Las personas sensibles o susceptibles tienden a sufrir más del estrés y de la angustia. Esto se debe a que son generalmente quisquillosas, es decir, demasiado delicadas para el trato común, y fáciles de agraviarse o de ofenderse con otros, por pequeños pretextos. Ser susceptible se asocia con mostrarse irritable e irascible. También, con escrupuloso y receloso. El o la susceptible teme, sospecha y desconfía de los demás porque por la mínima situación se siente agredido.
Por otra parte, y a pesar de su aprensión, son personas fácilmente manipulables dado que son altamente impresionables, lo que le permite a terceros persuadirlos de una manera apasionante, o sembrarles ideas o sentimientos con gran fuerza. En el caso de enamoramientos, la persona sensible, durante el período de aproximación, lo hará con cautela pero una vez que tome confianza en la pareja, le será muy fácil a esta emocionarla y conmoverla.
El o la susceptible se deja llevar por los sentimientos y las emociones, lo cual no le permite analizar en frío las circunstancias para actuar adecuadamente. Así, una broma social se convierte en una ofensa, o un comentario crítico positivo en el trabajo con el objeto de estimular un mejor rendimiento, por parte de su supervisor, le genera al susceptible una crisis de autoestima o un cuadro de angustia innecesario.La susceptibilidad impide las normales relaciones humanas por temores infundados de ser insultados o por falsas percepciones de rechazo. Al mismo tiempo, provoca un enorme desgaste emocional por estar a la defensiva y esperando una agresión.
Una cosa es lo que suponemos y otra lo que realmente ocurre. Debemos aprender a diferenciar y dar a las situaciones su justo valor. No exageremos, y sobre todo tratemos de mantener el control emocional. Ante cada circunstancia usemos la razón y pensemos cuál es la mejor respuesta para alcanzar nuestros objetivos. No reaccionemos con la sola emoción, sea de rabia, miedo, alegría o amor. Si es necesario comentemos el evento con los seres queridos o amigos y que nos den sus impresiones. De esta forma obtendremos juicios de valor menos cargados emocionalmente.
Los sentimientos son positivos y nos hacen vivir con afecto y satisfacción, pero existen emociones que suscitan desasosiego, ansiedad, zozobra, angustia e intranquilidad. Así como una persona puede llegar a manejar y lidiar con una fobia, las personas susceptibles pueden aprender a controlar sus emociones y dejar de ser tan sensibles e impresionables, sin perder para nada, su forma de ser.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones.
No permitas jamás que la conducta de otras personas condicione la tuya.
Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.
Por otra parte, y a pesar de su aprensión, son personas fácilmente manipulables dado que son altamente impresionables, lo que le permite a terceros persuadirlos de una manera apasionante, o sembrarles ideas o sentimientos con gran fuerza. En el caso de enamoramientos, la persona sensible, durante el período de aproximación, lo hará con cautela pero una vez que tome confianza en la pareja, le será muy fácil a esta emocionarla y conmoverla.
El o la susceptible se deja llevar por los sentimientos y las emociones, lo cual no le permite analizar en frío las circunstancias para actuar adecuadamente. Así, una broma social se convierte en una ofensa, o un comentario crítico positivo en el trabajo con el objeto de estimular un mejor rendimiento, por parte de su supervisor, le genera al susceptible una crisis de autoestima o un cuadro de angustia innecesario.La susceptibilidad impide las normales relaciones humanas por temores infundados de ser insultados o por falsas percepciones de rechazo. Al mismo tiempo, provoca un enorme desgaste emocional por estar a la defensiva y esperando una agresión.
Una cosa es lo que suponemos y otra lo que realmente ocurre. Debemos aprender a diferenciar y dar a las situaciones su justo valor. No exageremos, y sobre todo tratemos de mantener el control emocional. Ante cada circunstancia usemos la razón y pensemos cuál es la mejor respuesta para alcanzar nuestros objetivos. No reaccionemos con la sola emoción, sea de rabia, miedo, alegría o amor. Si es necesario comentemos el evento con los seres queridos o amigos y que nos den sus impresiones. De esta forma obtendremos juicios de valor menos cargados emocionalmente.
Los sentimientos son positivos y nos hacen vivir con afecto y satisfacción, pero existen emociones que suscitan desasosiego, ansiedad, zozobra, angustia e intranquilidad. Así como una persona puede llegar a manejar y lidiar con una fobia, las personas susceptibles pueden aprender a controlar sus emociones y dejar de ser tan sensibles e impresionables, sin perder para nada, su forma de ser.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones.
No permitas jamás que la conducta de otras personas condicione la tuya.
Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.
Recuerda: que si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios, te he agarrado demasiado fuerte para que no caigas.
4 comentarios:
Soy asi desde los 15 años pero trato de controlarlo y de no llevarme demasiado por las emociones.
Ayy¡ tomson...yo creìa que la sensibilidad y la suceptibilidad eran sentimientos distintos. Aunque ahora, debo reconocer que me noto suceptible.La sensibilidad permite apreciar las cosas hermosas de la vida al màximo, apasionadamente, màgicamente, pero su efecto ante el dolor o lo que creemos injurias, es devastador.Ante las injusticias, terrible¡y no he podido preservarme todavìa y no creo que lo logre.cariños tomson¡
EL ABRAZO DE DIOS,ME EMOCIONO HASTA LAS LAGRIMAS!!!
Cecilia creo que con el paso del tiempo y autocontrol se puede lograr. Besos buena semana!
Lidia es verdad, las sensaciones mas bonitas pertenecen a la sensibilidad, pero tambien las del dolor, y no es muy facil poder preservarse,es innato, viene con nosotros.
Gallega amiga!! Un fuerte abrazo!! Buena semana.
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