Es una habilidad que se desarrolla.
La frustración es parte de la vida.
No podemos evitarla, pero si podemos aprender a manejarla y a superarla.
Generalmente es en la infancia cuando aprendemos a tolerar la frustración.
Cuando un niño es muy pequeño, cree que el mundo gira alrededor de él.
Piensa que se merece todo lo que quiere, en el momento en que lo quiere.
No sabe esperar, porque no tiene el concepto de tiempo, ni la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los demás.
Por eso, cualquier límite o cualquier cosa que le niegan, lo siente como algo injusto y terrible.
No tiene las herramientas para eliminar, disminuir o tolerar su malestar.
Si los padres o las demás personas le dan siempre lo que pide y en el momento en que lo hace, no aprende a "aguantar" la molestia que le provoca la espera o la negación de sus deseos.
Al llegar a la edad adulta, sigue sintiéndose mal ante cualquier límite o ante la necesidad de posponer una satisfacción.
Recuerda que el mundo no gira alrededor de nuestros gustos o deseos y que no pasa nada terrible cuando no obtenemos lo que queremos.
Siempre hay algo que podemos hacer al respecto, en lugar de enojarnos o quejarnos.
Pensar en todas las cosas que sean perdido o dejado de obtener por la poca tolerancia a la frustración.
No olvidemos que hay épocas buenas y épocas difíciles o dolorosas y que sí tenemos la capacidad de tolerar o soportar algo, sin alterarnos demasiado.
El malestar y el sufrimiento son desagradables, pero no nos destruyen. Si aprendemos de ellos, nos fortalecemos y desarrollamos.
Obtenemos nuevas herramientas para lograr nuestro bienestar.
La tolerancia se fortalece, como cualquier músculo, trabajándola y practicando.
"Enquistarse en la soledad y la frustración, quejarse constantemente y continuamente de las desdichas y tragedias que nos acosan y no hacer absolutamente nada para modificar aquellas situaciones que nos angustian es un camino certero y seguro hacia la depresión.Camino, por supuesto, que es recorrido a solas…" Eric Fromm (psicoanalista y pensador alemán).
2 comentarios:
LA VIDA A VECES ES MUY CRUEL,ANTE SITUACIONES REALMENTE PENOSAS,Y MUCHAS VECES NO ESTA AL ALCANZE ,(MATERIALMENTE O CULTURALMENTE)IR A UN ANALISTA!
Si es verdad, el camino es sumamente duro y cruel, sin excepción. Hoy en los hospitales publicos hay psicologos, muy buenos profesionales.
Besos Gallega!!!
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