Se suele
decir que el odio es la otra cara del amor, aunque no siempre es así. El odio
tiene muchas caras y muchas causas.
La
capacidad de odiar es una característica humana; un sentimiento de raíces
profundas que se define, desde la perspectiva psicológica, como una emoción intensa de ira y hostilidad hacia una persona, grupo u objeto.
Definiciones
del odio
Para Charles Darwin, las raíces del odio estaban en
la venganza y en la defensa de los propios intereses. Desde la psicología, de la mano de Erich Fromm: el odio surge como
respuesta ante una amenaza.
La filosofía también ha hecho sus aportes al
respecto.
Descartes sitúa al odio entre la conciencia
de que algo anda mal combinado con el deseo de apartarse de esa situación.
Spinoza califica el odio como una clase de
dolor que obedece a una causa externa.
David Hume observa el sentimiento de odio
como una emoción irreducible e
imposible de definir, mientras que:
Aristóteles ve el odio como un deseo de aniquilación; visión parecida a la de:
Sigmund Freud, quien definía el odio como un
estado del yo que desea destruir la fuente de su infelicidad.
Cada
persona tiene en sí misma todas las posibilidades de ser. Por cultura,
personalidad y otros factores, muchas de esas posibilidades no se viven por ser
incompatibles con la manera de ser. Por lo tanto quedan reprimidas en el inconsciente.
El odio, entonces, consiste en una proyección. Lo que se odia en los demás
y que es visible es lo mismo que odiamos en nosotros mismos, pero que mantenemos
invisible y reprimido en nuestro interior. En cierto modo podría decirse que
aquello que se odia en los demás es aquello que uno es inconscientemente.
El odio hacia uno mismo: El odio hacia
uno mismo tiene mucho que ver con la ausencia de autoestima, y es fuente de otras muchas características negativas
que configuran la personalidad de cada individuo.
El origen
del odio hacia uno mismo puede deberse a varios factores. Las personas que han vivido
hechos traumáticos en su infancia,
como pueden ser malos tratos o abuso sexual, tienden a vivir en un
estado de constante autodesprecio. La intolerancia a la crítica y al fracaso son elementos comunes en la
persona que se odia a sí misma. La
vergüenza, al igual que la culpa,
son algunos de los sentimientos más relacionados con el autodesprecio.
Como podemos evitar el sentimiento
de odio:
No responder a las agresiones con
agresividad.
El odio suele aparecer tras una serie de
agresiones mutuas. Si nos sentimos agredido podemos optar por muchos tipos de
respuestas pero optar por la agresividad no es la más adecuada pues la
violencia genera más violencia. Adoptar una postura empática, mantener la calma, exponer nuestros argumentos
manteniendo firme la postura son actitudes correctas.
Si tenemos
hijos debemos tener mucho más cuidado con albergar emociones de odio en nuestro
interior ya que estos son tan contagiosos como la gripe.
No Instalar un sentimiento de
inferioridad.
En la
vida muchas personas se sienten como si fueran pequeños y diminutos ratoncitos
en un mundo de gigantes. Tienen un profundo sentimiento de inferioridad que los
vuelve agresivos cuando se sienten atacados. Las personas que tienen una autoestima baja son más propensas a
albergar sentimientos de odio.
La psicología del odio estudia los procesos
cognitivos que llevan a una persona a odiar y el sentimiento de inferioridad es
uno de ellos.
Permitirnos dar un toque de color a
nuestras vidas.
Las
personas que tienen una vida monótona,
vacía, sin satisfacciones, que se aferran a vicios tales como drogas, alcohol,
etc, para salir de su depresión, son
más propensas a sentir odio hacia
las personas. Buscar algo bueno y sano
que nos motive, que nos guste de verdad y dedicarle tiempo. Hacer deportes,
caminar, gym, artesanías, beneficencia, etc. Que lo podamos hacer con amor con pasión,
que nos motive cada día.
El odio, en el peor de los casos, puede llevarnos a cometer actos
reprochables, malvados, odiosos sobre los demás; y en el mejor de los casos
Seremos nosotros mismos los que sufriríamos
las consecuencias. Resumiendo: el odio es totalmente Humano, pero nada aconsejable y completamente
inútil.
Que no hay amor sin odio, todos
los sabemos, solo que es muy difícil de aceptar.
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