Con la vuelta de las vacaciones nos encontramos con muchas cosas pendientes: boletas que pagar, compras que hacer, elegir que fotos vamos a revelar y que fotos vamos a guardar en la compu, sacar la ropa de abrigo, etc.; todas se van haciendo poco a poco con más o menos ganas.
Quizás una de las cuestiones propia de esta temporada es la de ser capaz de generar los sentimientos más contrarios sea la toma de decisiones cuando nos enfrentamos a cambios importantes en nuestra vida: decidir qué carrera estudiar, cambiar de trabajo, pensar en casarse o tener hijos, etc.
Con el fin del verano suele ocurrir como con el fin de año, nos marcamos nuevos proyectos para intentar iniciar esta nueva etapa con ilusión y energía. Estos nuevos proyectos, que a veces elegimos y otras nos vienen dados, requieren en un primer momento un proceso de toma de decisiones. Este proceso ya nos presenta la primera dificultad: ¿Saldrá bien esto?, ¿no me estaré apurando?, ¿y si….?
La necesidad de tenerlo todo controlado y el temor al fracaso nos planteará las primeras dudas y nos generará un estado de ansiedad que se mezclará con otras sensaciones más agradables como son la ilusión y la excitación por lo nuevo. Vamos a intentar centrarnos en este estado negativo de ansiedad para intentar entender qué se esconde tras él.
Podríamos decir que a veces estamos mal acostumbrados a un estado de seguridad y tranquilidad, nos acostumbramos tanto a nuestra rutina que nos cuesta mucho romper con ella. Nos gustan los cambios pero siempre que nos garanticen que serán para bien. La mayoría de la gente no está acostumbrada a la incertidumbre, a la inseguridad, a la falta de control, y es por eso que ante los cambios, no seguros sufren y se sienten inquietos. Tenemos miedo a lo desconocido, a no saber cómo enfrentarnos, a no poder estar a la altura, y lo que es peor, a perder lo conseguido, nos aferramos a la idea de ese refrán, más vale malo conocido que bueno por conocer, y nos resistimos a cambiar.
Lo triste de todo esto es que en la mayoría de los casos la seguridad que tanto se busca es un ideal a veces inalcanzable. Es muy difícil garantizar el éxito ante una toma de decisiones, como mucho podremos intentar aumentar la probabilidad de éste. Y en esa búsqueda de la garantía total nos quedamos, nos paralizamos, no tomamos decisiones y por lo tanto no cambiamos. Y de esta forma perdemos mucho más de lo que creemos, perdemos nuevas ilusiones, nuevas experiencias, nuevos conocimientos, y también perdemos la posibilidad de aprender de nuestros propios errores, algo que en ocasiones es hasta más enriquecedor que el propio éxito.
De alguna manera no se pretende alentar a movilizar toda nuestra vida, pero sí a intentar arriesgarse y afrontar los cambios con ilusión, intentando huir de la perfección y de las garantías, asumiendo riesgos e intentando aprender de nuestros errores. Bienvenidos afrontar el año con todos los cambios que sean necesarios y que sea con buena energia y predisposición suerte.
4 comentarios:
QUE SEA UN AÑO CON SALUD>!!! FELIZ FIN DE SEMANA QUERIDA AMIGA!!
Buen finde Gallega!!! Con mucha calma!!
Hola querida tomson¡, de vuelta de mis vacaciones con anginas,y tos. Cuando me recupere vere de concretar algunos proyectitos, chiquitos nomàs, cariños.
Lidia que te pongas bien rapidamente!! Que esos proyectos se concreten. Un beso grandote y bienvenida!!!
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