El psicópata es un sujeto con una personalidad con características y un estilo de vida muy particular: es una persona que no se adapta a las normas de la sociedad porque sigue sus propias reglas, es altamente narcisista y lo más importante es la satisfacción de sus propias necesidades, sin importarle el costo que eso tenga, para él ni para los demás.
Este tipo de personalidad se da en individuos que deben satisfacer necesidades especiales y para ello hacen un uso particular de su libertad, valiéndose de códigos propios y utilizando a las otras personas como cosas.
La psicopatía es una manera de ser, no es circunstancial ni adquirida, no corresponde a una etapa en la evolución del individuo, ni a una fase ni a un aprendizaje. No se está psicópata, se es psicópata. Los rasgos de esta personalidad se manifiestan en la infancia, se acentúan en la adolescencia y se despliegan plenamente en la adultez y permanecen hasta que el individuo muere.
La violencia suele ser un síntoma claro de psicopatía. Por lo tanto, es probable si bien no certero que un psicópata se comporte violentamente.
La criminalidad constituye una variable conductual: quien viola la ley se comporta de manera criminal. En este sentido, no hay una relación necesaria o exclusiva entre criminalidad y cualquier patrón de personalidad particular. Por lo tanto, la evaluación de la personalidad no puede ser utilizada para identificar si alguien es o no un criminal. Vale decir, que un individuo sea, por ejemplo, psicópata, paranoico o esquizoide no significa que con seguridad haya cometido o cometerá actos criminales.
Los psicópatas primarios: no responden al castigo, a la aprehensión, a la tensión ni a la desaprobación. Parecen ser capaces de inhibir sus impulsos antisociales casi todo el tiempo, no debido a la conciencia, sino porque eso satisface su propósito en ese momento. Las palabras no parecieran tener el mismo significado para ellos que el que tienen para nosotros. En realidad, no se sabe si llegan a comprender el significado de sus propias palabras, llamada "afasia semántica" No siguen ningún proyecto de vida, y parece como si fueran incapaces de experimentar cualquier tipo de emoción genuina.
Los psicópatas secundarios: son arriesgados, pero son individuos también más proclives a reaccionar frente a situaciones de estrés, guerreros, y propensos a la culpabilidad. Se exponen a más estrés que la persona promedio, pero son tan vulnerables al estrés como la persona promedio. (Esto sugiere que no son "completamente psicopáticos." Puede ser debido a variaciones genéticas distintivas).
Son gente audaz, aventurera y poco convencional que comenzó a establecer sus propias reglas de juego a temprana edad. Son conducidos fuertemente por un deseo de escapar o de evitar dolor, pero también son incapaces de resistir a la tentación. A medida que su ansiedad aumenta hacia un cierto objeto prohibido, su atracción hacia ella también se incrementa. Viven sus vidas dejándose llevar por el aliciente de la tentación. Tanto los psicópatas primarios como los secundarios están subdivididos en:
Los psicópatas descontrolados: son la clase de psicópatas que parecen enojarse o enloquecerse más fácilmente y más a menudo que otros subtipos. Su frenesí se asemejará a un ataque de epilepsia. Por lo general son también hombres con impulsos sexuales increíblemente fuertes, capaces de hazañas asombrosas con su energía sexual, y aparentemente obsesionados por impulsos sexuales durante la gran parte de su vida que pasan despiertos. También parecerían estar caracterizados por ansias muy fuertes, como en la drogadicción, la cleptomanía, la pedofilia, cualquier tipo de indulgencia ilícita o ilegal. Les gusta la endorfina "alta" o "acelerada" del entusiasmo y de la toma de riesgos.
Los psicópatas carismáticos: son mentirosos encantadores y atractivos. Por lo general están dotados de uno u otro talento, y lo utilizan a su favor para manipular a otros. Son generalmente compradores, y poseen una capacidad casi demoníaca de persuadir a otros para que abandonen todo lo que poseen, incluso hasta sus vidas. Los líderes de sectas o de cultos religiosos, por ejemplo, podrían ser psicópatas si conducen a sus seguidores a causar su propia muerte. Este subtipo llega a menudo a creerse sus propias ficciones. Son irresistibles.
Tratamiento de la Psicopatía: ¿Se cura un psicópata?
La psicopatía es un trastorno de la personalidad, de base, por lo cual es crónico (incurable). Para tratarlo, se requiere un enfoque interdisciplinario: un psiquiatra, un neurólogo, un psicólogo.
Algunos clínicos utilizan fármacos antipsicóticos para controlar la impulsividad, entre otras drogas. Si bien aún no se han descubierto programas eficaces para su resocialización, resultando las psicoterapias muy poco exitosas con estos pacientes, esto no significa que sus actitudes y comportamientos sean inalterables. El terapeuta debe trabajar, en primer lugar, su falta de conciencia de enfermedad, su falta de empatía, su impulsividad y su insensibilidad. Esto puede resultar una ardua tarea, pero debe continuarse la búsqueda de técnicas clínicas efectivas para estos sujetos.
Saco abrigadito
Hace 11 años
2 comentarios:
HOLA AMIGA !! PASO SIEMPRE PERO NO COMENTABA !!
CREO QUE CUANDO UNA PERSONA ES PSICOPATA POCAS VECES SE DA CUENTA ,
EL TRATAMIENTO ES LARGO Y COSTOSO ,O EN SU DEFECTO EN LOS HOSPITALES PÚBLICOS LOS TURNOS SON UNA VEZ X SEMANA Y CON SUERTE TE ATIENDE EL MISMO PSICÓLOGO O PSIQUIATRA, A MI ME DA MIEDO HASTA LA PALABRA!
TE QUIERO AMIGA !!
BESO ENORME
Hola Pato!!! Gracias por tu visita!!! No es facil el tema, la psicopatía y su tratamiento,tiene que ver con las actitudes y sus rasgos, hay personalidades de alto poder entre ellos,que no tendrian inconvenientes con un tratamiento bueno y exclusivo.
Despues la seguimos. Besos amiga!!! Nos leemos!!! Buen finde!!!
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