El chantaje emocional es una de las prácticas psicológicas más utilizadas, pero no por ello es legítima. De una forma inconsciente o voluntaria, se presiona a otras personas para que actúe, diga o piense de una determinada manera, aunque vaya en contra de sus principios.
Si has escuchado frases como estas, sin duda has enfrentado el chantaje emocional.
Si realmente me quisieras, respetaras…
Después de todo lo que he hecho por vos…
¿Cómo puedes ser tan egoísta, desconsiderada, cruel, irresponsable?
Hace lo que quieras; si siempre lo haces…
Así no podemos continuar con esta relación…
No vuelvas a dirigirme la palabra hasta que reveas la situación…
A veces me quisiera morir…
Esta última frase es demoledora para el que la escucha, ya que la persona amenaza, de forma indirecta, con el suicidio. En esos casos, se recomienda que tomes en serio la amenaza y busques una ayuda profesional para luchar con ella.
Los chantajistas emocionales son de todas las edades y sexos; cualquiera puede ser: el esposo, el hijo, el jefe, la madre o la mejor amiga. La característica que todos comparten es su habilidad para controlar a los demás con las palabras perfectas o el comportamiento justo para cada persona. Estas personas conocen los miedos o debilidades de sus víctimas, y las explotan para obtener lo que quieren, sin tener que negociar o aceptar una derrota. Como sabe que sus tácticas funcionan, y le dan buen resultado el chantajista emocional siempre gana.
Al final pierde algo muy valioso, el respeto y la buena voluntad de la persona que padece sus manipulaciones. Pero aunque el chantaje emocional es poderoso, existen formas de liberarnos de él.
La primera es aprender a detectar esta forma de abuso. Si dudas si eres víctima del chantaje emocional, tomate un momento para explorar tus sentimientos. Si después de tratar con esta persona te sientes acorralada, sin otra opción que complacerla, ya sea por miedo, sentimientos de culpa o para mantener la paz, es casi seguro que estás ante una experto/a manipulador/a.
La segunda es la autodefensa, es conocer que mecanismos interiores te hacen sensibles al chantaje.
Una necesidad excesiva de obtener la aprobación ajena.
Un miedo intenso a la ira.
Sentir que sos responsable de los demás.
La tendencia a dudar de vos mismo.
Saber qué te hace susceptible al chantaje emocional te permite modificar tu comportamiento.
Y repetir hasta el cansancio como un disco rayado; No permitas que te haga sentir mal: es ella o el quien se comporta injustamente, no vos.
Bajo ningún concepto caigas en discusiones o en largas explicaciones que solo te llevan a complicar aún más el problema.
Tanto en la vida de pareja como en general en todo tipo de relaciones es crucial una comunicación clara y honesta que permita aclarar las situaciones ambiguas. El juego de manipulación deja de tener poder sobre uno mismo cuando se reconoce como tal. Y aludir a los propios sentimientos o sensaciones resulta mucho más eficaz que emplear un tono acusador, que suele generar más barreras y reacciones defensivas en vez de mayor comprensión.
Si has escuchado frases como estas, sin duda has enfrentado el chantaje emocional.
Si realmente me quisieras, respetaras…
Después de todo lo que he hecho por vos…
¿Cómo puedes ser tan egoísta, desconsiderada, cruel, irresponsable?
Hace lo que quieras; si siempre lo haces…
Así no podemos continuar con esta relación…
No vuelvas a dirigirme la palabra hasta que reveas la situación…
A veces me quisiera morir…
Esta última frase es demoledora para el que la escucha, ya que la persona amenaza, de forma indirecta, con el suicidio. En esos casos, se recomienda que tomes en serio la amenaza y busques una ayuda profesional para luchar con ella.
Los chantajistas emocionales son de todas las edades y sexos; cualquiera puede ser: el esposo, el hijo, el jefe, la madre o la mejor amiga. La característica que todos comparten es su habilidad para controlar a los demás con las palabras perfectas o el comportamiento justo para cada persona. Estas personas conocen los miedos o debilidades de sus víctimas, y las explotan para obtener lo que quieren, sin tener que negociar o aceptar una derrota. Como sabe que sus tácticas funcionan, y le dan buen resultado el chantajista emocional siempre gana.
Al final pierde algo muy valioso, el respeto y la buena voluntad de la persona que padece sus manipulaciones. Pero aunque el chantaje emocional es poderoso, existen formas de liberarnos de él.
La primera es aprender a detectar esta forma de abuso. Si dudas si eres víctima del chantaje emocional, tomate un momento para explorar tus sentimientos. Si después de tratar con esta persona te sientes acorralada, sin otra opción que complacerla, ya sea por miedo, sentimientos de culpa o para mantener la paz, es casi seguro que estás ante una experto/a manipulador/a.
La segunda es la autodefensa, es conocer que mecanismos interiores te hacen sensibles al chantaje.
Una necesidad excesiva de obtener la aprobación ajena.
Un miedo intenso a la ira.
Sentir que sos responsable de los demás.
La tendencia a dudar de vos mismo.
Saber qué te hace susceptible al chantaje emocional te permite modificar tu comportamiento.
Y repetir hasta el cansancio como un disco rayado; No permitas que te haga sentir mal: es ella o el quien se comporta injustamente, no vos.
Bajo ningún concepto caigas en discusiones o en largas explicaciones que solo te llevan a complicar aún más el problema.
Tanto en la vida de pareja como en general en todo tipo de relaciones es crucial una comunicación clara y honesta que permita aclarar las situaciones ambiguas. El juego de manipulación deja de tener poder sobre uno mismo cuando se reconoce como tal. Y aludir a los propios sentimientos o sensaciones resulta mucho más eficaz que emplear un tono acusador, que suele generar más barreras y reacciones defensivas en vez de mayor comprensión.
5 comentarios:
Y,SI CUANDO ERA JOVEN ALGUNA HE DICHO,PERO LOS AÑOS ME HAN HECHO SABER QUE NO !!!!
Creo que el caso más difícil de resolver es el chantaje de la madre manipuladora que además destruye la autoestima. Años de terapia a veces no logran revertir esos cuadros y es todo un desafío para los profesionales de la salud mental.
Besos
veamos, yo he dicho alguna vez alguna de esas frases marcadas por vos,"¿Cómo puedes ser tan egoísta, desconsiderada, irresponsable? "pero ha sido para encausar!! no para manipular, cuando se tienen hijos adolescentes que se mandan macanas, como hacemos si no les decimos lo que están haciendo? o les hacemos ver sus actitudes ya que ellos no las ven?
mi Dios, donde está el límite de la reprimenda y donde comienza el manipuleo??, me amargaste el día!!! jajaja
Hola Gallega, lo bueno es darse cuenta, no hay un manual de como ser padres, el problema esta en los excesos hay madres manipuladoras pero no es tu caso seguro.
Natalia ya lo creo que es un desafio, ya que el mal causado dificilmente pueda ser revertido, solo aliviado por el momento.Saludos cordiales!!!
Betty me hiciste reir con que te amargue el dia, seguro no sos la tipica madre manipuladora, es como decis como haces con un hijo adolescente para poner limites o para macarles el camino, ya que tenemos la dificil tarea de socializar. Betty disfruta de este hermoso domingo!!!! Besos
En el caso de los padres,es muy común escuchar este tipo de cosas,está claro que en la mayoría de los casos lo hacen de manera que para ellos es inofensiva y en ningún momento lo dicen para herir a sus hijos. Pero lo cierto es que estas palabras no son en ningún momento beneficiosas ni aún diciéndolo para hacerles conscientes de algo, una conducta o lo que sea. Calificarlos de algo así, solo porque pensamos que su conducta es inadecuada solo hace que ellos crean que son justamente eso de lo que les tachamos, y se comportarán en consecuencia. Cuanto más refuerces sus malas conductas, mas de eso tendrás, y cuanto más refuerces sus actitudes positivas, elogiándolas y aplaudiendolas, más de eso tendremos. Al fin y al cabo las personas somos lo creemos que somos, tanto de pequeños como de grandes.
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