El proceso de manipulación se divide en cuatro fases:
La seducción o la influencia.
El apilamiento, corresponde a la repetición de pequeños actos de agresión, al parecer banales, tomados separadamente pero que se destinan a la desestabilización de la víctima.
Las falsas promesas.
La destrucción que se acentúa a medida que crece la relación, para llegar a alcanzar una crisis dada la reacción de la víctima.
Estas cuatro fases pueden resumirse en el tiempo; las etapas el apilamiento y las falsas promesas, van juntas: las falsas promesas que hacen creer o pensar a la victima en un cambio de parte del verdugo, pero permiten reajustar la influencia que ejerce el verdugo para mejorar la destrucción de su víctima.
Es la frecuencia y la repetición en el tiempo de las agresiones que hacen el proceso perverso destructivo.
Su planteamiento los vinculó muy de cerca con los dirigentes de sectas, son dictadores en potencia, quiénes imponen su tiranía a un círculo limitado de persona.
Estas cuatro fases pueden resumirse en el tiempo; las etapas el apilamiento y las falsas promesas, van juntas: las falsas promesas que hacen creer o pensar a la victima en un cambio de parte del verdugo, pero permiten reajustar la influencia que ejerce el verdugo para mejorar la destrucción de su víctima.
Es la frecuencia y la repetición en el tiempo de las agresiones que hacen el proceso perverso destructivo.
Su planteamiento los vinculó muy de cerca con los dirigentes de sectas, son dictadores en potencia, quiénes imponen su tiranía a un círculo limitado de persona.
Las consecuencias para las víctimas es que están en estado de tensión permanente debido a la tensión causada por el esfuerzo y estrés: los efectos serán de carácter psíquico: cansancio intelectual, incapacidad para reflexionar, nerviosismo, irritabilidad, desordenes del sueño, pérdida de confianza; pero también de carácter físico: dolores de cabeza, enfermedades de la piel, desordenes digestivos, pequeños problemas que pueden llegar hasta más graves enfermedades.
Cuando la victima comienza a darse cuenta, pasan a la toma de conciencia, se sienten defraudadas, equivocadas, abusadas, no respetadas, pierden incluso el aprecio por ellas y su dignidad; se sienten culpables, avergonzadas, y con mucho miedo.
Como consecuencias de este tipo de maltrato y de cualquier otro se ve disminuida la autoestima de la persona y afecta el desarrollo emocional. Estos maltratos, en la mayoría de los casos, conducen a la adicción a las drogas y al alcohol, incluyendo la delincuencia. En el caso de que el maltrato se dé desde la infancia, existen casos en los cuales el niño logra salir adelante y desarrollarse adecuadamente.
La intención de la violencia psicológica es la de humillar, hacer sentir mal e insegura a una persona, deteriorando su propio valor.
Es un problema complejo, porque es uno de los fenómenos de mayor firmeza psicosocial que se origina y repercute en la convivencia entre hombres y mujeres, entre niños y adultos, entre ancianos y jóvenes: es decir, entre los fuertes y los débiles, teniendo en cuenta que la fuerza física no es la única medida de ser fuerte o débil, pues hay formas indirectas de agredir y maltratar. Además, es un tema complejo porque, aunque se produce en el ámbito doméstico, no es sólo una cuestión privada, sino que es un tema y una preocupación pública, en la medida en que atañe al orden social, en el sentido más amplio de la palabra.
Es indispensable darse una oportunidad individual, tregua personal y animarse a denunciar la situación.
Como consecuencias de este tipo de maltrato y de cualquier otro se ve disminuida la autoestima de la persona y afecta el desarrollo emocional. Estos maltratos, en la mayoría de los casos, conducen a la adicción a las drogas y al alcohol, incluyendo la delincuencia. En el caso de que el maltrato se dé desde la infancia, existen casos en los cuales el niño logra salir adelante y desarrollarse adecuadamente.
La intención de la violencia psicológica es la de humillar, hacer sentir mal e insegura a una persona, deteriorando su propio valor.
Es un problema complejo, porque es uno de los fenómenos de mayor firmeza psicosocial que se origina y repercute en la convivencia entre hombres y mujeres, entre niños y adultos, entre ancianos y jóvenes: es decir, entre los fuertes y los débiles, teniendo en cuenta que la fuerza física no es la única medida de ser fuerte o débil, pues hay formas indirectas de agredir y maltratar. Además, es un tema complejo porque, aunque se produce en el ámbito doméstico, no es sólo una cuestión privada, sino que es un tema y una preocupación pública, en la medida en que atañe al orden social, en el sentido más amplio de la palabra.
Es indispensable darse una oportunidad individual, tregua personal y animarse a denunciar la situación.
Si aún con esos recursos, no fuere suficiente para repeler la agresión, lo ideal es tener un buen asesoramiento legal que acompañe este camino adecuadamente.
La terapia es de gran ayuda para las personas o victimas de esta problemática.
1 comentario:
Tema muy actual de acuerdo con los sucesos de los colegios católicos de Montevideo!
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