lunes, 16 de abril de 2012

Frases del libro Aleph



Un recorrido místico a través del espacio y el tiempo, del pasado y el presente, en busca del amor y del perdón. Viajemos junto a Paulo Coelho. Frases del libro Aleph

“El ser humano tiene una gigantesca dificultad para concentrarse en el presente; siempre está pensando en lo que se hizo, cómo podría haberlo hecho mejor, cuáles fueron las consecuencias de sus actos, por qué no actuó como debería haber actuado. O sino se preocupa por el futuro, por lo que va a hacer mañana, qué providencias debe tomar, cuál es el peligro que le espera a la vuelta de la esquina, cómo evitar lo que no desea y cómo conseguir lo que siempre soñó”.

“Tenemos un proverbio: “Nadie es profeta en su tierra”. Siempre tendemos a valorar lo que viene de lejos, sin reconocer jamás todo lo bello que está a nuestro alrededor”.

“Las palabras son lágrimas escritas. Las lágrimas son palabras que necesitan llorar. Sin ellas, ninguna alegría tiene brillo, ninguna tristeza tiene final. Por lo tanto, gracias por tus lágrimas”.

“El amor siempre vence a eso que llamamos muerte. Por eso no debemos llorar por nuestros seres queridos, por que ellos siguen siendo queridos y permanecen a nuestro lado”.

“El presente tiene sus desafíos, sea malo o sea bueno. No podemos culpar ni agradecer al pasado por lo que está ocurriendo ahora”.

“Nadie pierde a nadie. Todos somos una única alma que necesita desarrollarse para que el mundo siga adelante y volvamos a reencontrarnos”.

“No somos lo que las personas quisieran que fuésemos. Somos quienes decidimos ser. Siempre es fácil culpar a los demás. Puedes pasar tu vida culpando al mundo, pero tus éxitos o tus derrotas son tu entera responsabilidad”.

“Así como sucede con todo el mundo, las cosas comienzan a encajar con perfección absoluta cuando estamos concentrados en lo que queremos”.


“En la magia, y en la vida, hay sólo un momento presente, el ahora. El tiempo no se mide como se calcula la distancia entre dos puntos. El “tiempo” no pasa.”

“Nuestra vida es un viaje constante de nacimiento y muerte. Cambia el paisaje, cambian las personas, las necesidades se transforman, pero el tren sigue adelante. La vida es el tren, no la estación”.


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