jueves, 8 de diciembre de 2011

La Personalidad


Las Terapias Psicológicas, tal como se practica en el mundo hoy en día, están orientadas a resolver problemas concretos a un paciente. Un episodio depresivo, o maníaco, una crisis de angustia o mucha ansiedad son abordadas mediante técnicas cognitivas y conductuales variadas. La mayoría de los pacientes mejoran con este tipo de métodos. Pero no todo es tan sencillo, hay veces que los tratamientos de las técnicas mencionadas anteriormente no resultan con ciertos pacientes.

El sujeto adulto tiene determinadas características, una forma de ser, una personalidad. ¿Que es la personalidad?

Hoy en día se sostiene que la personalidad es un sistema de pautas duraderas de percibir, pensar y relacionarse con el mundo y con uno mismo.
El creador de la Terapia Cognitiva, Aaron Beck, diría que el sujeto tiene unos determinados esquemas o creencias básicas, son el cristal por donde se interpretan todos los hechos de la realidad. Estos esquemas fueron desarrollados desde la niñez, y aquí coincide con Freud en que la niñez es la etapa fundamental del ser humano.

Como decíamos, la terapia se propone cambiar problemas concretos. Ahora, ¿qué pasa si el problema concreto pasa por la personalidad y no por un episodio aislado? ¿Qué pasa si los problemas de una persona vienen como consecuencia de una personalidad, digamos, conflictiva?

Bueno, aquí nos encontraremos con un tratamiento más global, y por supuesto, más difícil. No se puede cambiar la personalidad de un día para el otro. Por eso se la aborda paso a paso. Pequeños cambios pueden derivar en grandes avances.

De todos modos, debemos distinguir los rasgos de personalidad de algún trastorno de personalidad. Sólo se diagnostican como trastornos de la personalidad patrones de comportamiento inflexibles, desadaptativos y persistentes, que ocasionan un deterioro funcional o un malestar subjetivo significativos.

¿Cuales son los Trastornos de Personalidad?
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales; Los trastornos elaborados hasta ahora (recordemos que están en constante estudio) son 10 y una categoría residual:

Grupo A:
Trastorno Paranoide
Trastorno Esquizoide
Trastorno Esquizotípico

Grupo B:
Trastorno Antisocial
Trastorno Límite
Trastorno Histriónico
Trastorno Narcisista

Grupo C:
Trastorno de la personalidad por Evitación
Trastorno de la personalidad por Dependencia
Trastorno obsesivo compulsivo de la Personalidad

Trastorno de la Personalidad no especificado (no entra en ninguna categoría de las anteriores)

Trastorno de personalidad paranoide: Las personas con personalidad paranoide proyectan su propio conflicto y hostilidad hacia los otros. En general son frías y distantes. Encuentran intenciones hostiles y malévolas detrás de actos triviales, inocentes o incluso positivos y reaccionan con suspicacia a los cambios.

Trastorno de personalidad esquizoide: Las personas con trastorno de personalidad esquizoide son introvertidas, ausentes y solitarias. Parecen frías y distantes. Con frecuencia están absortas en sus propios pensamientos y sentimientos y temen la aproximación y la intimidad con otras personas. Sienten pocas reacciones emocionales, sintiendo indiferencia tanto a la crítica cómo a los halagos, a la vez poco apetito sexual. No hablan demasiado, sueñan despiertas y prefieren la especulación teórica a la acción. La fantasía es un modo frecuente de enfrentarse a la realidad.

Trastorno de personalidad esquizotípica: Las personas con una personalidad esquizotípica, igual que aquellas con trastorno de personalidad esquizoide, se encuentran emocional y socialmente aisladas. También desarrollan pensamientos, percepciones y comunicaciones extrañas, a la vez que suelen vestirse de una manera nada peculiar. Aunque estas rarezas son parecidas a las de personas con esquizofrenia, y aunque la personalidad esquizotípica se encuentra a veces en la gente con esquizofrenia antes de que la desarrollen, la mayor parte de los adultos con personalidad esquizotípica no desarrolla esquizofrenia. Algunas personas muestran signos de pensamiento mágico (la idea de que una acción particular puede controlar algo que no tiene ninguna relación con esto). En su lenguaje suelen divagar bastante, usando un pensamiento exageradamente elaborado, artificioso y algo estereotipado.

Trastorno de personalidad histriónica: Las personas con personalidad histriónica o histérica buscan llamar la atención y se comportan de modo teatral. Su modo de ser tiene como resultado el establecer relaciones personales con facilidad pero de modo superficial. Las emociones a menudo son exageradas, infantiles e ideadas para provocar simpatía o atención de los otros. Las personas con personalidad histriónica son proclives a los comportamientos sexualmente provocativos o a sexualizar las relaciones que no son sexuales. Pueden no querer realmente una relación sexual; más bien, sus comportamientos seductores frecuentemente encubren un deseo de dependencia y protección. Algunas personas de personalidad histriónica también son hipocondríacas y exageran sus problemas físicos para llamar la atención.

Trastorno de personalidad narcisista: Las personas de personalidad narcisista tienen un sentido de superioridad y una creencia exagerada en su propia importancia. La persona con este tipo de trastorno de personalidad puede ser exageradamente sensible a los fracasos, a la derrota o a la crítica y, cuando se la enfrenta a un fracaso para comprobar la alta opinión de sí mismos, se ponen fácilmente rabiosos o deprimidos. Como creen que son superiores a los demás, esperan ser admirados y, con frecuencia, sospechan que los envidian. Sienten que merecen que sus necesidades sean satisfechas sin demora y por eso explotan a otros, cuyas necesidades son consideradas menos importantes. Su comportamiento es a menudo ofensivo para otros, que les encuentran arrogantes o mezquinos.

Trastorno de personalidad antisocial: Las personas con personalidad antisocial, la mayor parte de las cuales son hombres, muestran insensibilidad por los derechos y sentimientos ajenos. Explotan a otros para obtener beneficios. Característicamente, tales personas expresan sus conflictos de un modo impulsivo e irresponsable. Toleran mal la frustración y, a veces, son hostiles o violentos. A pesar de los problemas o el daño que causen a otros por su comportamiento antisocial, no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros.

Trastorno de personalidad límite: Las personas con una personalidad límite, mayormente mujeres, son inestables en la percepción de su propia imagen, en su humor, en su comportamiento y en sus relaciones personales (a menudo tormentosas e intensas).La personalidad límite se hace evidente al principio de la edad adulta pero disminuye con la edad.

Trastorno de personalidad obsesivo compulsiva: Las personas de personalidad obsesiva compulsiva son formales, confiables, ordenadas y metódicas pero no se adaptan a los cambios. Son cautos y analizan todos los aspectos de un problema, lo que dificulta tomar decisiones. Aunque estos signos están de acuerdo con los estándares culturales de occidente, los individuos con un trastorno de personalidad obsesiva compulsivo toman sus responsabilidades con tanta seriedad que no soportan los errores y prestan tanta atención a los detalles que no completan sus tareas. En consecuencia, estas personas pueden entretenerse en los medios para realizar una tarea y olvidar su objetivo. Sus responsabilidades les crean ansiedad y raramente encuentran satisfacción en sus logros.

Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de percepción, reacción y relación que son relativamente fijos y socialmente desadaptados.

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