miércoles, 22 de julio de 2009

Victimas de la Ansiedad


TRICOTILOMANÍA:
Se estima que 4% de las personas, sobre todo niños, tienen la obsesión de arrancarse el cabello cuando viven situaciones de ansiedad o estrés, lo que les genera problemas estéticos y de adaptación que a largo plazo pueden derivar en aislamiento social. Por fortuna, esta conducta es reversible, aunque su tratamiento puede ser difícil.

La tricotilomanía es un desorden que consiste en arrancarse el cabello en forma recurrente, a escondidas y sin control, que puede pasar inadvertido durante mucho tiempo y hacer creer tanto a médicos como a familiares que la pérdida capilar se debe a infección por hongos (tiña) u otros problema de la piel de aparición espontánea (alopecia areata). Sin embargo, su origen radica en estados de nerviosismo y estrés, así como en factores genéticos (heredados de los padres) que intensifican la tensión emocional.

Psicólogos y psiquiatras coinciden en señalar que estrés emocional y ansiedad hacen que los pacientes se sientan “atrapados” por pensamientos y emociones incómodas que no pueden controlar, y debido a ello se ven obligados a repetir ciertas conductas que alivian su presión interna.

Onicofagia:
Es un mal que puede durar muchos años, empezar de niños y continuar hasta la adultez. Alrededor del 40% de los adolescentes lo padecen, lo que es una cifra muy alarmante.

No sólo es morderse las uñas, sino hasta la cutícula y los bordes alrededor de estas. Es una autoagresión.

No sólo incrementa los problemas nerviosos, sino que repercute en el esmalte de los dientes, propiciando debilidad y aumento de las caries dentales. Con ello la autodestrucción se hace más extendida. Los tratamientos pueden ser con relajantes y hasta medicamentos propios de la esquizofrenia, por lo que la onicofagia es un problema no tan simple.

Puede llegarse a infecciones de la boca y dientes, así como de los dedos, ocultamiento de las manos, heridas sangrantes y muchas complicaciones indeseables.
Se piensa que es derivado del chupado de dedos de los primeros meses o años, lo que no se extinguió a temprana edad debido a conflictos emocionales.

Un ejercicio que puede hacerse 8 veces al día y con ayuda de otra persona es tener las uñas a pocos centímetros de los dientes por espacio de 5 minutos y sin morderlas. A medida que se vaya controlando se puede bajar la frecuencia hasta 3 veces por día.

Siempre tratar de descubrir el origen o detonante reciente y buscar cerrar el círculo que propició este grave problema.

1 comentario:

Winter dijo...

Sigo aprendiendo. Muy interesante. Gracias por compartir tus conocimientos