La persona codependiente piensa que no puede vivir sin su pareja, se funde con ella hasta el punto de llegar a perder su propia identidad y vive para ella en vez de vivir su propia vida. Piensa que lo que siente es un amor inmenso, una pasión maravillosa y sin fronteras, pero no es amor eso, sino dependencia y adicción. Se enamora de repente, como en un estallido, un flechazo y, confundiendo el deseo con el amor, piensa que tiene delante a la persona ideal.
No son conscientes de que darlo todo por la otra persona supone una negación de uno mismo y de los propios deseos y necesidades. El codependiente se deja a sí mismo completamente de lado para anteponer siempre a su pareja. Y de lado ha de quedar también todo sentimiento negativo.
La rabia, el dolor, el sufrimiento...; todo esto lo percibe como una amenaza terrible porque podría llevarle a perder lo que más ama, lo que es toda su vida y todo su mundo: su gran amor.
La rabia, el dolor, el sufrimiento...; todo esto lo percibe como una amenaza terrible porque podría llevarle a perder lo que más ama, lo que es toda su vida y todo su mundo: su gran amor.
Hace todo lo posible por mantener la paz y niega el conflicto y la confrontación, sin darse cuenta de que negar el conflicto supone negar la intimidad. No podemos tener una relación íntima con alguien con quien no podemos discutir un problema o algo que nos hace enojar. No hay manera de resolver un conflicto si una de las partes prefiere ignorarlo y la relación sólo puede darse a un nivel superficial.
El miedo al abandono es su mayor miedo. Pero no el único. También tiene miedo de su propia dependencia, de perder por completo su identidad cada vez que renuncia a sus propios valores, principios o aficiones, para adoptar los de su pareja, que son los únicos que importan. Niega sus sentimientos del mismo modo que se niega a sí mismo, le cuesta identificar en sí mismo los sentimientos negativos. Y esta represión de sentimientos se transforma en una necesidad de sentir a través de su pareja.
Pero no puede tener nunca suficiente, pide más: más amor, más dedicación; "quiéreme como yo te quiero a ti", exige. Trata de controlarla, manipularla, porque ahora la vida de su pareja le pertenece a él o ella: es su propia vida, y trata de convertir a esta persona en su amor perfecto, aquél que satisfaga todas sus necesidades y llene el pozo sin fondo de un amor insaciable. Trata de evitar que se aleje, no quiere que cambie, que crezca como persona por miedo a que despliegue sus alas y eche a volar. Tiende a crear dependencias hacia él o ella en los demás.
3 comentarios:
Es una adicción a alguien? que triste estar atado asi,triste para ambos,porque no es bueno que a uno lo quieran asi,y mucho menos querer de ese modo! Amiga te dejo un abrazo gigante y te deseo un feliz día de la patria,que tengas una semana de esas que no se olvidan por lo bonitas!
Hola Isol gracias por los deseos, que tengas una linda semana, espero hayas salido de paseo para luego ver los hermosos paisajes que nos regalas!!!!
las adicciones no son buenas sean cuales sean, y las adicciones afectivas menos!
el vivir dependiendo de los demás, me parece que ata y no deja crecer
saludos!
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