Carl Gustav Jung Estudió medicina, y tras leer casualmente una obra del psiquiatra Kraff-Ebing se dedica a la psiquiatría.
1900 pasa a trabajar en la clínica de Burgholzli de Zurich como ayudante de Eugen Bleuler, ya famoso psiquiatra por su concepción de la esquizofrenia. A petición de Bleuler estudia y defiende la obra de Freud "La interpretación de los sueños" en diversos círculos médicos donde había sido duramente criticada. Sus argumentos los basa en sus estudios de la asociación de palabras como detectores de complejos personales. Esto le aportó las simpatías de Freud, y fue invitado al círculo de sus colaboradores.
Jung estaba de acuerdo con Freud en la importancia del inconsciente, pero no en la concepción del mismo. Para Jung la teoría de la libido sexual de Freud era restrictiva e incompleta. La libido más bien era el conjunto de energía vital indiferenciada, que contenía entre otras motivaciones a la sexual. Además junto al inconsciente personal existe en la psique humana el inconsciente colectivo o universal, que contenía el conjunto de la herencia espiritual de la evolución de la humanidad. Con esta concepción Jung reintroduce en psicología de nuevo al alma entendida psíquicamente.
Ya en la obra de Jung "Transformaciones y símbolos de la libido" aparece esta concepción de lo inconsciente, que pone punto y final a su relación con Freud. Jung comenta que Freud le pidió ser fiel a su teoría sexual, de manera similar a como hiciera con Adler, y no abandonarse al estudio del, oscurantismo. Precisamente en el estudio del oscurantismo inconsciente colectivo fue donde Jung encontró los elementos para su nueva psicología.
Tras la ruptura con Freud siguió sus estudios, viajes a antiguas culturas y práctica privada de la psiquiatría y la psicoterapia. Sus estudios se continuaron con la exploración de su propio inconsciente, a través de distintos sueños, premonitorios y simbólicos, que le hicieron temer inicialmente desembocar en una psicosis, para reconfigurar sus experiencias como expresiones del inconsciente colectivo.
Sus posteriores estudios se centraron en el descubrimiento del simbolismo y los arquetipos del inconsciente colectivo en áreas tan diversas como la psicoterapia, la psiquiatría, los sueños, la alquimia a la que dedico una gran dedicación y aprecio, la historia de las religiones, la mitología, los platos voladores y la parapsicología. La concepción de Jung de la libido y el inconsciente se postula alrededor de una especie de energía indiferenciada que es la base de las funciones psíquicas. La mente no se regula por los principios de placer, dolor sino por la, individuación o síntesis de polaridades de fuerzas conscientes, inconscientes, la conservación de la energía y la entropía.
La psicología de Jung, llamada, psicología analítica, gira en torno al estudio de las polaridades y su integración y al inconsciente colectivo como fuente potencial del crecimiento humano.
En el modelo de Jung la psique consta de tres partes: la conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.
La conciencia tiene un papel secundario respecto a los dos inconscientes. Su función fundamental es servir al sujeto para adaptarse al ambiente. El ego es la parte central de la conciencia y tiene la función de otorgar el sentido de continuidad e identidad personal a través de la vida, el sentido, de si mismo. Esta parte de la mente, que es la conciencia, es la única parte que el individuo conoce directamente. El Yo ego por lo tanto no es idéntico a la totalidad de la Psique.
Esta actividad yoica organiza la actividad consciente que consta de pensamientos, recuerdos, percepciones y sentimientos conscientes. Además el yo juega el papel de guardián del umbral de la conciencia, de modo de que todo lo que no entre en su actividad permanece inconsciente. El papel selectivo del yo permite que el individuo mantenga su sentido de identidad y continuidad personal, pues a través de la selección y eliminación de ciertos materiales psíquicos el sujeto se siente organizado y portador de una identidad, identidad que se vería amenazada por la irrupción de la psicosis y la desorganización personal si la función del yo desapareciera por completo. Sin embargo las funciones del yo cuando son en exceso preponderantes, desequilibran la homeostasis con los elementos inconscientes de la psique, y producen determinados trastornos psicológicos como las neurosis.
El inconsciente personal abarca aquellos aspectos de la mente que han sido reprimidos y los recuerdos aparentemente olvidados. También contiene las funciones de la percepción subliminal y la actividad de los sueños y fantasías relacionadas con recuerdos, deseos y experiencias personales reprimidas u olvidadas. Jung, en este aspecto del inconsciente personal subscribe parcialmente la concepción de Freud.
El inconsciente personal no se caracteriza Jung por tener solo una carga sexual y/o agresiva. Este punto lo aclara en una concepción de la Libido distinta a la freudiana.
La tercera región de la psique, el inconsciente colectivo, es la más importante en la vida del sujeto. Es el substrato mas profundo de la mente, presente en todos los individuos desde su nacimiento. Conforma la dimensión objetiva de la psique, frente a la subjetiva del inconsciente personal, al contener la experiencia humana de las generaciones de la humanidad. El inconsciente colectivo está dotado de propósito e intencionalidad, cuya fuerza energética reposa en elementos primordiales o arcaicos, llamados arquetipos. Esta región de la mente jamás puede enfermar, ya que contiene las experiencias y los mensajes primordiales de la humanidad. Por otro lado el inconsciente colectivo no deriva de las experiencias ambientales y personales del sujeto.
La libido suponía la totalidad de la energía psíquica indiferenciada. de. La energía general de la vida, que subyace a los procesos físicos y mentales del hombre constituye su libido. La conducta humana no está determinada por la libido sexual de Freud, ni por la compensación del sentimiento de inferioridad de Adler. Solo existe, la energía vital indiferenciada que como fuerza motriz de la conducta puede adoptar la forma de persecución del placer sexual, lucha por la superioridad, la creación artística u otros fines. La finalidad de la energía vital es fundamentalmente proporcionar la conservación y la continuidad de la especie humana. Una vez satisfechas las necesidades de supervivencia de origen biológico, la energía vital puede ser canalizada hacia otros fines como las producciones culturales o creativas del sujeto.
En otra entrada seguiré con más del inconciente colectivo y los arquetipos de la psicología de Jung.
1900 pasa a trabajar en la clínica de Burgholzli de Zurich como ayudante de Eugen Bleuler, ya famoso psiquiatra por su concepción de la esquizofrenia. A petición de Bleuler estudia y defiende la obra de Freud "La interpretación de los sueños" en diversos círculos médicos donde había sido duramente criticada. Sus argumentos los basa en sus estudios de la asociación de palabras como detectores de complejos personales. Esto le aportó las simpatías de Freud, y fue invitado al círculo de sus colaboradores.
Jung estaba de acuerdo con Freud en la importancia del inconsciente, pero no en la concepción del mismo. Para Jung la teoría de la libido sexual de Freud era restrictiva e incompleta. La libido más bien era el conjunto de energía vital indiferenciada, que contenía entre otras motivaciones a la sexual. Además junto al inconsciente personal existe en la psique humana el inconsciente colectivo o universal, que contenía el conjunto de la herencia espiritual de la evolución de la humanidad. Con esta concepción Jung reintroduce en psicología de nuevo al alma entendida psíquicamente.
Ya en la obra de Jung "Transformaciones y símbolos de la libido" aparece esta concepción de lo inconsciente, que pone punto y final a su relación con Freud. Jung comenta que Freud le pidió ser fiel a su teoría sexual, de manera similar a como hiciera con Adler, y no abandonarse al estudio del, oscurantismo. Precisamente en el estudio del oscurantismo inconsciente colectivo fue donde Jung encontró los elementos para su nueva psicología.
Tras la ruptura con Freud siguió sus estudios, viajes a antiguas culturas y práctica privada de la psiquiatría y la psicoterapia. Sus estudios se continuaron con la exploración de su propio inconsciente, a través de distintos sueños, premonitorios y simbólicos, que le hicieron temer inicialmente desembocar en una psicosis, para reconfigurar sus experiencias como expresiones del inconsciente colectivo.
Sus posteriores estudios se centraron en el descubrimiento del simbolismo y los arquetipos del inconsciente colectivo en áreas tan diversas como la psicoterapia, la psiquiatría, los sueños, la alquimia a la que dedico una gran dedicación y aprecio, la historia de las religiones, la mitología, los platos voladores y la parapsicología. La concepción de Jung de la libido y el inconsciente se postula alrededor de una especie de energía indiferenciada que es la base de las funciones psíquicas. La mente no se regula por los principios de placer, dolor sino por la, individuación o síntesis de polaridades de fuerzas conscientes, inconscientes, la conservación de la energía y la entropía.
La psicología de Jung, llamada, psicología analítica, gira en torno al estudio de las polaridades y su integración y al inconsciente colectivo como fuente potencial del crecimiento humano.
En el modelo de Jung la psique consta de tres partes: la conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.
La conciencia tiene un papel secundario respecto a los dos inconscientes. Su función fundamental es servir al sujeto para adaptarse al ambiente. El ego es la parte central de la conciencia y tiene la función de otorgar el sentido de continuidad e identidad personal a través de la vida, el sentido, de si mismo. Esta parte de la mente, que es la conciencia, es la única parte que el individuo conoce directamente. El Yo ego por lo tanto no es idéntico a la totalidad de la Psique.
Esta actividad yoica organiza la actividad consciente que consta de pensamientos, recuerdos, percepciones y sentimientos conscientes. Además el yo juega el papel de guardián del umbral de la conciencia, de modo de que todo lo que no entre en su actividad permanece inconsciente. El papel selectivo del yo permite que el individuo mantenga su sentido de identidad y continuidad personal, pues a través de la selección y eliminación de ciertos materiales psíquicos el sujeto se siente organizado y portador de una identidad, identidad que se vería amenazada por la irrupción de la psicosis y la desorganización personal si la función del yo desapareciera por completo. Sin embargo las funciones del yo cuando son en exceso preponderantes, desequilibran la homeostasis con los elementos inconscientes de la psique, y producen determinados trastornos psicológicos como las neurosis.
El inconsciente personal abarca aquellos aspectos de la mente que han sido reprimidos y los recuerdos aparentemente olvidados. También contiene las funciones de la percepción subliminal y la actividad de los sueños y fantasías relacionadas con recuerdos, deseos y experiencias personales reprimidas u olvidadas. Jung, en este aspecto del inconsciente personal subscribe parcialmente la concepción de Freud.
El inconsciente personal no se caracteriza Jung por tener solo una carga sexual y/o agresiva. Este punto lo aclara en una concepción de la Libido distinta a la freudiana.
La tercera región de la psique, el inconsciente colectivo, es la más importante en la vida del sujeto. Es el substrato mas profundo de la mente, presente en todos los individuos desde su nacimiento. Conforma la dimensión objetiva de la psique, frente a la subjetiva del inconsciente personal, al contener la experiencia humana de las generaciones de la humanidad. El inconsciente colectivo está dotado de propósito e intencionalidad, cuya fuerza energética reposa en elementos primordiales o arcaicos, llamados arquetipos. Esta región de la mente jamás puede enfermar, ya que contiene las experiencias y los mensajes primordiales de la humanidad. Por otro lado el inconsciente colectivo no deriva de las experiencias ambientales y personales del sujeto.
La libido suponía la totalidad de la energía psíquica indiferenciada. de. La energía general de la vida, que subyace a los procesos físicos y mentales del hombre constituye su libido. La conducta humana no está determinada por la libido sexual de Freud, ni por la compensación del sentimiento de inferioridad de Adler. Solo existe, la energía vital indiferenciada que como fuerza motriz de la conducta puede adoptar la forma de persecución del placer sexual, lucha por la superioridad, la creación artística u otros fines. La finalidad de la energía vital es fundamentalmente proporcionar la conservación y la continuidad de la especie humana. Una vez satisfechas las necesidades de supervivencia de origen biológico, la energía vital puede ser canalizada hacia otros fines como las producciones culturales o creativas del sujeto.
En otra entrada seguiré con más del inconciente colectivo y los arquetipos de la psicología de Jung.
3 comentarios:
me encanta este tema...me encanta, la felicito
TENGO QUE LEERLO MAS DE 3 VECES ,EXCELENTE!
Saludos Jayja gracias por visitarme!!!
Un beso Gallega!!!!
Publicar un comentario