martes, 25 de mayo de 2010

Acto Fallido


Los actos fallidos son actos cuya realización destaca una falla evidente en algún mecanismo psíquico.

Han sido agrupados, en siete tipos: orales, escritos, de falsa lectura y de falsa audición, olvido temporal, pérdidas y actos sintomáticos. Son solamente trastornos temporales de una función que en otro momento puede ser perfecta o correctamente desarrollada; su falta de corrección es a veces conocida tan pronto como la atención se focaliza sobre ello.

Los factores desencadenantes de los actos fallidos pueden ser fisiológicos o psicofisiológicos: en el primer caso puede tratarse de trastornos circulatorios o una indisposición y entre los psicofisiológicos se cuentan la excitación y la distracción.Los actos fallidos son contagiosos y pueden ser provocados por sugestión.

Presentan un sentido propio y, por lo tanto, tienen derecho a ser considerados como un acto psíquico completo, con su fin propio y como una manifestación de contenido y significación peculiares. Existen actos fallidos cuyo sentido es fácil de descubrir y otros no; en los primeros, la intención latente sustituye por completo a la manifiesta, mientras que en los otros tiene que conformarse con deformarla o modificarla, dando origen a creaciones mixtas que pueden resultan más o menos plenas de contenido.

Estos lapsus, según Freud, tienen un sentido propio, o sea que deben ser considerados actos psíquicos con un objetivo determinado y un significado singular.

En los lapsus existe la revelación de un pensamiento oculto con un significado y una intención específica, observándose que la intención latente sustituye a la conducta manifiesta.
En las deformaciones de los nombres puede esconderse una intención injuriosa que lo asocia a algo vulgar o inferior, o a una representación de mal gusto, así como también la tendencia a cambiar intencionalmente las palabras inocentes en obscenas a la manera de un chiste, ya sea a propósito o dicho por equivocación.

Para Freud, los actos fallidos no son casualidades sino conductas psíquicas importantes con pleno sentido, debido a la conexión de dos intenciones opuestas.

A juicio de este autor, estos errores orales son intencionales en todos los casos sin excepción, por lo menos desde el punto de vista teórico, ya que es imposible demostrarlo por otros medios; y esta afirmación se puede extender a todos los demás actos fallidos que conocemos de todo orden.
Por supuesto, Freud no niega los efectos de factores perturbadores como el cansancio, la excitación, las distracciones y los trastornos de la atención, pero agrega nuevas deducciones antes ignoradas sobre estos fenómenos.

Freud estableció tres grupos de hechos:

Equivocación oral y subgrupos: escritos, de lectura y de falsa audición.

Del olvido en relación con: nombres propios, palabras, propósitos o impresiones.

Actos de término erróneo: no encontrar un objeto necesitado o perder otro.

En el olvido de propósitos, una persona lo olvida porque mantiene una situación incómoda con una persona vinculada a su intención.

En las equivocaciones orales, el proceso es similar a la mnemotécnica porque una palabra recuerda a la otra.

Para la pérdida de objetos, habría un deseo inconciente de perderlos que logra manifestarse o una intención de realizar un sacrificio sustitutivo.

Si fuéramos capaces de interpretar nuestros actos fallidos, nos ahorraríamos desilusiones y sorpresas desagradables.

2 comentarios:

gallega dijo...

HE TENIDO TANTOS !

gallega dijo...

HOLA TOMSON AMIGA QUERIDA!!