De una forma u otra, las mujeres siempre sentimos que tenemos la culpa de todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero… ¿es posible que sean los demás quienes nos hagan sentir de esa forma en un intento de manipularnos?
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que existen. La culpa nos detiene en mitad de camino y no nos permite avanzar. La culpa es incertidumbre, arrepentimiento por los hechos pasados e inseguridad ante el futuro. Por eso aquellos que pretenden manipularnos la utilizan para lograr su objetivo, porque pasamos a estar en una situación de inferioridad frente al manipulador… estamos en deuda con él.
Si somos vulnerables, somos fácilmente manipulables.
Llegamos a no disfrutar de nuestros logros, a boicotear nuestros momentos de felicidad y satisfacción personal; porque alguien al lado nuestro nos hace sentir que nuestra felicidad es su desgracia y debemos sentirnos mal por eso.
Debemos preguntarnos a nosotras mismas si realmente nos tocó vivir de esta forma o somos responsables de las decisiones que hemos tomado. La respuesta es obvia, la culpa es nuestra. Pero entiéndase no culpa en el sentido del remordimiento, sino en el sentido de la responsabilidad. Todas las personas que forman parte de nuestro círculo afectivo, todas, ocupan el lugar que ocupan en nuestra vida porque nosotras se lo hemos permitido.
¿Qué hacer con esas personas que nos manipulan haciéndonos sentir culpables de su propia infelicidad?
En primer lugar alejarnos de ellas. Esto no es tan simple porque tenemos una relación familiar o compartimos un trabajo con esta persona, pero cuando hablo de alejarnos me refiero a tomar distancia afectivamente y no físicamente. Podemos continuar trabajando y conviviendo con esta persona pero teniendo en claro lo que queremos y hacia donde vamos.
Cuando una persona no es feliz, busca las mil y una formas de amargarnos, utilizan la lástima, nos hacen sentir culpable, se burlan de nosotras o nos agreden, pero de esa forma lo único que pretenden es hacernos menos felices pero no hacen nada por estar bien ellos mismos.
Sin darnos cuenta nos vamos llenando de culpas, postergando nuestros propios deseos y anhelos por satisfacer a los demás, y en la mayoría de los casos no se logra; transitaremos una vida dirigida por otros, muy distinta a la que siempre hemos soñado, pero nunca es tarde para cambiar.
De nosotras depende nuestra propia felicidad. Es tiempo de aprender a liberarnos de todos los paradigmas falsos que hasta ahora dirigían nuestra vida y empezar a disfrutar sin culpa. Para ello es importante no pretender cambiar a estas personas que nos hacen tanto daño en su intento por manipularnos. Solamente cambia quien está dispuesto a cambiar. Aceptar a los demás como son y vivir la realidad tal cual es, despojada de todo prejuicio y sentimiento negativo.
La búsqueda de todo ser humano es la felicidad, y la culpa es el obstáculo más grande que encontraremos en el camino porque no te permite disfrutar de lo que ya tenemos, y quien no disfruta lo que tiene no está preparado para la felicidad plena.
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que existen. La culpa nos detiene en mitad de camino y no nos permite avanzar. La culpa es incertidumbre, arrepentimiento por los hechos pasados e inseguridad ante el futuro. Por eso aquellos que pretenden manipularnos la utilizan para lograr su objetivo, porque pasamos a estar en una situación de inferioridad frente al manipulador… estamos en deuda con él.
Si somos vulnerables, somos fácilmente manipulables.
Llegamos a no disfrutar de nuestros logros, a boicotear nuestros momentos de felicidad y satisfacción personal; porque alguien al lado nuestro nos hace sentir que nuestra felicidad es su desgracia y debemos sentirnos mal por eso.
Debemos preguntarnos a nosotras mismas si realmente nos tocó vivir de esta forma o somos responsables de las decisiones que hemos tomado. La respuesta es obvia, la culpa es nuestra. Pero entiéndase no culpa en el sentido del remordimiento, sino en el sentido de la responsabilidad. Todas las personas que forman parte de nuestro círculo afectivo, todas, ocupan el lugar que ocupan en nuestra vida porque nosotras se lo hemos permitido.
¿Qué hacer con esas personas que nos manipulan haciéndonos sentir culpables de su propia infelicidad?
En primer lugar alejarnos de ellas. Esto no es tan simple porque tenemos una relación familiar o compartimos un trabajo con esta persona, pero cuando hablo de alejarnos me refiero a tomar distancia afectivamente y no físicamente. Podemos continuar trabajando y conviviendo con esta persona pero teniendo en claro lo que queremos y hacia donde vamos.
Cuando una persona no es feliz, busca las mil y una formas de amargarnos, utilizan la lástima, nos hacen sentir culpable, se burlan de nosotras o nos agreden, pero de esa forma lo único que pretenden es hacernos menos felices pero no hacen nada por estar bien ellos mismos.
Sin darnos cuenta nos vamos llenando de culpas, postergando nuestros propios deseos y anhelos por satisfacer a los demás, y en la mayoría de los casos no se logra; transitaremos una vida dirigida por otros, muy distinta a la que siempre hemos soñado, pero nunca es tarde para cambiar.
De nosotras depende nuestra propia felicidad. Es tiempo de aprender a liberarnos de todos los paradigmas falsos que hasta ahora dirigían nuestra vida y empezar a disfrutar sin culpa. Para ello es importante no pretender cambiar a estas personas que nos hacen tanto daño en su intento por manipularnos. Solamente cambia quien está dispuesto a cambiar. Aceptar a los demás como son y vivir la realidad tal cual es, despojada de todo prejuicio y sentimiento negativo.
La búsqueda de todo ser humano es la felicidad, y la culpa es el obstáculo más grande que encontraremos en el camino porque no te permite disfrutar de lo que ya tenemos, y quien no disfruta lo que tiene no está preparado para la felicidad plena.
Hay que recordar siempre que nadie podrá robarnos la alegría, si tenemos bien claro nuestro objetivo en la vida; la felicidad.
1 comentario:
BOICOTEAR ESTA MUY AL LADO DE NUESTRA VIDA,PORQUE SON MOMENTOS MAS INFELICES QUE FELICES!
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