El estrés es una enfermedad de la era Moderna, pero en realidad su significado es bastante amplio, cualquier cosa que cause un cambio en la vida, sin importar si es bueno ó malo, real o imaginario, puede causar estrés.
¿Cuántas veces no hemos sentido sudores, taquicardia, sofocones, escalofríos y otra larga lista de síntomas asociados al estrés? También se habla de hormigueos en los pies y manos, mareos, dolores de cabeza, cuello y espalda, alteraciones del sueño, del apetito y las digestiones, elevación de la presión sanguínea, problemas articulares, trastornos depresivos; desgano, irritabilidad, apatía y pérdida del interés sexual, sentimientos de frustración, fobias y muchos más.
Los médicos, especialistas en el tema, psicólogos, psiquiatras han logrado definir que el estrés se manifiesta generalmente en tres etapas: la primera que es una especie de alarma cuya forma de expresión radica en el aumento de la tensión muscular. La segunda es de resistencia, y se proyecta como ansiedad, tensión, fatiga. Y finalmente, si las causas del estrés persisten, viene la etapa de agotamiento, en donde el organismo presenta síntomas corporales como presión alta, úlceras, cefaleas y otras enfermedades que comprometen el equilibrio sistémico del organismo.
No todas las personas reaccionan de igual manera ante el estrés y frecuentemente los primeros síntomas están asociados a las zonas más vulnerables de cada quien, ya sea el sistema gástrico, nervioso, circulatorio.
Es variable también la cantidad de estrés que una persona puede soportar. A esto se le conoce como Tolerancia al Estrés y es una condición innata definitoria a la hora de manejar los problemas cotidianos. Una de cada diez personas ha heredado lo que se llama Baja tolerancia al estrés, cuyo resultado puede ser desastroso pues permanecer sometido a un estado constante de estrés, con manifestaciones de insomnio, dolores, depresiones, y otros síntomas, compromete seriamente la salud.
No todas las personas reaccionan de igual manera ante el estrés y frecuentemente los primeros síntomas están asociados a las zonas más vulnerables de cada quien, ya sea el sistema gástrico, nervioso, circulatorio.
Es variable también la cantidad de estrés que una persona puede soportar. A esto se le conoce como Tolerancia al Estrés y es una condición innata definitoria a la hora de manejar los problemas cotidianos. Una de cada diez personas ha heredado lo que se llama Baja tolerancia al estrés, cuyo resultado puede ser desastroso pues permanecer sometido a un estado constante de estrés, con manifestaciones de insomnio, dolores, depresiones, y otros síntomas, compromete seriamente la salud.
Estrés positivo o eustrés: Es la respuesta normal ante una situación estresante. Es proporcional al estímulo, cumple con una función adaptativa y ayuda al individuo a enfrentarse exitosamente a la situación generadora de tensión (ej. Tener una primera entrevista de trabajo muy importante). Si la situación estresante es mantenida durante largo tiempo, más allá de la capacidad del individuo para hacerla frente, éste comienza a presentar síntomas tales como tensión muscular, cefalea, insomnio, aunque mantenga alto su rendimiento, es el llamado distrés o estrés perjudicial.
Estrés negativo o distrés: Es la respuesta anormal o patológica, no ayuda al individuo a adaptarse adecuadamente, es ineficaz y se convierte en un obstáculo para el desarrollo normal. Cuando ocurre, la intensidad de la respuesta suele ser desproporcionada al estímulo, y la activación no decrece hasta niveles normales sino que mantiene su estado en alerta y tensión durante un período prolongado. Si esta situación se cronifica produce graves repercusiones en el estado de salud físico y psicológico y suele estar implicada en la génesis de numerosas patologías (ej. Llevar largo periodo de tiempo sufriendo acoso sexual en el lugar de trabajo).
Hoy en día existen diversos métodos para combatir el estrés, un fenómeno que puede abordarse desde un punto de vista biomédico o, psicológico; sin duda, la combinación de tratamientos permitirá obtener unos resultados más beneficiosos para la persona que lo padece. Desde el enfoque biomédico el tratamiento para el estrés es la prescripción de tranquilizantes o ansiolíticos, que inciden directamente en las respuestas fisiológicas de estrés.
Desde el enfoque psicológico se plantean varias alternativas; todas ellas otorgan gran importancia al control de la ansiedad emocional, así como al aprovechamiento de los recursos del organismo.
Son muchas las técnicas que existen para permitir al individuo sobrellevar el estrés, es decir convivir con él sin que nos ahogue o nos haga daño y cada día vemos una mayor variedad de servicios que se ofrecen para aprender a controlarlo.
También podemos ver que nos afecta en formas muy diferentes a todos y cada uno de nosotros, por eso probablemente existe esa variedad de técnicas. Por tanto lo importante es aprender a ver en el interior nuestro para reconocer los síntomas del estrés y manejarlo antes de que él nos maneje a nosotros.
El estrés afecta a los niños de igual forma que lo hace con los adultos, no debemos olvidar esto, quizá seamos los adultos quienes estemos poniendo una parte de estrés en el mundo infantil, debemos poner en practica técnicas contra el estrés en nuestras cotidianidad.
Es necesario que en el mundo acelerado y cambiante que vivimos, nos demos tiempo para apreciar esos pequeños grandes momentos como el de un atardecer o jugar con los chicos, hijos, nietos, o apreciar la naturaleza, sentir el placer de tener una mascota, apreciar el amor que nos brinda, ser capaces de darle amor, el estrés es una enfermedad de nuestros tiempos tiene cura y es posible de evitar o minimizar en sus efectos, siendo esencial que seamos consientes de cómo debemos llevar una vida sana y equilibrar nuestras responsabilidades con nuestro derecho a una vida de calidad para nosotros y nuestras familias.
1 comentario:
tomson como andas amiga querida ?
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