Un ataque de pánico dura varios minutos, y se considera una de las situaciones más penosas que una persona pueda experimentar. Es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que es acompañada de al menos 4 de un total de 13 síntomas.
Síntomas de un ataque pánico
Fisiológicos
Palpitaciones
Sudoración
Temblores o sacudidas
Sensación de ahogo
Sensación de atragantarse
Opresión o malestar torácico
Náuseas o molestias abdominales
Inestabilidad, mareo o desmayo
Parestesias (entumecimiento u hormigueo)
Escalofríos o sofocaciones.
Cognitivos
Despersonalización
Miedo a descontrolarse o volverse loco
Miedo a morir.
Todos los que sufren un ataque sufrirán otros más. Cuando una persona sufre continuos ataques o una fuerte ansiedad por miedo a tener otro ataque, padece trastorno de pánico. Este trastorno puede desencadenar otros problemas psicológicos. Por ejemplo, si una persona sufre un ataque de pánico mientras maneja un auto, hace compras en un shopping o se encuentra dentro de un ascensor; puede generar miedos irracionales llamados fobias y comenzar a tratar de evitar estas situaciones. En un tiempo, la necesidad de evitar estas situaciones y el grado de ansiedad por miedo a otro ataque, logran que la persona no quiera moverse de su casa. En este momento, la persona sufre trastorno de pánico con agorafobia.
El trastorno de pánico es una enfermedad crónica muy incapacitante y su grado de severidad es proporcional al descenso de la calidad de vida.
Generalmente las personas tardan años en saber su diagnóstico, debido a que es una enfermedad con síntomas que simulan una afección cardiaca o una enfermedad que amenaza la vida. Por regla general, la persona con pánico acude a salas de emergencia cuando sufre un ataque y se le hacen pruebas exhaustivas que denotan para sorpresa del paciente y sus familiares, una salud casi envidiable.
Como si fuera poco, algún doctor puede expresar: No es nada serio, son nervios, no hay de que preocuparse. La persona sigue padeciendo los síntomas, cada vez reduce más su vida, y lógicamente se deprime.
El trastorno de pánico afecta a una de cada treinta personas. Afecta a tres mujeres de cada hombre, su edad de inicio es entre los 25 y 30 años, aunque puede observarse en niños, como ansiedad de separación de los padres o manifestándose como fobia escolar; también se puede dar en personas mayores de 30 años.
Si el trastorno de pánico no es tratado, se cronifica, con períodos con cierta mejoría ocasional. El ataque de pánico no es peligroso para la salud y nunca puede desencadenar la muerte, pero su gravedad radica en la invalidez psicológica que produce en la persona que lo padece. Es una enfermedad altamente tratable, y las últimas investigaciones científicas concluyen que el tratamiento más eficaz es la combinación de terapia farmacológica y terapia cognitivo-conductual.
El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de crisis de síntomas neurovegetativos, palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, de atragantarse, etc. cognitivos miedo a volverse loco, temor a morir, etc. y conductuales evitación de situaciones ansiosas.
Si el trastorno de pánico es leve o moderado, y el grado de incapacidad de la persona no es tan marcado, es aconsejable sólo un tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. En los casos más graves, es indispensable comenzar con medicación.
El tratamiento farmacológico debe estar a cargo de un médico psiquiatra, preferentemente especialista en trastornos de ansiedad; y debe ser por un tiempo determinado. La dosificación de la medicación debe ir en descenso, en la medida en que el paciente mejore y este recibiendo tratamiento psicológico. Por este motivo, la importancia de la combinación de los tratamientos.
Síntomas de un ataque pánico
Fisiológicos
Palpitaciones
Sudoración
Temblores o sacudidas
Sensación de ahogo
Sensación de atragantarse
Opresión o malestar torácico
Náuseas o molestias abdominales
Inestabilidad, mareo o desmayo
Parestesias (entumecimiento u hormigueo)
Escalofríos o sofocaciones.
Cognitivos
Despersonalización
Miedo a descontrolarse o volverse loco
Miedo a morir.
Todos los que sufren un ataque sufrirán otros más. Cuando una persona sufre continuos ataques o una fuerte ansiedad por miedo a tener otro ataque, padece trastorno de pánico. Este trastorno puede desencadenar otros problemas psicológicos. Por ejemplo, si una persona sufre un ataque de pánico mientras maneja un auto, hace compras en un shopping o se encuentra dentro de un ascensor; puede generar miedos irracionales llamados fobias y comenzar a tratar de evitar estas situaciones. En un tiempo, la necesidad de evitar estas situaciones y el grado de ansiedad por miedo a otro ataque, logran que la persona no quiera moverse de su casa. En este momento, la persona sufre trastorno de pánico con agorafobia.
El trastorno de pánico es una enfermedad crónica muy incapacitante y su grado de severidad es proporcional al descenso de la calidad de vida.
Generalmente las personas tardan años en saber su diagnóstico, debido a que es una enfermedad con síntomas que simulan una afección cardiaca o una enfermedad que amenaza la vida. Por regla general, la persona con pánico acude a salas de emergencia cuando sufre un ataque y se le hacen pruebas exhaustivas que denotan para sorpresa del paciente y sus familiares, una salud casi envidiable.
Como si fuera poco, algún doctor puede expresar: No es nada serio, son nervios, no hay de que preocuparse. La persona sigue padeciendo los síntomas, cada vez reduce más su vida, y lógicamente se deprime.
El trastorno de pánico afecta a una de cada treinta personas. Afecta a tres mujeres de cada hombre, su edad de inicio es entre los 25 y 30 años, aunque puede observarse en niños, como ansiedad de separación de los padres o manifestándose como fobia escolar; también se puede dar en personas mayores de 30 años.
Si el trastorno de pánico no es tratado, se cronifica, con períodos con cierta mejoría ocasional. El ataque de pánico no es peligroso para la salud y nunca puede desencadenar la muerte, pero su gravedad radica en la invalidez psicológica que produce en la persona que lo padece. Es una enfermedad altamente tratable, y las últimas investigaciones científicas concluyen que el tratamiento más eficaz es la combinación de terapia farmacológica y terapia cognitivo-conductual.
El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de crisis de síntomas neurovegetativos, palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, de atragantarse, etc. cognitivos miedo a volverse loco, temor a morir, etc. y conductuales evitación de situaciones ansiosas.
Si el trastorno de pánico es leve o moderado, y el grado de incapacidad de la persona no es tan marcado, es aconsejable sólo un tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. En los casos más graves, es indispensable comenzar con medicación.
El tratamiento farmacológico debe estar a cargo de un médico psiquiatra, preferentemente especialista en trastornos de ansiedad; y debe ser por un tiempo determinado. La dosificación de la medicación debe ir en descenso, en la medida en que el paciente mejore y este recibiendo tratamiento psicológico. Por este motivo, la importancia de la combinación de los tratamientos.
6 comentarios:
Hiciste una descripcciòn perfecta de lo que sufrì durante años sin saber que me pasaba.Desde tratamientos neurovegetativos, cardiòlogos, neuròlogosetc. Desde medicinas para dolores agudos, totalmente incalidantes e inùtiles hasta un diagnòstico de "antena parabòlica", sì, me dijeron que captaba todo de manera exagerada, no com una antena comùn sini parabòlica.Internaciones con oxìgeno, desmayos en lugares concurridos, incapacidad de moverme fuera de mi casa, no poder esperar en un negocio, dejar todo y salir huyendo al refugio de mi hogar, y...tantas otras¡.Hasta que un dìa, me llevan de urgencia a una guardia,con pulmotor incluìdo,y me dicen que estoy perfecta, que lo mìo se soluciona con un psiquìatra. Fuè hace 8 años,mi amado terapeuta me salvò literalmente la vida. Nunca màs sufrì un ataque, aunque resabios me quedan. Sigo sin poder estar mucho tiempo en lugares cerrados,esperando, pero puedo manejarlo. lo cuento para ayudar a quien no sepa y estè pasando por algo similar. Recurran a un mèdico capacitado,no hay otra manera de zafar y es horrible¡
Perdòn por meter mal el dedo en las teclas, es un tema que me moviliza mucho.
Lidia gracias por tu relato, nada mejor que los dichos de tu padecer y tus vivencias hacen un gran aporte para las personas que buscan y no encuentran solucion, se trata de dar con un buen terapeuta y obviamente tu predisposicion.
Gracias Lidia y no sabes cuanto me alegra que te encuentres bien!
Un fuerte abrazo!!!
hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....
POBRE LIDIA QUERIDA AMIGA!
Siempre interesante todas las informaciones!!!es un gusto venir a aprender!!!!
Besitos!!!!
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