posee un carácter integrativo y
multidisciplinario. En primer lugar se le administra al paciente fármacos como
método para paliar o disminuir los síntomas de dicha enfermedad para más tarde
y gracias a la intervención psicológica intentar generar un estado de
mayor bienestar en el paciente.
Visto
todo lo anterior, vamos a pasar a la otra enfermedad: La Neurosis.
Ésta es
una enfermedad mental, sin evidencia de lesión orgánica, caracterizada por la
presencia de profundos estados de culpa, miedo o ansiedad. Esto se produce
cuando el individuo intenta proteger al yo ideal del choque contra el mundo
real ya que éste le produciría un gran malestar. Según Freud “las neurosis son
trastornos mentales que surgen de la ansiedad y cuyos síntomas interfieren la actividad
normal, pero no la bloquean completamente”. Estas personas suelen tener
conductas repetitivas. Un buen ejemplo de ello sería el lavarse las manos
repentinamente. A diferencia de la
Psicosis, el neurótico no
presenta síntomas de alejamiento con la realidad y por lo tanto puede llevar
una vida social aparentemente normal.
Desde el psicoanálisis se toma por causas los
siguientes elementos:
Un
conflicto interno entre los impulsos del ello y los temores del súper-yo.
La presencia de impulsos sexuales.
La incapacidad del yo para ayudar a la persona a superar el conflicto.
Los impulsos de la mente que al no ser negados buscan su expresión a través de la ansiedad neurótica.
La presencia de impulsos sexuales.
La incapacidad del yo para ayudar a la persona a superar el conflicto.
Los impulsos de la mente que al no ser negados buscan su expresión a través de la ansiedad neurótica.
Existen
distintos tipos de Neurosis, los más
importantes son los siguientes: Trastornos por ansiedad: fobias, crisis de angustia, trastorno
obsesivo-compulsivo.
Trastornos somatoformes: hipocondría, dolor somatoforme,
trastorno de somatización.
Trastornos disociativos: trastorno de identidad
disociativo, amnesia psicógenas, trance y posesión.
Trastornos afectivos.
En conclusión,
la Psicosis y la Neurosis son enfermedades mentales que afectan a gran
parte de la población sin que nos percatemos de ello. Su diferencia principal
es que mientras que en la Psicosis
el individuo se exilia de la realidad y se construye una propia, el enfermo neurótico no, acepta la realidad aunque
esto suele provocarle angustia y
ansiedad.
Trastornos afectivos.
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