Tipos de trastornos disociativos
Hay cuatro categorías principales de trastornos disociativos:
Amnesia disociativa, fuga disociativa, trastorno de identidad disociativo, y trastorno de despersonalización.
La amnesia de disociativa (amnesia psicógena) se caracteriza por una incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de una naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia como para ser explicada por el olvido ordinario. Es la más común de todos los trastornos disociativos. Además, la amnesia disociativa se asocia a menudo a otros trastornos psicológicos, por ejemplo, trastornos de ansiedad. Los individuos que sufren de amnesia disociativa son generalmente conscientes de su pérdida de memoria, la cual suele ser reversible debido a que los problemas de memoria se dan en el proceso de recuperación, no en el proceso de codificación. La duración del trastorno varía desde algunos días a varios años.
La fuga disociativa (fuga psicógena) se caracteriza por un viaje repentino e inesperado lejos del hogar o del trabajo, acompañado por una incapacidad para recordar su pasado y confusión sobre la identidad personal o la asunción de una nueva identidad. Estas personas son vistas como normales por los demás. Es decir, su psicopatología no es obvia. No suelen ser conscientes de su pérdida de memoria
El trastorno de despersonalización se caracteriza por una sensación persistente o recurrente de estar separado de los propios procesos mentales o del propio cuerpo. Las personas que padecen este trastorno dicen sentirse como si estuvieran mirando sus vidas desde fuera de sus cuerpos, como si vieran una película.
El trastorno de identidad disociativo (conocido como trastornos de personalidad múltiple) es la manifestación más severa y más crónica de la disociación, caracterizado por la presencia de dos o más estados de personalidad o identidades diferentes que, recurrentemente, toman el control del comportamiento del individuo, acompañado por una incapacidad para recordar información personal importante que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario. Se sabe que estos estados disociados no son personalidades totalmente formadas, sino más bien representan un sentido de la identidad fragmentado. La amnesia asociada típicamente a este trastorno es asimétrica, es decir, las diferentes personalidades recuerdan aspectos diferentes de la información autobiográfica. Suele haber una personalidad principal que se identifica con el nombre verdadero del paciente. Por lo general, la personalidad principal no está enterada de la presencia de las demás. Las diferentes personalidades pueden jugar papeles distintos al hacer frente a áreas problemáticas.
Trastorno disociativo no especificado. Incluye los trastornos disociativos que no satisfacen totalmente los criterios diagnósticos para ninguno de los trastornos mencionados. En la práctica clínica, éste parece ser el diagnóstico más habitual.
Prevalencia de los trastornos disociativos
Algunos estudios indican que la disociación ocurre en un 3 % de la población en general. Otros estudios han estimado un índice de prevalencia del 10% para todos los trastornos disociativos. La disociación puede darse en formas agudas o crónicas. Inmediatamente después de un trauma severo, la incidencia de fenómenos disociativos es bastante alta. Aproximadamente el 73 % de las personas expuestas a un incidente traumático experimentarán estados disociativos durante el incidente o durante las horas, días o semanas posteriores. Sin embargo, para la mayoría de las personas estas experiencias desaparecerán por sí mismas en algunas semanas.
Amnesia disociativa: no se conoce la prevalencia exacta.
Fuga disociativa: 0,2 % de la población general. Esta prevalencia se considera más alta durante periodos de estrés extremo.
Trastorno de identidad disociativo. Entre el 0,1 y el 1 %. En pacientes psiquiátricos la prevalencia oscila entre el 5 y el 10 %
Trastorno de despersonalización. No se conoce la prevalencia exacta pero algunos investigadores lo consideran el tercer trastorno psicológico más frecuente después de la depresión y la ansiedad.
Hay cuatro categorías principales de trastornos disociativos:
Amnesia disociativa, fuga disociativa, trastorno de identidad disociativo, y trastorno de despersonalización.
La amnesia de disociativa (amnesia psicógena) se caracteriza por una incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de una naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia como para ser explicada por el olvido ordinario. Es la más común de todos los trastornos disociativos. Además, la amnesia disociativa se asocia a menudo a otros trastornos psicológicos, por ejemplo, trastornos de ansiedad. Los individuos que sufren de amnesia disociativa son generalmente conscientes de su pérdida de memoria, la cual suele ser reversible debido a que los problemas de memoria se dan en el proceso de recuperación, no en el proceso de codificación. La duración del trastorno varía desde algunos días a varios años.
La fuga disociativa (fuga psicógena) se caracteriza por un viaje repentino e inesperado lejos del hogar o del trabajo, acompañado por una incapacidad para recordar su pasado y confusión sobre la identidad personal o la asunción de una nueva identidad. Estas personas son vistas como normales por los demás. Es decir, su psicopatología no es obvia. No suelen ser conscientes de su pérdida de memoria
El trastorno de despersonalización se caracteriza por una sensación persistente o recurrente de estar separado de los propios procesos mentales o del propio cuerpo. Las personas que padecen este trastorno dicen sentirse como si estuvieran mirando sus vidas desde fuera de sus cuerpos, como si vieran una película.
El trastorno de identidad disociativo (conocido como trastornos de personalidad múltiple) es la manifestación más severa y más crónica de la disociación, caracterizado por la presencia de dos o más estados de personalidad o identidades diferentes que, recurrentemente, toman el control del comportamiento del individuo, acompañado por una incapacidad para recordar información personal importante que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario. Se sabe que estos estados disociados no son personalidades totalmente formadas, sino más bien representan un sentido de la identidad fragmentado. La amnesia asociada típicamente a este trastorno es asimétrica, es decir, las diferentes personalidades recuerdan aspectos diferentes de la información autobiográfica. Suele haber una personalidad principal que se identifica con el nombre verdadero del paciente. Por lo general, la personalidad principal no está enterada de la presencia de las demás. Las diferentes personalidades pueden jugar papeles distintos al hacer frente a áreas problemáticas.
Trastorno disociativo no especificado. Incluye los trastornos disociativos que no satisfacen totalmente los criterios diagnósticos para ninguno de los trastornos mencionados. En la práctica clínica, éste parece ser el diagnóstico más habitual.
Prevalencia de los trastornos disociativos
Algunos estudios indican que la disociación ocurre en un 3 % de la población en general. Otros estudios han estimado un índice de prevalencia del 10% para todos los trastornos disociativos. La disociación puede darse en formas agudas o crónicas. Inmediatamente después de un trauma severo, la incidencia de fenómenos disociativos es bastante alta. Aproximadamente el 73 % de las personas expuestas a un incidente traumático experimentarán estados disociativos durante el incidente o durante las horas, días o semanas posteriores. Sin embargo, para la mayoría de las personas estas experiencias desaparecerán por sí mismas en algunas semanas.
Amnesia disociativa: no se conoce la prevalencia exacta.
Fuga disociativa: 0,2 % de la población general. Esta prevalencia se considera más alta durante periodos de estrés extremo.
Trastorno de identidad disociativo. Entre el 0,1 y el 1 %. En pacientes psiquiátricos la prevalencia oscila entre el 5 y el 10 %
Trastorno de despersonalización. No se conoce la prevalencia exacta pero algunos investigadores lo consideran el tercer trastorno psicológico más frecuente después de la depresión y la ansiedad.
2 comentarios:
Qué interesante Tomson y qué complejo que son todos los procesos que ocurren en el cerebro. ¿No sentís que cuanto más sabes, más queda por conocer???
Conozco a mucha gente que sufre de depresión, el mal de éste siglo, y de los diferentes trastornos de la ansiedad, pero que yo sepa, ninguno con trastorno disociativo... por qué?
No será tan evidente...
Bueno, te dejo que me tengo que ir con MLP, cariños
es verdad,el crerbro es una maquina de servicios para bien o mal!!
Publicar un comentario