Esperando la cesarea:
La presión es mucho más fuerte los primeros días de una catástrofe lo que viene ahora es el la relajación y lo realmente complejo se presentará una vez que los mineros sean rescatados.
El ser humano tiene requerimientos mucho más importantes que el alimentarse: la necesidad de cariño, de ser necesitado por otro. Al establecer contacto esa necesidad queda satisfecha. Con respecto a lo que sentirán mientras dure el rescate, lo más probable es que tengan rabia frente a la situación injusta que les tocó vivir, pero no habrá desesperanza.
Pese a este panorama alentador, los terapeutas que están trabajando dicen; el problema se presentará cuando los mineros salgan, cuando tomen conciencia de que perdieron dos, tres, cuatro meses de sus vidas. Es en ese momento cuando empezará la ansiedad porque ahora están en crisis por la misma situación que están viviendo, se viene el miedo, estar en permanente alerta.
Los especialistas son categóricos al plantear que la pesadilla comenzará cuando salgan y que pasarán años con flashes de recuerdos de esta experiencia tan fuerte.
Estos hombres atrapados cuenta con un importante factor de protección: que son muchos y pueden darse apoyo unos a otros cuando experimenten bajadas emocionales. Otro punto a su favor es que han conseguido contactar con el exterior. De hecho, fueron capaces de organizarse y salir adelante durante 18 días sin saber si les habían dado por muertos o existía un plan para rescatarlos.
Caer en la desesperanza no es tan fácil. En todo caso, dependerá del carácter de cada uno de los individuos. Lo cierto es que ya están acostumbrados a permanecer a solas y en la oscuridad.
Entre los 33 mineros podrán apreciarse, a medida que pasen las semanas, distintas formas de soportar el encierro. Quienes tengan tendencia a afrontar de forma positiva las situaciones difíciles tendrán sus momentos bajos, pero los sobrellevarán. Es más probable que se produzcan consecuencias negativas. Una actitud fatalista puede llevarles a perder las ganas de luchar y negarse a comer y beber.
Los expertos coinciden en señalar que, al tratarse de un grupo grande, es más sencillo mantener el ánimo general. En estos casos, los que tienen una categoría laboral más alta o son mayores que el resto suelen resultar líderes por naturaleza y se encargan de mantener alta la moral del grupo.
Una de las circunstancias que más puede afectar al bienestar de los mineros es la falta de luz solar, hace que se alteren los ritmos circadianos, ciclo de vigilia y sueño marcado por el día y la noche. La inexistencia de luz natural produce un desajuste del reloj biológico y da lugar a problemas físicos, como un aumento de la frecuencia cardiaca y del ritmo respiratorio, y psicológicos, ansiedad, ataques de pánico o estrés.
Por esta razón, se aconseja respetar los periodos de descanso nocturno y actividad diaria aunque se haya perdido la referencia del sol. Esto mismo es aplicable al resto de los quehaceres del grupo: deben establecer una serie de rutinas que ocupen su tiempo y liberen su mente, entre las que no puede faltar la práctica de ejercicio físico.
El objetivo es que mantengan una vida lo más parecida posible a la del exterior, incluso en las circunstancias más dramáticas. Un caso extremo sería el fallecimiento de uno de ellos que, según los terapeutas, sería difícil de manejar porque les pondría la muerte muy cerca. Lo primero que deberían hacer, señalan, es un ritual de despedida.
Pero, por muchos mecanismos de defensa que se pongan en marcha, la espera se les va a hacer eterna tanto a ellos como a sus familiares. De ahí que los psicólogos chilenos controlen de forma minuciosa los mensajes que les transmiten sus allegados. Cualquier pequeño desliz podría tener consecuencias devastadoras.
Hay que comunicarles poco a poco el tiempo que van a tardar en rescatarlos con el fin de atenuar el impacto, tal y como están haciendo las autoridades chilenas.
Hay otro tipo de mensajes a los que sí se puede dar rienda suelta: los que les permiten mantenerse conectados con la realidad. Cosas tan simples como las noticias sobre bodas o nacimientos entre sus familiares y amigos pueden ser de gran ayuda para que, en palabras de los psicólogos; se sientan partícipes de lo que está pasando en el mundo.
El trabajo de los psicólogos que trabajan sobre el terreno no acabará cuando se produzca la liberación de los 33 hombres. No todos requerirán atención psicológica tras el rescate, pero se les informará de los síntomas que pueden sufrir y de la atención especializada que se pondrá a su disposición. Según las estadísticas, lo más probable es que entre tres o cuatro de ellos precisen ayuda psicológica a corto plazo, y entre uno y dos durante un largo periodo de tiempo.
La tragedia griega, que lejos de ser un espectáculo elitista era una celebración popular, tenía como objetivo poner ante el público un espejo terrible en el que el hombre pudiera contemplar todas sus contradicciones y límites, pero no para hundirlo en el sinsentido, sino para liberarlo del peso que pudiera albergar su conciencia.
Este espejo debieran poner a los responsables de estas minas, para que esto no vuelva a pasar nunca más, pero este deseo mió y de tantos, es solo una quimera, los poderosos jamás pensarían en nadie que no sea su entorno y su maldito poder.
El ser humano tiene requerimientos mucho más importantes que el alimentarse: la necesidad de cariño, de ser necesitado por otro. Al establecer contacto esa necesidad queda satisfecha. Con respecto a lo que sentirán mientras dure el rescate, lo más probable es que tengan rabia frente a la situación injusta que les tocó vivir, pero no habrá desesperanza.
Pese a este panorama alentador, los terapeutas que están trabajando dicen; el problema se presentará cuando los mineros salgan, cuando tomen conciencia de que perdieron dos, tres, cuatro meses de sus vidas. Es en ese momento cuando empezará la ansiedad porque ahora están en crisis por la misma situación que están viviendo, se viene el miedo, estar en permanente alerta.
Los especialistas son categóricos al plantear que la pesadilla comenzará cuando salgan y que pasarán años con flashes de recuerdos de esta experiencia tan fuerte.
Estos hombres atrapados cuenta con un importante factor de protección: que son muchos y pueden darse apoyo unos a otros cuando experimenten bajadas emocionales. Otro punto a su favor es que han conseguido contactar con el exterior. De hecho, fueron capaces de organizarse y salir adelante durante 18 días sin saber si les habían dado por muertos o existía un plan para rescatarlos.
Caer en la desesperanza no es tan fácil. En todo caso, dependerá del carácter de cada uno de los individuos. Lo cierto es que ya están acostumbrados a permanecer a solas y en la oscuridad.
Entre los 33 mineros podrán apreciarse, a medida que pasen las semanas, distintas formas de soportar el encierro. Quienes tengan tendencia a afrontar de forma positiva las situaciones difíciles tendrán sus momentos bajos, pero los sobrellevarán. Es más probable que se produzcan consecuencias negativas. Una actitud fatalista puede llevarles a perder las ganas de luchar y negarse a comer y beber.
Los expertos coinciden en señalar que, al tratarse de un grupo grande, es más sencillo mantener el ánimo general. En estos casos, los que tienen una categoría laboral más alta o son mayores que el resto suelen resultar líderes por naturaleza y se encargan de mantener alta la moral del grupo.
Una de las circunstancias que más puede afectar al bienestar de los mineros es la falta de luz solar, hace que se alteren los ritmos circadianos, ciclo de vigilia y sueño marcado por el día y la noche. La inexistencia de luz natural produce un desajuste del reloj biológico y da lugar a problemas físicos, como un aumento de la frecuencia cardiaca y del ritmo respiratorio, y psicológicos, ansiedad, ataques de pánico o estrés.
Por esta razón, se aconseja respetar los periodos de descanso nocturno y actividad diaria aunque se haya perdido la referencia del sol. Esto mismo es aplicable al resto de los quehaceres del grupo: deben establecer una serie de rutinas que ocupen su tiempo y liberen su mente, entre las que no puede faltar la práctica de ejercicio físico.
El objetivo es que mantengan una vida lo más parecida posible a la del exterior, incluso en las circunstancias más dramáticas. Un caso extremo sería el fallecimiento de uno de ellos que, según los terapeutas, sería difícil de manejar porque les pondría la muerte muy cerca. Lo primero que deberían hacer, señalan, es un ritual de despedida.
Pero, por muchos mecanismos de defensa que se pongan en marcha, la espera se les va a hacer eterna tanto a ellos como a sus familiares. De ahí que los psicólogos chilenos controlen de forma minuciosa los mensajes que les transmiten sus allegados. Cualquier pequeño desliz podría tener consecuencias devastadoras.
Hay que comunicarles poco a poco el tiempo que van a tardar en rescatarlos con el fin de atenuar el impacto, tal y como están haciendo las autoridades chilenas.
Hay otro tipo de mensajes a los que sí se puede dar rienda suelta: los que les permiten mantenerse conectados con la realidad. Cosas tan simples como las noticias sobre bodas o nacimientos entre sus familiares y amigos pueden ser de gran ayuda para que, en palabras de los psicólogos; se sientan partícipes de lo que está pasando en el mundo.
El trabajo de los psicólogos que trabajan sobre el terreno no acabará cuando se produzca la liberación de los 33 hombres. No todos requerirán atención psicológica tras el rescate, pero se les informará de los síntomas que pueden sufrir y de la atención especializada que se pondrá a su disposición. Según las estadísticas, lo más probable es que entre tres o cuatro de ellos precisen ayuda psicológica a corto plazo, y entre uno y dos durante un largo periodo de tiempo.
La tragedia griega, que lejos de ser un espectáculo elitista era una celebración popular, tenía como objetivo poner ante el público un espejo terrible en el que el hombre pudiera contemplar todas sus contradicciones y límites, pero no para hundirlo en el sinsentido, sino para liberarlo del peso que pudiera albergar su conciencia.
Este espejo debieran poner a los responsables de estas minas, para que esto no vuelva a pasar nunca más, pero este deseo mió y de tantos, es solo una quimera, los poderosos jamás pensarían en nadie que no sea su entorno y su maldito poder.
Estamos a la espera de un nacimiento múltiple, sabemos que son 33 y por ahora están todos bien. El cordón umbilical nos informa de su estado, pero también los alimenta, los asiste, los prepara para su nacimiento.
Todos estamos esperanzados en una cesárea exitosa, pero… ¿Cómo es la vida a partir de este renacer?
Todos estamos esperanzados en una cesárea exitosa, pero… ¿Cómo es la vida a partir de este renacer?
4 comentarios:
EXCELENTE POST,MUY BIEN EXPLICADO!
Hola Gallega!!! Gracias por estar.
Besos.
amiga, te juro que algunas noches, he pensado en ellos y se me pone la piel de gallina
imaginate, yo que soy claustrofóbica y sufro dentro de un ascensor, pienso en ellos y en el lugar que están y me ahogo!! me dan palpitaciones!
pobre gente, pobrecitos!! y pensar que no será fácil poder sacarlos
mi Dios!!!ojalá resistan, les deseo lo mejor con todo mi corazón
Gracias Betty!!! Si realmente de solo pensarlo me hace mal. Y cree que lo peor es la incertidumbre que deben tener...
Besos amiga que sigas bien!!!!!
Publicar un comentario