Actualmente, y desde hace años, vivimos en una sociedad estresada y ansiosa, en donde se debe hacer todo corriendo y en la que apenas se tiene tiempo para poder, precisamente, disfrutar de la vida, de la relajación, del sosiego y de la tranquilidad.
No obstante, practicar la relajación y la visualización ayudan a mantener la calma y recuperar la paz interior, sobretodo después de un día estresante o de una buena temporada de estrés en la que no hemos podido descansar o, simplemente, tomarnos unas merecidas vacaciones.
La relajación actúa sobre la propia fisiología del ser humano, escasa actuación tanto somática como autónoma, la conducta, estado de inactividad motora y subjetiva calma y sosiego.
Y es que aunque la relajación viene a ser una práctica conocida desde tiempos inmemoriales en Oriente, en Occidente éstas se encuentran dentro de las terapias naturales y alternativas que tratan problemas de salud relacionados directamente con el estrés.
Entre otros aspectos, se podría decir que la relajación permite activar el sistema nervioso parasimpático, inhibiendo de manera parcial la actividad excesiva del sistema nervioso simpático, provocado principalmente por el estrés y por la ansiedad.
Dado que la relajación desencadena una respuesta no automática, es un medio especialmente útil para modificar las diferentes respuestas fisiológicas frente a diferentes agresiones del entorno.
Además, permite entre otras cuestiones observar una situación de inmovilidad física, ofreciéndonos la posibilidad no sólo de observarnos quietos, sino de reconocer nuestras propias emociones y sentimientos, pudiendo pensar con claridad, con objetividad, e incluso nos ayuda a resolver problemas internos que no podíamos ver anteriormente.
Al igual que la meditación, la relajación permite serenar la mente y volver a encontrar la paz interior que, por el estrés o por diversos motivos personales y externos, hemos perdido con el paso de los días.
No obstante, practicar la relajación y la visualización ayudan a mantener la calma y recuperar la paz interior, sobretodo después de un día estresante o de una buena temporada de estrés en la que no hemos podido descansar o, simplemente, tomarnos unas merecidas vacaciones.
La relajación actúa sobre la propia fisiología del ser humano, escasa actuación tanto somática como autónoma, la conducta, estado de inactividad motora y subjetiva calma y sosiego.
Y es que aunque la relajación viene a ser una práctica conocida desde tiempos inmemoriales en Oriente, en Occidente éstas se encuentran dentro de las terapias naturales y alternativas que tratan problemas de salud relacionados directamente con el estrés.
Entre otros aspectos, se podría decir que la relajación permite activar el sistema nervioso parasimpático, inhibiendo de manera parcial la actividad excesiva del sistema nervioso simpático, provocado principalmente por el estrés y por la ansiedad.
Dado que la relajación desencadena una respuesta no automática, es un medio especialmente útil para modificar las diferentes respuestas fisiológicas frente a diferentes agresiones del entorno.
Además, permite entre otras cuestiones observar una situación de inmovilidad física, ofreciéndonos la posibilidad no sólo de observarnos quietos, sino de reconocer nuestras propias emociones y sentimientos, pudiendo pensar con claridad, con objetividad, e incluso nos ayuda a resolver problemas internos que no podíamos ver anteriormente.
Al igual que la meditación, la relajación permite serenar la mente y volver a encontrar la paz interior que, por el estrés o por diversos motivos personales y externos, hemos perdido con el paso de los días.
2 comentarios:
La Relajación se ha convertido en una practica habitual en mi vida . Soy impaciente , lo cual hace de la Relajación la mejor medicina para mí. Besos y gracias por lo que aportas a quien te lee .
Gracias Iris! Buen finde!!
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