lunes, 11 de junio de 2012

¿Que es el odio?


Se suele decir que el odio es la otra cara del amor, aunque no siempre es así. El odio tiene muchas caras y muchas causas.

La capacidad de odiar es una característica humana; un sentimiento de raíces profundas que se define, desde la perspectiva psicológica, como una emoción intensa de ira y hostilidad hacia una persona, grupo u objeto.

Definiciones del odio
Para Charles Darwin, las raíces del odio estaban en la venganza y en la defensa de los propios intereses. Desde la psicología, de la mano de Erich Fromm: el odio surge como respuesta ante una amenaza.

La filosofía también ha hecho sus aportes al respecto.
Descartes sitúa al odio entre la conciencia de que algo anda mal combinado con el deseo de apartarse de esa situación.
Spinoza califica el odio como una clase de dolor que obedece a una causa externa.
David Hume observa el sentimiento de odio como una emoción irreducible e imposible de definir, mientras que:
Aristóteles ve el odio como un deseo de aniquilación; visión parecida a la de:
Sigmund Freud, quien definía el odio como un estado del yo que desea destruir la fuente de su infelicidad.

Cada persona tiene en sí misma todas las posibilidades de ser. Por cultura, personalidad y otros factores, muchas de esas posibilidades no se viven por ser incompatibles con la manera de ser. Por lo tanto quedan reprimidas en el inconsciente. El odio, entonces, consiste en una proyección. Lo que se odia en los demás y que es visible es lo mismo que odiamos en nosotros mismos, pero que mantenemos invisible y reprimido en nuestro interior. En cierto modo podría decirse que aquello que se odia en los demás es aquello que uno es inconscientemente.

El odio hacia uno mismo: El odio hacia uno mismo tiene mucho que ver con la ausencia de autoestima, y es fuente de otras muchas características negativas que configuran la personalidad de cada individuo.

El origen del odio hacia uno mismo puede deberse a varios factores. Las personas que han vivido hechos traumáticos en su infancia, como pueden ser malos tratos o abuso sexual, tienden a vivir en un estado de constante autodesprecio. La intolerancia a la crítica y al fracaso son elementos comunes en la persona que se odia a sí misma. La vergüenza, al igual que la culpa, son algunos de los sentimientos más relacionados con el autodesprecio.

Como podemos evitar el sentimiento de odio:
No responder a las agresiones con agresividad.
El odio suele aparecer tras una serie de agresiones mutuas. Si nos sentimos agredido podemos optar por muchos tipos de respuestas pero optar por la agresividad no es la más adecuada pues la violencia genera más violencia. Adoptar una postura empática, mantener la calma, exponer nuestros argumentos manteniendo firme la postura son actitudes correctas.
Si tenemos hijos debemos tener mucho más cuidado con albergar emociones de odio en nuestro interior ya que estos son tan contagiosos como la gripe.

No Instalar un sentimiento de inferioridad.
En la vida muchas personas se sienten como si fueran pequeños y diminutos ratoncitos en un mundo de gigantes. Tienen un profundo sentimiento de inferioridad que los vuelve agresivos cuando se sienten atacados. Las personas que tienen una autoestima baja son más propensas a albergar sentimientos de odio.
La psicología del odio estudia los procesos cognitivos que llevan a una persona a odiar y el sentimiento de inferioridad es uno de ellos.

Permitirnos dar un toque de color a nuestras vidas.
Las personas que tienen una vida monótona, vacía, sin satisfacciones, que se aferran a vicios tales como drogas, alcohol, etc, para salir de su depresión, son más propensas a sentir odio hacia las personas. Buscar algo bueno y sano que nos motive, que nos guste de verdad y dedicarle tiempo. Hacer deportes, caminar, gym, artesanías, beneficencia, etc. Que lo podamos hacer con amor con pasión, que nos motive cada día.

 El odio, en el peor de los casos, puede llevarnos a cometer actos reprochables, malvados, odiosos sobre los demás; y en el mejor de los casos Seremos  nosotros mismos los que sufriríamos las  consecuencias. Resumiendo: el odio es totalmente Humano, pero nada aconsejable y completamente inútil.

Que no hay amor sin odio, todos los sabemos, solo que es muy difícil de aceptar.

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