Todo pensamiento vibra, todo pensamiento irradia una señal y todo pensamiento atrae una señal que se corresponde con él. Este proceso se denomina la Ley de Atracción.
La Ley de Atracción dice: “Todo lo que se asemeja se atrae”. Podemos afirmar que la poderosa Ley de Atracción es un Gerente Universal que se preocupa en reunir todos los pensamientos que concuerdan.
La ley de atracción nos propone concentrar los pensamientos, el entusiasmo y la energía en forma positiva y visualizar los deseos ya cumplidos. Es un concepto que tiene miles de años de antigüedad, con raíces en el Hinduismo, en la Teosofía, en el Judaísmo y en la Cabala; abarca todas las creencias y propone un nuevo modo de vivir basado en el optimismo y el pensamiento positivo, como ejes primordiales del destino.
Esta teoría es un método sencillo que requiere en primer término saber lo que uno quiere con claridad, para poder orientar el pensamiento hacia ese objetivo y luego, pedir al universo o al Ser Supremo en quien cada uno cree, lo que se desea.
Aquello a lo que presta atención hace que se emita una vibración, y las vibraciones que se ofrece equivalen a lo que se pide, lo cual equivale al punto de atracción.
Si en estos momentos deseamos algo que no poseemos, sólo tenemos que centrar la atención en ello y, en virtud de la Ley de Atracción, lo obtendremos, porque cuando pensás en ese objeto o experimentamos un deseo, se emite una vibración, y según esa Ley de Atracción, obtendremos ese objeto o esa experiencia que se desea.
Si deseamos algo que en estos momentos no tenemos y centramos la atención en el hecho de que no lo tenemos, la Ley de Atracción seguirá respondiendo a la vibración de que no lo tenemos, en definitiva seguiremos sin obtener lo que deseamos. Así funciona esta ley.
La clave para atraer algo que deseamos. La experiencia consiste en alcanzar una armonía vibratoria con nuestros deseos. La forma más sencilla de alcanzar esa armonía vibratoria es imaginar que ya tenemos lo que deseamos, fingir que ya forma parte de nuestra experiencia, hacer que los pensamientos se deleiten con la experiencia, y a medida que se practique esos pensamientos y comencemos a ofrecer sistemáticamente esas vibraciones, se facilitará que lo que se desea pase a formar parte nuestra experiencia.
Será fácil averiguar si prestamos atención al deseo o a la ausencia de él. Cuando nuestros pensamientos coinciden a nivel vibratorio con el deseo y te sientas bien, el abanico de nuestras emociones pasara de la satisfacción a la expectativa, al anhelo, a la alegría. Pero si prestamos atención a la falta, o la ausencia, de lo deseado, la gama de emociones pasa del sentimiento de pesimismo, preocupación, desánimo, ira, inseguridad y a la depresión.
En la medida en que seamos conscientes de nuestras emociones, siempre sabremos si facilitamos esa parte del Proceso creativo, y no volveremos a interpretar erróneamente el motivo por el que no conseguimos lo que queremos. Nuestras emociones constituyen un magnifico sistema de guía, y si les prestamos atención podríamos orientarnos a nuestros grandes deseos.
Es decir, nos guste o no, obtenemos aquello en lo que pensamos.
Según la poderosa Ley de Atracción, atraes hacia vos la esencia de lo que ocupa predominantemente nuestro pensamiento. Si pensamos sobre todo en las cosas que deseamos, nuestra experiencia vital reflejará esas cosas. Por el contrario, si pensamos ante todo en lo que no deseamos, la experiencia vital reflejará esas cosas.
Cuando comprendemos la Ley de Atracción deja de sorprendernos lo que ocurre en nuestra experiencia, comprendemos que somos nosotros mismos que colaboramos para que suceda, a través del proceso del pensamiento. No puede ocurrir nada en nuestra experiencia vital que no hayamos procurado a través del pensamiento.
existen excepciones a la Ley de Atracción, resulta sencillo comprenderla. Y cuando comprendemos que logramos aquello en lo que pensamos. Cuando seamos conscientes de lo que pensamos, podremos ejercer un control absoluto sobre nuestra propia experiencia.
Existe una gran diferencia vibratoria entre los pensamientos de apreciación hacia la pareja y los pensamientos de lo que nos gustaría que fuera distinto en la pareja. La relación con la pareja, sin excepción, refleja la preponderancia de los pensamientos. Porque, aunque no seamos consciente de ello, al pensar en la relación hacemos literalmente que ésta cobre vida.
El deseo de mejorar la situación económica no puede cumplirse si sentimos envidia por la buena posición económica de un vecino, familiar, amigo, porque la vibración de nuestro deseo y la vibración del sentimiento de envidia son distintas.
Comprender la naturaleza vibratoria nos ayudará a crear nuestra propia realidad de forma sencilla y deliberada. Luego, con el tiempo y la práctica, comprobaremos que todo lo que deseamos puede realizarse fácilmente, no hay nada que no pueda ser, hacer o tener.
Lo semejante se atrae, de modo que para obtener lo que se desea, la vibración de nuestro ser debe corresponderse con la vibración del deseo. No podemos desear algo, centrarnos ante todo en su ausencia y confiar en obtenerlo, porque la frecuencia vibratoria de su ausencia y la frecuencia vibratoria de su presencia son muy distintas. Dicho de otro modo: para obtener lo que queremos, los deseos y nuestras creencias deben vibrar al unísono.
Debemos pedir, que pidas lo que pidas, tanto si lo pedimos a través de las palabras o de una sutil señal del deseo el pedido siempre es escuchado y atendido, sin excepción. Cuando pedimos, siempre se cumple.
Saco abrigadito
Hace 11 años
5 comentarios:
CREO FIRMEMENTE EN QUE TU DESEAS ALGO Y TE MANTIENES FIRME PUES CASI SIEMPRE SE CUMPLE!
Hola Amiga, es tal cual si te concentras y lo deseas sin duda se cumple. Besos que sigas bien!!!
OYE TOMSON,PORQUE NO PONES AL PIE DEL POST LA ENTRADA A TWITER COMO TENGO YO? A MI ME LO PUSO JULIA,
Si lo tendria que poner,tus pedidos son ordenes en breve lo hago. besos!!
SABES QUE NO PUEDO ENTRAR COMO ANTES A LOS BLOGS,EL DE JULIA HORRORES ME CUETA TIENE VIRUS LA MAQUINA,
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