La fuerza de voluntad:
Si quiero, puedo
Encendemos la tele y vemos prototipos de Adonis de nuestro tiempo: actores, deportistas, cantantes… Cualquiera queremos parecernos a ellos. Todos envidiamos algo de alguien, no obstante, ¿podemos conseguirlo? Obviemos de este análisis el conseguir imposibles, pero todo aquello que es fruto de nuestro esfuerzo prosperar en nuestro trabajo, mejorar nuestros resultados deportivos, mejorar nuestra forma física, etc. ¿Es posible alcanzarlo? La respuesta es un rotundo: “SÍ”.
Si queremos conseguir algo, pongamos todos los medios para lograrlo. Tan fácil de decir y tan complicado de llevar a cabo. Es por esto lo extraordinario que resulta conocer a alguien que ha alcanzado sus metas a base de esfuerzo y sin recibir ningún regalo. ¿La clave?
Autoconfianza
Sacrificio
Tesón
Ganas de mejorar
La autoconfianza es fruto de nuestras experiencias pasadas y de nuestro contexto. Un ambiente que crea en nosotros, es vital, muy importante, pero lo verdaderamente determinante es la autopercepción de éxito atribuida a nuestras acciones. Creer en uno mismo, en nuestros conocimientos, en nuestros valores, en no guardarse nada en darlo todo para lograr nuestros objetivos.
El sacrificio es la capacidad para anteponer obligaciones o tareas que nos ayudarán a lograr nuestras metas, antes de aquellas otras cosas que nos gustan, nos divierten pero no nos van a ayudar en nuestro camino. Nuevamente, aquí el contexto es fundamental.
El tesón es el transcurrir del tiempo durante el cual no vemos resultados pero aun así trabajamos como si ya los hubiéramos logrado. Hay quien lo llama fe o quien lo llama tesón. Sea cual sea la etiqueta, es imprescindible para conseguir lo que queremos y, en segundo término, para valorarlo en su justa medida.
Las ganas de mejorar son para nuestro crecimiento personal como el combustible para un coche que tiene que iniciar un largo viaje. Si no deseamos algo realmente, al segundo día cesaremos en nuestro intento. Por eso, porque hacen falta ganas reales de mejorar, sólo son efectivos los propósitos que nos planteamos cuando hemos tocado fondo y, por tanto, cuando estamos necesitados de ese cambio. La tentación siempre está a la vuelta de la esquina y es nuestra mayor enemiga.
No concentrarse en el esfuerzo del momento, sino en la recompensa futura.
Ponerse metas sucesivas y alcanzables, en vez de apuntar a grandes logros de una sola vez.
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” – Albert Einstein -
Si quiero, puedo
Encendemos la tele y vemos prototipos de Adonis de nuestro tiempo: actores, deportistas, cantantes… Cualquiera queremos parecernos a ellos. Todos envidiamos algo de alguien, no obstante, ¿podemos conseguirlo? Obviemos de este análisis el conseguir imposibles, pero todo aquello que es fruto de nuestro esfuerzo prosperar en nuestro trabajo, mejorar nuestros resultados deportivos, mejorar nuestra forma física, etc. ¿Es posible alcanzarlo? La respuesta es un rotundo: “SÍ”.
Si queremos conseguir algo, pongamos todos los medios para lograrlo. Tan fácil de decir y tan complicado de llevar a cabo. Es por esto lo extraordinario que resulta conocer a alguien que ha alcanzado sus metas a base de esfuerzo y sin recibir ningún regalo. ¿La clave?
Autoconfianza
Sacrificio
Tesón
Ganas de mejorar
La autoconfianza es fruto de nuestras experiencias pasadas y de nuestro contexto. Un ambiente que crea en nosotros, es vital, muy importante, pero lo verdaderamente determinante es la autopercepción de éxito atribuida a nuestras acciones. Creer en uno mismo, en nuestros conocimientos, en nuestros valores, en no guardarse nada en darlo todo para lograr nuestros objetivos.
El sacrificio es la capacidad para anteponer obligaciones o tareas que nos ayudarán a lograr nuestras metas, antes de aquellas otras cosas que nos gustan, nos divierten pero no nos van a ayudar en nuestro camino. Nuevamente, aquí el contexto es fundamental.
El tesón es el transcurrir del tiempo durante el cual no vemos resultados pero aun así trabajamos como si ya los hubiéramos logrado. Hay quien lo llama fe o quien lo llama tesón. Sea cual sea la etiqueta, es imprescindible para conseguir lo que queremos y, en segundo término, para valorarlo en su justa medida.
Las ganas de mejorar son para nuestro crecimiento personal como el combustible para un coche que tiene que iniciar un largo viaje. Si no deseamos algo realmente, al segundo día cesaremos en nuestro intento. Por eso, porque hacen falta ganas reales de mejorar, sólo son efectivos los propósitos que nos planteamos cuando hemos tocado fondo y, por tanto, cuando estamos necesitados de ese cambio. La tentación siempre está a la vuelta de la esquina y es nuestra mayor enemiga.
No concentrarse en el esfuerzo del momento, sino en la recompensa futura.
Ponerse metas sucesivas y alcanzables, en vez de apuntar a grandes logros de una sola vez.
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” – Albert Einstein -
5 comentarios:
Muchas gracias por el post, me ha venido como anillo al dedo, estoy estudiando y ultimamente nunca tengo ganas de ponerme a estudiar.Besos.
ESTOS POST LO DIGO DE VERDAD,COMO ME AYUDANNNNNNN A REFLEXIONAR GRACIAS AMIGA!!
Iris que bueno leerte!!! Espero todo salga bien con tus estudios.
Saludos.
Gallega amiga me alegro te ayuden, para que el camino sea menos sinuoso.
Besos!!
Hola Tomson, que bueno el post!!!
Leí el título y vine a buscar la llave... como verás me falta abrir algunas puertas!!
Me encantó la última cita de Albert Einstein, la comparto..
Besitos
MLP
Besos MLP, te deseo toda la suerte con la llave!!!
La palabra de Albert Einstein,una genialidad...
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