miércoles, 20 de abril de 2011

Fobias




¿Qué es una fobia?
Fobia: es un miedo excesivo o irracional. Este miedo es desencadenado por la presencia o anticipación de ciertos objetos o situaciones específicas como pueden ser animales, alturas, lugares cerrados, oscuridad, volar, ver sangre, intervenciones médicas y otros acontecimientos.


El resultado de la exposición al estímulo que provoca el miedo, no es otro que una respuesta de ansiedad, que en algunos casos puede llegar a ser un ataque de pánico. Para comprender mejor esta secuencia aclararo ciertos conceptos que pueden dar lugar a equivocación, como son los términos de ansiedad, miedo, angustia y estrés.


La ansiedad: es una respuesta negativa emocional que puede ser atípica y que guarda relación con los términos de miedo, angustia o estrés. La ansiedad hace referencia a la anticipación de un peligro futuro que puede ser indefinible e imprevisible.


Miedo: Es una emoción provocada por un peligro presente e inminente y que se encuentra ligado al estimulo que lo genera.


El término empleado para referirse al sentimiento que se produce en la respuesta de ansiedad es lo que denominamos angustia.


El concepto de estrés: en un proceso adaptativo, de naturaleza displacentera, que en su funcionamiento genera emociones.


Las situaciones fóbicas son evitadas o se soportan con ansiedad o malestar intenso. Esto de algún modo interfiere claramente en la rutina normal de una persona, en sus actividades laborales, académicas o sociales.


El cómo se manifiesta la ansiedad varía según la persona y el tipo de fobia. Por ejemplo, en los niños, la ansiedad puede manifestarse a través de llantos, rabietas, inmovilidad o aferrándose a otra persona (como en la ansiedad de separación). En adultos, por ejemplo en la fobia a la sangre, suelen aparecer náuseas y desvanecimientos, y no siempre se da el miedo.


Clasificación de las fobias.
A pesar de que el número de estímulos o situaciones que pueden provocar un temor fóbico es muy alto, se puede establecer una clasificación teniendo en cuenta ciertas características que permiten la agrupación de algunos de ellos.


Fobias a estímulos externos:

Fobias a animales.

Síndrome agorafóbico.

Fobias sociales.

Otras fobias específicas.
Fobias a estímulos internos:

Nosofobias.

Fobias obsesivas.


Teniendo en cuenta la enorme dificultad que existe a la hora de distinguir entre las nosofobias (temor a las enfermedades) y la depresión o hipocondría y entre las fobias obsesivas y las neurosis obsesivas, nos centraremos en el primer grupo de la clasificación establecida. De esta forma, si consideramos en un mismo grupo a la fobia a los animales y las fobias específicas, nos encontramos con tres conjuntos diferentes: agorafobia, fobia social y fobias específicas.


Agorafobia: Este concepto no hace referencia únicamente al temor a lugares abiertos, sino también a otros que se relacionan con ellos, como pueden ser temores a las multitudes y a situaciones en las que existe una cierta dificultad para poder escapar inmediatamente a un lugar seguro (suele ser el hogar). En otras palabras, la agorafobia hace referencia al temor a aquellas situaciones en las que es difícil encontrar una salida. Entre los temores que pueden aparecer destacan temor a salir del hogar, a entrar en tiendas y almacenes, a las multitudes, a lugares públicos y a viajar solo en trenes, micros o aviones. Debido a este miedo, algunas personas llegan a quedar encerradas dentro de su propia casa. En este tipo de fobia existe en la base un miedo a la indefensión en determinadas situaciones más que temor, ya que muchas personas disminuyen e incluso superan el miedo cuando están acompañadas de alguien en quien confían.


Fobia social Este tipo incluye los temores a una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que la persona se expone a ser evaluado, teniendo miedo a actuar de una manera humillante y a quedar en ridículo. Cuando el sujeto se enfrenta a este tipo de situaciones, aparece una respuesta de ansiedad de manera inmediata, que puede desembocar en una crisis de angustia. El individuo admite que el temor es irracional y excesivo, pero tiende a evitar dichas situaciones debido al intenso malestar que le provocan. Además, las conductas de evitación, la anticipación ansiosa o el malestar que aparece en estas circunstancias interfieren de una manera importante en la rutina normal de la persona (en sus relaciones sociales y laborales o académicas).


Entre las situaciones temidas en la fobia social podemos destacar el hecho de beber, comer o hablar en público, escribir en presencia de otros, mantener entrevistas, pedir información a desconocidos, utilizar lavabos públicos e, incluso, ruborizarse.Últimamente se está diferenciando entre fobias sociales generalizadas y no generalizadas. Las primeras se refieren a la mayoría de las situaciones sociales. Por el contrario, la segunda alude especialmente a la fobia a hablar en público.


La distinción fundamental entre la agorafobia y la fobia social es que, como se ha comentado el miedo que siente la persona agorafóbica se ve reducido cuando está acompañada de alguien de confianza.


Fobias específicas En este tipo de fobias se da un miedo excesivo e irracional desencadenado por la presencia o anticipación de objetos o situaciones concretos, como pueden ser animales, precipicios, oscuridad, sangre, inyecciones, alturas, tormentas, etc. La exposición al estímulo temido provoca de manera inmediata una respuesta de ansiedad. Si el objeto o situación temida no se encuentra presente, la persona está perfectamente, sin ningún tipo de ansiedad ni trastorno psíquico. Son personas que tienen una buena adaptación social y que presentan una personalidad normal, a pesar de que la evitación a los estímulos temidos es más que notable.


Un caso especial es la fobia a la sangre, inyecciones y heridas, ya que tras una activación del sistema simpático, se produce una activación del sistema parasimpático (bradicardia, hipotensión y mareo), contrastando con las demás fobias en las que se da taquicardia e hipertensión.


Consultar con el medico médico como atención primaria para contarle lo que nos pasa. Él puede derivarnos a un psicólogo. Por otro lado, si es necesario puede proponer un tratamiento combinado de terapia psicológica y farmacoterapia.

Otra opción es acudir a la consulta privada de un psicólogo.


El psicólogo lo primero que hará es una evaluación del problema. La evaluación se puede llevar a cabo con diferentes instrumentos. Se pueden utilizar entrevistas, autorregistros, cuestionarios, escalas y registros psicofisiológicos.



Respecto a la fobia social la exposición en vivo a los estímulos temidos es el tratamiento de elección. El objetivo de la técnica es que el paciente entre en contacto de manera activa con las situaciones que evita, que se enfrente de forma directa a sus miedos y que permanezca en las situaciones hasta que la ansiedad disminuya. La exposición hace frente a la ansiedad, al temor y a las conductas de evitación que mantienen el trastorno.


El objetivo de estos programas es cambiar los patrones de pensamiento, y que los pacientes fóbicos se expongan al estímulo fóbico con la menor ansiedad anticipatorio posible y con interpretaciones adecuadas de sus reacciones motoras y fisiológicas.



Siguiendo un tratamiento el paciente verá cómo mejora poco a poco, y comienza a sentirse mejor día a día. Cada persona lo hará a un ritmo distinto, es importante tener paciencia.


No dude en pedir ayuda.

2 comentarios:

gallega dijo...

QUE EMBROMADO ES EL SER HUMANO

Unknown dijo...

Hola Gallega. Si somos complicados.
Que tengas un finde en paz!!!